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El efecto Jeffords

La renuncia del senador republicano James Jeffords a su partido podría alterar las condiciones de la ayuda de Estados Unidos a Colombia.

25 de junio de 2001

A raíz de lo que muchos interpretan como el peor error de George W. Bush desde que asumió la presidencia de Estados Unidos hace cuatro meses, el senador James Jeffords de Vermont le dio un portazo a su partido republicano, se declaró independiente, y dejó la bancada de gobierno sin la mayoría en el Senado.

Esto quiere decir que por primera vez desde 1994, los demócratas van a controlar esta corporación. Asumirán la presidencia con el senador Tom Daschle, determinarán qué proyectos de ley llegarán a la plenaria y se quedarán con las presidencias de las 20 comisiones senatoriales desde donde se ejerce una gran influencia sobre los contenidos de las leyes, los debates al gobierno y la confirmación de sus funcionarios.

Es este último cambio, las nuevas presidencias demócratas de las comisiones, el que puede tener efectos sobre la política de Estados Unidos frente a Colombia.

Primero porque el subcomité de operaciones extranjeras que estudiará el presupuesto que presentó el gobierno Bush para 2002 de la versión ampliada del Plan Colombia, llamada Iniciativa Andina Contra las Drogas —731 millones de dólares, de los cuales 399 millones serán para Colombia— estará presidido por el demócrata Patrick Leahy. Será este senador —muy crítico de la política de su país frente a Colombia— quien escriba la primera versión del proyecto de ley de ayuda extranjera. Y como fue el autor de la famosa ley Leahy que condicionó el anterior paquete de ayuda gringa (2000-2001) a que el país cumpliera con una serie de requisitos en materia de respeto por los derechos humanos, es probable que sea igualmente estricto con la ayuda para los siguientes años.

Según Tim Rieser, asesor de Leahy en esta materia, consultado por SEMANA, aún es muy pronto para saber qué condiciones impondría, pero con seguridad “querrá ver incluidas condiciones en derechos humanos”.

Algunos observadores en Colombia, especialmente dentro del gobierno, consideran que mayores exigencias en derechos humanos pueden ser sólo un incómodo obstáculo a los recursos que vienen de Estados Unidos. No obstante, los colombianos se beneficiarán si además de recibir la ayuda, esta viene con la garantía de que contribuirá a consolidar la ley impuesta por autoridades legítimas, y no a encender el conflicto.

Con la nueva mayoría demócrata en el Senado también caerá una vieja ficha clave de la derecha republicana: el senador Jesse Helms. En su lugar presidirá el Comité de Relaciones Exteriores el demócrata Joseph Biden, un conocedor de Colombia. De ahí que es probable que, como lo señaló en un análisis reciente Adam Isacson del Center for Public Integrity, los ‘duros’ que nombró Bush como el zar de las drogas, John Walters, y como el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Otto Reich, tengan mayores dificultades en ser ratificados por comités presididos por los demócratas Leahy y Biden.

Es probable que ambos sean aprobados pero que en el proceso de confirmación, el Senado les deje en claro que vigilarán sus acciones. Esto también será benéfico para Colombia, si se tiene en cuenta que por ejemplo Walters ha dicho que entre sus políticas preferidas para combatir las drogas ilícitas están una mayor intervención militar y más operaciones de inteligencia en los países productores.

En el terreno de lo económico, en cambio, el control demócrata podría no ser tan positivo. Sería de esperar que le hagan más difícil la vida a Bush para autorizarlo a negociar el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas —Alca—, o inclusive para darle el sí a pactos comerciales menos ambiciosos como el Atpa que Colombia necesita que le renueven y amplíen antes de finalizar este año.

Sin embargo, en este último caso, es un senador demócrata, Bob Graham, el autor del nuevo proyecto de Atpa. Así mismo, según reveló Andrés Oppenheimer en su columna del Miami Herald, Graham estaría conformando un grupo de senadores demócratas favorables al libre comercio que apoyaría el pedido de vía rápida de Bush para negociar estos acuerdos.

Es claro que cada vez más, las tormentas en Washington traen olas hasta Bogotá. Y en este caso, aunque pueden ser menores, sí podrán ser significativas. Afortunadamente por ahora parecen ser para bien.