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El espaldarazo de Santos a Carlos Correa

El presidente nombró como director de Findeter al exalcalde de Montería, quien enfrenta un proceso penal por cuenta de la construcción del coliseo Happy Lora y dejó por fuera a uno de los alfiles de Roberto Prieto. ¿Qué hay detrás?

3 de agosto de 2017

Durante la última semana, en el mundo político solo se hacían cuentas. Después de que el presidente le pidió la renuncia protocolaria a su gabinete, en los partidos había gran expectativa por la forma cómo cambiaría el ajedrez y las caras nuevas que llegarían. Al final, en la designación de los ministerios no hubo mayores sorpresas. Sin embargo, un organismo que normalmente no está en el radar ha centrado la atención: Findeter.

El vuelco en esa entidad, una banca de segundo piso encargada de promover el desarrollo de las ciudades, no se ha llevado ningún titular, pero sí dejó claros mensajes en la clase política con implicaciones en dos asuntos de relevancia nacional: el escándalo del Canal Isabel II, el poder de Roberto Prieto en el gobierno y los procesos que adelanta la Fiscalía en Córdoba. En ese contexto, hay dos elementos que permiten lecturas separadas: la salida de Luis Fernando Arboleda y la llegada de Carlos Correa.

La salida de Arboleda…

Los tentáculos del escándalo de Odebrecht alcanzaron muy rápido a Findeter. Aunque en los siete años que estuvo al frente Luis Fernando Arboleda la entidad logró posicionarse y liderar proyectos importantes, la estrecha relación de su director con Roberto Prieto puso los reflectores sobre ese banco.

En círculos políticos se decía que Prieto controlaba la entidad y, de hecho, era uno de sus contratistas. El mismo Prieto en una entrevista con la W así lo reconoció. “Tenemos un contrato con Findeter de 3.000 millones. Nos están graduando como los grandes contratistas del Estado… pero les puedo asegurar que no estamos entre los primeros 200”, dijo en ese momento.  

Con el paso del tiempo se revelaron más detalles de la relación de ambos. Se habían conocido en Manizales y mantenían una relación de amistad de años. Daniel, el hijo de Arboleda, había trabajado con Prieto en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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Arboleda indicó en su momento que su llegada a dirigir Findeter se había dado por méritos. El funcionario expuso su hoja de vida: alcalde de Manizales, gerente de la Triple A de Barranquilla y de las Empresas Públicas de Manizales.

Pero esa hoja de vida también lo puso en aprietos. Cuando ni siquiera había bajado la espuma de Odebrecht, otro escándalo judicial sacudió al país. Una trama de corrupción transnacional dejó en entredicho a Canal de Isabel II de España, dueña de la Triple A de Barranquilla. Arboleda había sido gerente.

Por otro lado, en la búsqueda de las irregularidades que pudieron cometerse en Colombia, la Procuraduría abrió una investigación en Findeter. El objetivo era verificar los contratos de acueducto con los municipios de Yopal, Pasto, Armenia e Ibagué; los Distritos de Barranquilla, Buenaventura y Santa Marta; así como las empresas Metroagua, Aguas de Ibagué y Triple A.

A pesar de que Arboleda nunca estuvo involucrado en ninguno de los dos escándalos, su salida era predecible.

La llegada de Correa…

Hace unas semanas, el nombramiento de Carlos Eduardo Correa en la dirección de Findeter habría sido obvia. El ahora alto consejero para las regiones de la Casa de Nariño tiene una hoja de vida para ese cargo. Es administrador de empresas de Eafit, con una maestría en Marketing en el Instituto de Empresa de Madrid y ha trabajado tanto en el sector privado como en el público. Pasó por Ecopetrol, Proexport Colombia, el Grupo Carulla Vivero, entre otras empresas. Como mandatario de Montería ganó el premio al “mejor alcalde del mundo” por la transformación que vivió la ciudad durante su gestión. Y por cuenta de ese liderazgo el presidente Santos lo invitó a hacer parte de su equipo.

