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El sensible fallecimiento del senador José Gonzalo Gutiérrez fue el último golpe que recibió el partido Colombia Democrática

JUSTICIA

El final de un partido

Son tantos los problemas judiciales de Colombia Democrática, que están llegando a sus curules del Congreso personas con votaciones dignas de un concejo municipal.

6 de diciembre de 2008

Cuando se discutió la circunscripción nacional para el Senado en la Asamblea Constituyente de 1991, uno de los argumentos más persuasivos sobre sus bondades era que facilitaría la llegada de ilustres figuras políticas al Congreso. Sería la verdadera cámara alta, donde se debatirían los grandes problemas del país. Se estimaba que para aspirar a codearse en tan prestigioso escenario sería necesaria una cantidad significativa de votos y que sus 102 integrantes reflejarían una representación no tanto regional, sino más bien nacional.

Tal vez los constituyentes no se imaginaban un partido como Colombia Democrática, que está a punto a convertirse en la agrupación política con asiento en el Congreso con menos representación política -y votos populares- en la historia moderna del país. Logrará ese 'hito' cuando se posesione Jacobo Faustino Gómez, octavo en la lista del Senado en las elecciones de marzo de 2006, quien obtuvo 3.480 votos, cuando un senador necesita por lo menos 10 veces esa cifra para ser elegido. Él se unirá al senador Cristóbal Rufino Córdoba, séptimo en la lista, quien asumió tan honroso cargo el 17 de julio de 2008 con el voto de 3.750 colombianos. La decana de la bancada de Colombia Democrática es Luzelena Restrepo Betancur -más conocida por ser la hija de Regina 11-, quien obtuvo 8.367 votos y fue el quinto renglón. Ella se posesionó en julio de 2007. Así, los tres congresistas de Colombia Democrática representan a 15.597 colombianos -5.200 por legislador-, votos más propios de un edil que de un parlamentario de dimensión nacional.

Colombia Democrática llegó a esta crítica situación tras la muerte el pasado martes del senador José Gonzalo Gutiérrez, el cuarto de la lista. ¿Y los tres titulares que obtuvieron entre sí el 62 por ciento de los votos de ese partido hace menos de tres años? Con serios problemas judiciales por presuntas relaciones non sanctas con grupos paramilitares.El director y cofundador de Colombia Democrática y cabeza de la lista, Mario Uribe, renunció a su curul para evitar ser investigado por la Corte Suprema. El segundo, el senador Álvaro García Romero, ha sido acusado por el alto tribunal de ser el autor intelectual de un asesinato y fue el primero en ser reemplazado en el Congreso. Y el tercero es el tristemente célebre senador Miguel Alfonso de la Espriella, quien es el único que ha aceptado su responsabilidad penal al someterse a sentencia anticipada.

No son los únicos miembros del partido sub júdice: Ricardo Elcure Chacón, quien sucedió a Mario Uribe en el Senado, fue capturado en abril y recientemente llamado a juicio para responder por el delito de concierto para delinquir agravado. En julio de este año, Cristóbal Córdoba se convirtió en el tercer ocupante de una misma curul; un hecho insólito que se volverá a ver en los próximos días cuando Jacobo Faustino Gómez, un pastor evangélico de La Guajira, según El Nuevo Siglo, se posesione para reemplazar al fallecido senador Gutiérrez. Este último había arrancado el carrusel al suplir a García en 2007.

Podrían incluso ser más los implicados judicialmente si en enero de 2006 Uribe no hubiera expulsado de sus listas a las entonces representantes Rocío Arias y Eleonora Pineda, quienes sin duda iban tener un renglón privilegiado en la lista.

La lamentable experiencia de Colombia Democrática es motivación suficiente para impulsar la 'silla vacía' y la prohibición (otra vez) de las suplencias, ya que éstas van en contravía de un pilar de la democracia representativa: que los congresistas elegidos reflejen siempre la voluntad de sus votantes.

Y deja sobre el tapete una pregunta aun de mayor calado: ¿Cuál es la legitimidad de Luzelena Restrepo Betancur, Cristóbal Rufino Córdoba y Jacobo Faustino Gómez para votar sobre leyes y reformas constitucionales, dada la penosa situación penal de sus dirigentes de partido y su precaria votación nacional?