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EL GRAN GOLPE

Por primera vez las agencias antinarcóticos de Estados Unidos se unieron para combatir las <BR>redes internacionales del narcotráfico. Detalles de la operación.

22 de marzo de 1999

A mediados de agosto de 1997 los cuatro funcionarios que lideran la lucha contra el
narcotráfico en Estados Unidos impulsaron una reunión secreta en Washington con el fin de encontrar
mecanismos que les permitieran desarrollar una estrategia encaminada a combatir las redes de distribución
de narcóticos en ese país. Durante una semana se sentaron a manteles el director de la DEA, Thomas
Constantine; el director del FBI, Louis J. Freeh; el director del servicio de Aduanas, Raymond W. Kelly, y la
fiscal general, Janet Reno. Era la primera vez en la historia de la lucha contra el narcotráfico que estos
cuatro poderosos funcionarios dejaban de lado sus intereses personales para hablar de frente sobre un tema
que los tenía desvelados en los últimos meses. Los cuatro participantes de la reunión sabían claramente que
si no unían fuerzas la batalla contra la invasión de cocaína, heroína y marihuana a Estados Unidos estaría
perdida.Así lo mostraban las cifras. Las estadísticas proyectadas en el pequeño recinto donde se llevó a cabo
la reunión eran desalentadoras. De acuerdo con esos datos, entre 1996 y 1997 los carteles de la droga de
Colombia y México habían logrado introducir a los distintos estados de Norteamérica cerca de 400 toneladas
de cocaína, más de 150 de marihuana y unas 100 toneladas de heroína. Pero la preocupación en ese
momento no era tan grande acerca de cómo habían ingresado esa cantidad de narcóticos sino el total
desconocimiento sobre los jefes que tenían a su cargo la distribución de esa droga entre la población
estadounidense. También concluyeron que los esfuerzos para combatir los carteles de la droga, tanto en
Colombia como en México y República Dominicana, seguirían siendo estériles si no se buscaba una fórmula
para tapar el dique de las redes de distribución.Frente a ese crudo panorama los asistentes a la reunión
coincidieron en que la única salida que había en ese momento era la de convocar a sus mejores hombres
con el fin de planear una operación que tendría dos fases. La primera, la identificación de las redes de
distribución de droga en Estados Unidos. La segunda etapa tenía como objetivo establecer a dónde iban a
parar los dineros de las ventas de esa enorme cantidad de droga que se vendía en las calles de Nueva York,
Los Angeles, la Florida y la costa oeste.Fue así como en octubre de 1997, una vez más, Constantine, Freeh, y
Janet Reno, volvieron a encontrarse en Washington. Esta vez la reunión fue para discutir con sus más
inmediatos colaboradores el plan que se iba a desplegar en la lucha contra la distribución de la coca. Fue
un encuentro breve en el que se selló un pacto de caballeros: por ningún motivo ninguna de las agencias
involucradas, al igual que la Fiscalía, podrían filtrar un solo dato de dicha operación. De ese pacto dependería
el éxito o el fracaso.El comienzoUn mes después arrancó la operación. Su nombre hasta el día de hoy se
mantiene codificado bajo el rótulo de secreto. El primer gran paso que se dio fue el de identificar las
organizaciones internacionales del narcotráfico que tienen el control de las redes de distribución de droga en
Estados Unidos. Por esa razón se decidió vincular de lleno, y entregarles gran parte de la responsabilidad de
la operación, a los directores de la DEA en Colombia, Larry Lionf; México, Michael Harman, y autoridades
dominicanas. Igualmente fueron reclutados los mejores investigadores del FBI y la DEA con sedes en Los
Angeles, Nueva York y Miami. A los agentes de Colombia, México y República Dominicana se les encargó
la misión de identificar quiénes eran los cabecillas que estaban enviando la droga hacia Estados Unidos. A los
funcionarios de la Florida y Los Angeles se les asignó la tarea de rastrear e identificar a los jefes de
las redes de distribución. El trabajo no fue fácil. En mayo de 1998 el director del FBI, Louis J. Freeh, y
posteriormente, un mes después, el director de la DEA, Thomas Constatine, visitaron a Colombia con el
fin de reunirse con el director de la Policía, general Rosso José Serrano, y el director de Antinarcóticos,
coronel Leonardo Gallego. En esas reuniones, que tuvieron carácter de secretas, asistió también el director de
la DEA en Colombia, Larry Lionf. El trabajo que se le encomendó a la Policía colombiana fue el de investigar
quiénes tenían para esa época el control del envío de droga hacia Estados Unidos.Fue así como hacia el mes
de agosto de 1998 el general Serrano envió al director de la DEA un documento, altamente confidencial, en el
que señalaba que los dos hombres que en ese momento manejaban el negocio de la droga en Colombia
eran Alberto Orlandez Gamboa, alias 'El Caracol', y la organización 'Lara Nausa', en cabeza de los hermanos
María y Jaime Orlando. Según ese documento esos dos grupos manejaban el 70 por ciento de la droga que
tenía como destino final Estados Unidos. Los Carteles MexicanosEse mismo trabajo lo llevaron a cabo los
hombres de FBI, DEA y Aduanas en México. Los investigadores descubrieron que el negocio del narcotráfico
en ese país estaba bajo el control de nueve organizaciones divididas en dos grandes sociedades. Una,
conocida como el 'cartel del Golfo', y la otra el 'cartel del Pacífico'.Sin embargo esa sólida estructura de los
capos mexicanos comenzó a desvertebrarse después de la muerte de Amado Carrillo Fuentes, más
