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Luis Genaro Muñoz, el nuevo gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, es payanés. Se le conoce como un hombre reservado, de pocos amigos y gran conciliador

CAFETEROS

El gallo tapado

El bajo perfil que se le atribuye a Luis Genaro Muñoz Ortega, nuevo gerente de la Federación de Cafeteros, más que un defecto puede ser una virtud para enfrentar los grandes retos que tiene por delante.

29 de agosto de 2009

Después de la más difícil elección que ha tenido el gremio cafetero en 82 años de historia, finalmente escogió a Luis Genaro Muñoz Ortega como nuevo zar del café de Colombia.

En un congreso extraordinario, los productores le dieron el 67,7 por ciento de los votos (42) a Muñoz, lo que corresponde al respaldo de 11 comités departamentales cafeteros. Por primera vez, el gerente de la Federación no es elegido por aclamación. Esta escogencia pasará a la historia porque dividió el gremio y lo dejó golpeado internamente. Antioquia, Caldas, Quindío y Cundinamarca, que representan el 38,7 por ciento de la producción cafetera nacional y el 33 por ciento de las familias caficultoras, votaron en blanco en señal de protesta por el proceso de escogencia de la terna con los candidatos. Estos departamentos tenían 20 votos y apoyaban la candidatura del reconocido ex ministro Juan Camilo Restrepo Salazar.

En los últimos ocho días, el nombramiento de Muñoz como nuevo gerente de la Federacafé estaba 'cantado', pero no fue así desde el comienzo del proceso. Y no porque no tuviera los méritos suficientes, sino porque muchos pensaban que una figura como la del ex ministro Juan Camilo Restrepo, con un alto perfil, amplísima experiencia y curtido en estas lides cafeteras, era el candidato natural.

Luis Genaro Muñoz es poco conocido fuera del gremio, aunque en el interior acumula una trayectoria de 19 años. El asunto es que el país estaba acostumbrado a ver en este cargo a personajes muy reconocidos en otras actividades de la vida pública, no sólo cafeteras. Al gerente de la Federación muchos lo ven como una especie de 'canciller' del país, pues representa el producto símbolo de la economía nacional, se codea con la gran industria cafetera mundial, los tostadores y consumidores internacionales. Un día está en Nueva York, otro en París y otro en Londres.

Pero el bajo perfil podría ser el arma que le permita a Luis Genaro Muñoz manejar los destinos cafeteros en la actual coyuntura. No tiene afanes ni protagonismos. Quienes lo conocen afirman que no ambiciona llamar la atención, es tranquilo y trabaja tan callada como arduamente. Como muchos no lo conocen, tendrá más oportunidad de sobresalir en su nueva tarea, libre de presiones de poder y de protagonismos.

Muñoz es bien conocido en su tierra, Popayán, donde nació en 1960.

Hizo fama de tímido. "Le caía bien a todo el mundo -dice uno de sus compañeros de la época-, tanto, que le pusimos 'Niño Dios' como apodo". Viajó a Bogotá para estudiar en la Universidad Jorge Tadeo Lozano y su vinculación con el gremio cafetero es de hace casi dos décadas.

Como hombre reservado, es de pocos amigos, pero se le considera un gran conciliador. Más que hablar, oye. Después toma decisiones.

Ahora, Muñoz tendrá que tomarlas, pues asume grandes retos. Tendrá que recomponer la unidad del gremio, que quedó muy resquebrajada tras el proceso de elección. Él confía en que la unidad institucional se restaurará y permanecerá fuerte como venía. Es muy importante hacerlo, porque el bloque que votó en blanco, en protesta, tiene más de una tercera parte de la producción. También tendrá que continuar la tarea que se impuso el sector de elevar el producto cafetero de 12 a 17 millones de sacos. Esto es fundamental porque el consumo ha venido aumentado dentro y fuera del país. Y por supuesto, deberá avanzar en la renovación de cafetales y en la estrategia comercial internacional, a través de Procafecol, el holding que maneja la política de valor agregado con la marca Juan Valdez. Algunos analistas creen que es necesario revisar el modelo de cómo operan estas tiendas en el exterior, para que realmente sea exitoso y no fracase en medio de una competencia tan agresiva de las multinacionales en este mercado.

Lo cierto de todo es que después de tanto ruido que hubo en esta elección, el nuevo zar del café puede resultar todo un gallo tapado. El tiempo lo dirá.