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El factor Naranjo

La competencia por la Alcaldía de Medellín tiene un nuevo personaje: Sergio Naranjo. Es su cuarta aspiración y ha hecho que los demás candidatos redefinan sus fórmulas.

30 de junio de 2007

Para nadie fue una sorpresa la presentación de la estrategia de Luis Pérez para aspirar a la Alcaldía de Medellín. En un exclusivo restaurante de la ciudad, el ex alcalde empezó a recoger firmas y prometió hacer 100 obras físicas a los barrios que acompañen su propuesta. "Obras por votos-comentaron algunos de los presentes-esa es la forma que tiene Lupe de llegarle a la gente". Pero él no lo ve así. No cree que sea clientelismo, sino "participación ciudadana". A Pérez, que terminó su alcaldía en 2003 en medio de una fuerte controversia por corrupción, le interesa que los paisas lo vean como un político modernizado. Tanto es así, que se autodenomina el "ideólogo" de las obras del alcalde Sergio Fajardo.

Y su fórmula parece ser exitosa. Las encuestas lo ubican muy por encima de sus rivales y ha sumado apoyo de varios partidos: Alas Equipo Colombia, Cambio Radical, Colombia Democrática, parte de los Partidos Conservador y Liberal. Pero se le aguó la fiesta porque apareció el eterno candidato, Sergio Naranjo, y marca bien en las intenciones de voto. La contienda en la capital antioqueña será una reñida competencia. ¿Qué significa, realmente, la decisión de Naranjo de aspirar por cuarta vez a la Alcaldía?

En las pocas intervenciones que ha tenido ante los medios, Naranjo (quien renunció a la embajada de Malasia para regresar a Medellín), ha dicho que en octubre sólo disputarán la Alcaldía Luis Pérez y él. Su regla número uno es el optimismo y la sonrisa. Incluso, se atreve a decir que habrá un empate técnico, toda vez que irá acortando, mes a mes, de a cinco puntos la ventaja que hoy le lleva su seguro rival. Aunque todos saben que él representa la cuota del conservadurismo en estas elecciones, la semana pasada sorprendió la noticia de que recibirá el aval de las Autoridades Indígenas de Colombia, (Aico).

Los reflectores se dirigen hacia estos dos personajes y el que puede resultar beneficiado es Alonso Salazar, el candidato de la continuidad del popular alcalde Fajardo. Las encuestas no lo favorecen, pero en las pasadas elecciones Fajardo escasamente marcaba, y resultó elegido. Y el hecho de que dos figuras -Naranjo y Pérez- políticos tradicionales estén en la punta, podría generar mayor voto de opinión. Porque si algo representa la actual administración es la ruptura de la viejas costumbres. Los índices de popularidad de Fajardo demuestran el grado de satisfacción de la gente, y Salazar, ex secretario de Gobierno, podría recibir esos créditos.

Por esto su estrategia parece ser la espera y la expectativa. Hace dos semanas aparecieron pendones en los semáforos de la ciudad con la pregunta '¿Sabe quién trabajó con Fajardo y desea continuar con su obra?'
 
Además, no se puede desconocer que en Medellín, hasta las pasadas elecciones, las maquinarias conservadoras y liberales definían la Alcaldía y éstas aún existen. Analistas políticos advierten que si Alonso Salazar no busca el respaldo político como el del partido de La U y el Polo Democrático, difícilmente llegará al poder.

A poco menos de cuatro meses de las elecciones, cualquier predicción resultaría un abuso. La llegada de Sergio Naranjo a la competencia sacudió la movida electoral en Medellín y hay que esperar a que comiencen los debates y se confronten las propuestas. Tras la herencia de la actual administración, todos saben que tienen opción real de ganar si logran un liderazgo ciudadano que los ponga por encima de las políticas tradicionales.