Home

Nación

Artículo

EL FANTASMA DE ESCOBAR

A las pocas horas de haber sido elegido, el nuevo alcalde de Medellín afronta un debate sobre supuestos nexos con el fallecido jefe del cartel.

5 de diciembre de 1994

UN AÑO DESPUES EL FANtasma de Pablo Escobar sigue asustando en Colombia. El más reciente acontecimiento enredó al nuevo alcalde de Medellín, Sergio Naranjo Pérez. En las últimas tres semanas circularon en la capital antioqueña panfletos y pasquines que reprochaban a Naranjo el hecho de que hubiese ocupado el cargo de presidente del Atlético Nacional, equipo sobre el cual se especuló repetidamente que era propiedad de Escobar Gaviria.
A pesar de esas murmuraciones Naranjo obtuvo el triunfo en las elecciones para alcalde. Pero las denuncias pasaron de castaño a oscuro horas después de la elección, cuando la senadora Piedad Córdoba de Castro, directora alterna del Partido Liberal, agitó el tema de la relación de Naranjo con el Nacional y sostuvo que el candidato conservador de Antioquia Unida debía renunciar "porque su nombre ha sido cuestionado por diversos estamentos de la sociedad antioqueña".
Después de pasar por la banca, Sergio Naranjo Pérez entró a formar parte del comité ejecutivo del Atlético Nacional el 8 de junio de 1987. Ese mismo día fueron elegidos en el organismo directivo Guillermo Vélez, Oscar Alvarez, Hernán Cadavid Gónima y Aníbal Vélez. Del comité asesor pasaron a hacer parte Antonio Roldán Betancur (ex gobernador de Antioquia asesinado dos años después en un atentado que, al parecer, se originó en una equivocación), Gilberto Molina Hernández, Arcesio Cardona Zapata, Mario de Bedout Moreno y Luis Fernando Zapata. Naranjo ocupó ese cargo hasta hace poco tiempo, cuando se retiró para entrar en la política.
Durante su gestión el Nacional consiguió la Copa Libertadores y la Copa Interamericana, pero también fueron famosas las visitas de varios de los jugadores del equipo a la cárcel de La Catedral, en donde estaba recluido Pablo Escobar, así como el enredado caso del arquero René Higuita, quien fue procesado por las autoridades por su intermediación en la liberación de una niña secuestrada, posiblemente, por gentes de Escobar. Por muchos meses se especuló sobre esa singular relación entre los jugadores y el capo y los organismos de seguridad llegaron incluso a investigar un posible testaferrato. "Eso es una infamia institucionalizada. Pablo Escobar nunca fue dueño del Nacional y él mismo lo negó. Incluso se afirmó que existe una foto mía con Escobar. Si existe, yo hago una colecta con mis amigos para publicarla en la primera página de El Colombiano", respondió Naranjo en una rueda de prensa en la que puso la cara el viernes en Medellín.
Sin embargo, como sucede en estos casos, hay quienes siguen insistiendo en el asunto con la teoría de que cuando el río suena, piedras lleva. Pero el nuevo alcalde de Medellín arremetió contra ellos y anunció denuncia penal por calumnia e injuria contra la senadora Piedad Córdoba. El Nacional, según Naranjo, "tuvo ocasión de explicarle a la Fiscalía General de la Nación el origen y recorrido de toda su plantilla deportiva, ello jamás pudo ser desmentido porque era la verdad. Por ninguna parte el personaje del que se habla (Pablo Escobar) apareció como dueño del equipo. Ahora bien, como a raíz de la muerte del referido personaje y de mi retiro del club ha debido ocurrir un movimiento financiero en grande, de ser cierta la infamia, corresponde a los actuales directivos explicar públicamente el asunto en referencia, si lo consideran del caso".
Después de un debate que duró más de una semana, la cosa parece haber terminado en tablas. En medio de la rueda de prensa Naranjo sacó un as de debajo de la manga: reconoció el triunfo del liberal Alvaro Uribe Vélez como nuevo gobernador de Antioquia, que había sido insistentemente puesto en duda por el propio presidente del Directorio Nacional Conservador, el senador antioqueño Fabio Valencia. Fue una especie de toma y daca que debe dar por terminada una semana de disputas entre sectores liberales y conservadores, tanto por la alcaldía como por la gobernación, pero que ha llenado de dudas a los antioqueños y a muchos colombianos con respecto a un asunto que quizá nunca se aclare.