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Al padre del pequeño Jhosetb lo asesinaron a los 15 días de su nacimiento.

HISTORIA

¿Quién se encargará ahora del bebé de Salgar?

Ante la muerte de la mayoría de sus familiares, la cuestión es quién cuidará al niño de 11 meses de nacido que sobrevivió milagrosamente. Aquí está la respuesta.

21 de mayo de 2015

A la vida Don Álvaro Hernández Gutiérrez llegó la peor de las tragedias. Pero, también, el más maravilloso de los milagros. Su esposa y sus dos hijos murieron en la avalancha de Salgar, pero Jhosetb Díaz, su nieto de 11 meses, fue rescatado de entre el lodo, casi agonizante, solitario y abandonado.

El soldado Elinéider Campo, quien rescató a un bebé de 11 meses entre los escombros que dejó la avalancha en Salgar, Antioquia, contó este jueves en Blu Radio detalles de este hecho sobrecogedor. “Estábamos realizando el trabajo que hacemos a diario e íbamos por la orilla de la quebrada, ahí estaba el niño entre dos piedras. No fui capaz de cogerlo porque me dio tristeza y miedo y mis compañeros lo pusieron en una camilla y lo subieron a que le dieran los primeros auxilios”, narró el soldado. Luego lo bañaron, le dieron de comer y el niño volvió a sonreír.

“Un milagro”, dice su abuelo Álvaro Hernández Gutiérrez, de 58 años, quien habla con rapidez y coraje. Este jueves se dispone a darles el último adiós a sus seres queridos, pero agradece la fuerza que le deja el regreso a la vida de Jhosetb Díaz, quien nació el 14 de junio del año pasado. Un triste hecho se suma su vida: su padre, Nelson Andrés Díaz, fue asesinado a los 15 días de  su nacimiento. Aún se desconocen las causas.

La suerte de este pequeño –que superó la fuerza de la violenta avalancha en que se convirtió una mansa quebrada– no la tuvieron ni su madre, ni su tío, ni su abuela materna, ni 18 familiares más que se encontraban en la madrugada del pasado domingo en una vivienda del sector Escuela Vieja, que limita con el corregimiento Las Margaritas.

La familia había viajado de Andes a Salgar para un cumpleaños de otro familiar. Inicialmente tenían pensado devolverse el domingo, pero como era lunes festivo decidieron prolongar la estada. Esa noche, a las 2:30 de la mañana, ocurrió lo peor.

La quebrada la Liboriana se convirtió en una potente avalancha que arrasó con todo lo que se encontró. Mónica Marcela, madre del bebé e hija de Álvaro, se aferró al pequeño hasta que pudo.  

A la esposa de Álvaro, María Rocío Rincón, y John Alexis Hernández Rincón, su hijo menor, se los llevó la avalancha que deja, hasta el momento, 84 muertos, de los cuales han sido identificados 54: 29 mujeres y 25 hombres.

Todos sus seres queridos murieron, pero entre toneladas de piedras, lodo, agua y tejas, el bebé resistió. “Que lo encuentren en medio de todo eso y que no tenga ni una fractura no puede ser sino un milagro”, dice su abuelo. “Un héroe de la patria, que pensó ver un muñeco entre unas ramas, lo salvó”.

Luego, cuando lo vio en el hospital de Medellín, “me miró, movió las manitos como diciéndome que lo cargara”, dice su abuelo.

“Estoy triste por mi esposa mis dos hijos, pero alegre por el bebé que va a ser mi futuro. Voy a luchar con la otra abuela para darle todo lo mejor”.  

“Aquí hay un Dios vivo”, agrega el abuelo del pequeño.