Con el nombramiento en Findeter Santos le dio a Correa un importante espaldarazo. El exalcalde de Montería fue detenido preventivamente hace mes y medio por cuenta unas supuestas irregularidades cometidas en la construcción del coliseo Happy Lora en Montería. Después de una audiencia de imputación que duró varios días, la juez no encontró mérito para mantenerlo preso durante el proceso, pues aseguró que no existían evidencias sólidas en su contra, ya que el coliseo se había entregado, incluso con el visto bueno del Departamento Nacional de Planeación que había girado los recursos para su construcción. Su nombramiento, por estar incurso en ese proceso penal, ha despertado críticas.

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Correa se convirtió en el funcionario más cercano a la Casa de Nariño en estar incurso en un proceso penal. Se sabe que apenas se realizó su detención, el alto consejero le pidió al presidente una licencia no remunerada de 60 días para enfrentar el proceso. Sin embargo, cuando la justicia actuó en su favor en Palacio le permitieron reintegrarse inmediatamente.

Hay dos elementos que pudieron jugar a favor de Correa. Los nuevos nombramientos de Santos dejaron claro que más que complacer cuotas políticas, el presidente le apuesta a tener un equipo con el que se sienta cómodo en el último año de su gestión. Por otro lado, Correa podría terminar beneficiado de uno de los escándalos que más ha conmocionado la justicia: la captura de Luis Gustavo Moreno.

Desde que el exdirector anticorrupción de la Fiscalía fue pedido en extradición se ha abierto un manto de duda sobre las investigaciones que él adelantaba en Córdoba. Los hechos por los cuales hoy Moreno es investigado tienen que ver con un soborno que le habría pedido al gobernador Alejandro Lyons para desviar el proceso en su contra.

Sobre Correa hay dos elementos que han generado suspicacia y que su defensa ha interpretado como favorables en el proceso penal que viene. La libertad del alto funcionario no significa que el proceso se haya terminado. De hecho es muy probable que se adelanten las otras etapas procesales pronto, según se ha especulado en varios medios de comunicación.

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Lo primero tiene que ver con el maletín que le encontraron a Moreno en su carro el día que lo capturaron. Según dejó saber la Fiscalía, en este el exfiscal anticorrupción llevaba copias del proceso del Happy Lora, el coliseo por el cual investigan a Correa y al actual alcalde de Montería, Marcos Daniel Pineda. El hecho de que Moreno tuviera allí copias de los documentos originales podría dar a pensar que tendría un interés en ese proceso. Si bien en una hipótesis más benévola podían estar allí porque quería adelantar trabajo en su casa, otra teoría podría ser que este expediente hacia parte de la información reservada que él ofrecía a Lyons.

En su momento, se dijo que parte del acuerdo con el exgobernador era ofrecerle los testimonios que se habían entregado a la Fiscalía sobre Córdoba para que él pudiera adelantar mejor su defensa. También se dice que el proceso de Correa podría haber entrado en el interés de desviar el foco de ese departamento que hasta el momento solo estaba en Lyons. Este último había sido gobernador cuando Correa fue alcalde. Ambos son de casas políticas distintas: Lyons del Partido de la U y Correa del Partido Conservador. 

Pero hay otro punto que a la defensa no le cuadra. La captura de Carlos Eduardo Correa fue aprobada por un juez el 30 de mayo. En los medios de comunicación se empezó a especular con la detención y se sabe que por cuenta de eso, en la Fiscalía se adelantó un Comité Técnico para analizar un caso que implicaba a un funcionario del Palacio de Nariño. En las entrevistas que dio después de que la juez ordenó su libertad, Correa aclaró que él mismo se presentó a la Fiscalía cuando escuchó en radio que estaba involucrado a un proceso penal.

Esta nueva situación habría sido definitiva para que en vez de salir del gobierno, Correa hubiera sido ascendido. Manejará una entidad fundamental con un inmenso poder en las regiones. Findeter opera como un banco de segundo piso y los recursos que maneja impulsan obras en casi todo el país. Desde allí, sin embargo, tendrá que seguir defendiéndose.