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| Foto: Guillermo Torres

Entrevista

“El estigma es algo que llevamos con pena y dolor”: Alcalde de San Vicente del Caguán

Domingo Emilio Pérez, mandatario de San Vicente del Caguán, habló con Semana.com sobre lo difíciles que han sido los últimos años después de una década de terminada la zona de despeje. Este miércoles se realiza un consejo de ministros en este municipio de Caquetá.

22 de febrero de 2012

El alcalde Domingo Emilio Pérez tiene su despacho al frente de la estación de Policía de San Vicente del Caguán. No es fácil gobernar una localidad que, hace diez años, hacía parte de los cinco municipios (42.000 kilómetros cuadrados) desmilitarizados por orden del ex presidente Andrés Pastrana para dialogar por la paz. Un proceso que se fue al traste el 20 de febrero del 2002.
 
Pérez, elegido por el Polo Democrático y hermano de un guerrillero del Bloque Sur de las FARC, dice con orgullo que el haber llegado a la Alcaldía es una muestra de que la reconciliación y el poder se logra por la vía democrática, y no por las armas.

Semana.com: ¿Qué balance hace usted una década después de terminado el 'despeje’, cuando por tres años tuvieron que convivir día y noche con las FARC? 
 Domingo Emilio Pérez: Este pueblo fue víctima de la zona de distensión. Los ojos del mundo estaban puestos en el Caguán. Hubo mucho embajador, organismos internacionales, agencias del Estado, mucho artista que vino a ‘marulandiar’, a fumarse un habano con Raúl Reyes. Vinieron, miraron y se fueron, nos dejaron aquí con las manos vacías. Aquí llevamos el estigma con pena y dolor.
 
Por eso hay una deuda con San Vicente del Caguán, y por eso lo que hicimos esta semana fue un acto de memoria histórica. Diez años después de terminado el proceso de paz, queremos llamar la atención de un hecho latente: el hecho de la paz.
 
Semana.com: El acto organizado con apoyo de la Alcaldía municipal que conmemoraba los 10 años se patrocinó con una imagen del expresidente Pastrana y de Tirofijo, y eso molestó a muchos sanvicentunos...
 D.E.P.:Pero es que el simbolismo tiene un gran peso. Me atrevería a apostar que si no fuera por el simbolismo, no tendría tanta importancia, lo hicimos para llamar la atención. Es apenas natural que haya gente que exprese su recelo, y justamente a partir de ese simbolismo que hay que exorcizar esos demonios. Este es un pueblo pujante y aquí lo que queremos es que haya solidaridad.
 
Semana.com: San Vicente del Caguán es uno de los territorios en consolidación que tiene la Presidencia de la República, ¿qué cree usted que le hace falta a la población para estar consolidado?
D.E.P.: La verdad es que nosotros no queremos que, por ser una zona de conflicto armado, se nos niegue la posibilidad del desarrollo. Necesitamos decirles a nuestros jóvenes que hay
una posibilidad diferente a la de irse a la guerra.
 
Semana.com: ¿Y cuáles son sus prioridades para estos próximos cuatro años?
D.E.P.:
Saneamiento básico y agua potable, el sistema de salud, interconexión eléctrica, el mejoramiento de la malla vial, un terminal de transportes. Este municipio, que es el primero en producción ganadera del país, necesita su propia planta de sacrificios, la planta del frigorífico. Además somos la tercera cuenca lechera de Colombia y por eso necesitamos tener una planta láctea.
 
Semana.com: La gente también se queja mucho de la seguridad dentro del pueblo...
D.E.P.: ¡Sí!¿es que cómo es posible que en los casi tres años que la insurgencia estuvo aquí la delincuencia, el hurto y el robo era mínimo, y ahora que la institucionalidad del estado existe, es terrible la inseguridad?. Esto parece una Sodoma.
 
Semana.com: Entonces, ¿cuál es el problema?
D.E.P.:
El problema es que cuando los gobiernos no definen políticas públicas, suele ocurrir esto. Cuando no hay una institucionalidad sólida, pasa esto. Hoy recibimos situaciones complejas porque, en su momento, no se atendieron.
 
Semana.com: Hoy hay una empresa petrolera explotando y otras cuatro que están explorando. ¿Eso no es sinónimo de progreso?
D.E.P.:
El comportamiento de las empresas petroleras está generando molestias del pueblo, pero aquí hay una comunidad que no va a permitir que armen el chispero, cuando lo lógico es que si sacan riqueza, nos dejen riqueza. Lo que estamos viendo es que no instrumentan planes de manejo ambiental, utilizan las carreteras que han hecho los mismo campesinos, y no las arreglan, no contratan la mano de obra de San Vicente, tampoco compran insumos. Y por eso quiero decir que yo antes era defensor de derechos humanos, y ahora como alcalde soy igual.
 
Semana.com: Usted está en una posición muy difícil porque tienen un hermano en las FARC, ¿qué piensa de esta guerrilla?
D.E.P.:
Nuestro país necesita transformaciones de fondo, cambiar su realidad social, necesita construir de verdad. Pero no es a través de la guerra, porque ese método está lejos de procurarnos el modelo de país que todos soñamos. Por eso yo represento una realidad antagónica, porque estoy en el escenario de la política. El hecho de que yo esté aquí significa que sí es posible, pero no con los métodos de las FARC.
 
El hecho de que concejales de Bogotá como Roberto Sáenz (hermano de Alfonso Cano) o el alcalde Gustavo Petro hayan llegado al poder por la vía de las elecciones, es un claro mensaje a ellas (las FARC). Quienes ahora estamos en el poder tenemos que demostrar que esta propuesta política es la que más le conviene a este país.