conocido como 'el señor de los cielos', ocurrida el 4 de julio de 1997. Bajo su mando estaba el control de los
carteles que operaban en 14 estados mexicanos. Con su muerte comenzó una lucha por el control y la
sucesión de Amado Carrillo. Incluso se alcanzaron a presentar una serie de enfrentamientos entre las
organizaciones del 'golfo' y del 'pacífico'. Después de una dura lucha interna los narcotraficantes mexicanos
reconocieron en Juan José Esparragosa Morales, alias 'El Azul', al nuevo jefe de las drogas de ese país. La
otra organización mexicana conectada con las redes de distribución de droga en Estados Unidos fue la de
Amezcua Contreras. Esta se encuentra bajo el mando de los hermanos José de Jesús y Luis Ignacio
Amezcua Contreras. Los dos controlan el envío de droga hacia la ciudad estadounidense de Dallas, que es el
centro de acopio de esa organización, para que posteriormente los jefes de las redes de distribución de
Estados Unidos las despachen hacia Los Angeles, San Francisco, Portland, Atlanta y Nueva York.El trabajo
de identificación de los distribuidores de droga hacia los Estados Unidos dejó una dura lección para los
hombres del FBI, la DEA, Aduanas y la Fiscalía General de Estados Unidos. En el trabajo de campo que
desarrollaron, tanto en Colombia como en México, descubrieron una dura realidad. Desde puntos estratégicos
que tienen como origen Colombia, pasando por las rutas de México y República Dominicana, Estados Unidos
es prácticamente bombardeado con cocaína y heroína por las organizaciones de narcotraficantes. Los capos
de la droga encontraron tres frentes de ataque. El primero parte directamente de Colombia rumbo al sur de
la Florida. La droga llega a los centros de almacenamiento localizados en Miami, Fort Lauderdale, Tampa,
Orlando y Jackson Ville. El segundo frente también tiene origen en Colombia pero va por la ruta de República
Dominicana. De allí se bombardea la costa oeste de Estados Unidos y tiene como destino final a Nueva
York, Filadelfia, Baltimore, Washington y Boston. Y el tercer gran frente va vía Colombia rumbo a México.
Dentro del desarrollo de la operación conjunta realizada por el FBI, la DEA, Aduanas y la Fiscalía General
de Estados Unidos se estableció que desde México las organizaciones del narcotráfico atacan cuatro
grandes frentes de Estados Unidos. El primero está dirigido hacia las ciudades de Oklahoma, Dallas, Houston
y Nueva Orleáns. El segundo es recibido por las redes de distribución que manejan los mercados de Los
Angeles, San Francisco, Las Vegas, Sacramento y Phoenix. El tercero está dirigido a surtir los mercados
de El Paso, Denver y LandWood Springs. Recta finalLa siguiente fase de la operación se desarrolló entre
agosto y diciembre del año pasado. El trabajo se centró, única y exclusivamente, en Estados Unidos. Estuvo
a cargo de los hombres de la DEA y del FBI. Su objetivo fue atacar de frente a las redes de distribución así
como a las organizaciones encargadas del lavado de dólares. Los resultados finales de esta segunda
etapa todavía se mantienen en el más absoluto secreto por parte de las autoridades estadounidenses. La
poca información que se conoce sobre ella señala que cerca de 1.500 personas están siendo todavía
investigadas para establecer sus vínculos con los grandes carteles. . La gran operación, que nació un año
atrás en un salón de la Fiscalía General a cargo de Janet Reno, es hoy considerada como la de mayor éxito
en la lucha contra el narcotráfico en ese país. Por primera vez las autoridades estadounidenses decidieron
buscar la paja en su propio ojo. Encontraron que el problema no sólo es único de los países productores de
coca y heroína. El gran talón de Aquiles sigue siendo el de las redes de distribución. Y ese fue el punto que
se atacó con mayor vehemencia en la operación que se inició en octubre de 1997. Todavía falta mucho camino
por recorrer, pero la gran lección que ha dejado esta operación es que mientras no se ataquen los centros de
distribución en Estados Unidos la batalla contra el narcotráfico seguirá perdida. nDurante 1997 los carteles
de Colombia y México bombardearon de droga a E.U.OrganizaciónCarrillo - FuentesEsa organización es la
responsable del manejo de las pistas clandestinas en el noroeste de México. Provee de droga a las redes
localizadas en el sur de California, Arizona y Texas.OrganizaciónAmezcua - ContrerasS e calcula que por
las manos de esta organización circula el 30 por ciento de la cocaína que ingresa a Estados Unidos. Maneja
gran parte del mercado en las ciudades de Nueva York, Dallas y San Francisco. Mantiene importantes
nexos con oficiales militares, quienes le facilitan sus rutas especialmente con la frontera en
California.OrganizaciónLara NausaAgentes del FBI y la DEA lograron descubrir durante el año que duró la
operación las actividades de esta organización, conformada por los hermanos Lara. Ellos tiene a su cargo el
manejo del tráfico de heroína especialmente hacia Nueva York. Y mantienen importantes nexos con las redes
de distribución localizadas en la costa oeste de Estados Unidos.Organización Cartel de la CostaTanto la
DEA como el FBI lograron identificar a Alberto Orlandez Gamboa, alias 'El Caracol', como el sucesor de los
hermanosRodríguez Orejuela. Tiene el control del tráfico de cocaína que provee a los carteles mexicanos y
dominicanos, al igual que a las redes de distribución ubicadas en la Florida y Nueva York.Las autoridades de
Estados Unidos por fin decidieron buscar la paja en su propio ojo