El héroe anónimo que nunca perdió la calma

En las primeras imágenes que se conocieron del atentado contra el exministro Fernando Londoño, ocurrido este martes en Bogotá, resalta la figura de un hombre maduro, con la cabeza casi rapada, lentes de visión, traje gris y corbata amarilla. Impecable su apariencia y también su actitud. Pese a la conmoción generada por el hecho, se muestra calmado y atento a la condición de su protegido y empuña sin titubeo una pistola Glock 9 milímetros que le permite abrirse paso.
 
Lleva sujeto del brazo derecho a quien iba dirigida la carga de un potente explosivo, altamente sofisticado. Acaba de ver como el artefacto les segó la vida a dos de sus compañeros y destrozó la camioneta en la que viajaba. Todavía debe ir aturdido por el estruendo cuando camina por plena avenida Caracas con su jefe ensangrentado. Nada de lo anterior le impide perder el norte. El objetivo inmediato es salir de ahí y evitar que los terroristas se percaten del fracaso de la acción y regresen a rematar a quien era su objetivo.
 
Se trata de Jesús Torguino, un hombre de 43 años de edad, colombiano, padre de dos hijos, quien durante 23 años ha dedicado su vida a proteger la de otros. Trabaja hace poco más de un año para garantizar la seguridad de Londoño y es la persona que lo condujo hasta la clínica donde el exfuncionario recibió atención médica.
 
"Yo pensé que el sujeto que se acercó –a la camioneta- se estaba robando el espejo, pero el conductor, que tenía una mejor visibilidad, me avisó que habían puesto un paquete. Mi primera reacción fue abrir la puerta y cuando pongo el pie en el piso la bomba estalló… Le pregunté al doctor si estaba herido, le pedí calma y esperé que llegaran refuerzos policiales porque como estaba vivo, lo podían rematar", dijo Tonguino en una entrevista a RCN.
 
José Luis Aguilar, subdirector de la Unidad Nacional de Protección, advierte que esta actitud del escolta denota amplio conocimiento de su trabajo. Explica que se trata de un funcionario que durante 22 años estuvo adscrito al extinto Departamento Administrativo de Seguridad, tiempo en el que recibió capacitación para tomar las decisiones idóneas en situaciones caóticas. "Cuando eliminaron al DAS se empleó en una empresa privada que ahora es contratista de la UNP, y desde hace poco más de un año está asignado al esquema de seguridad de Londoño".
 
Aguilar recuerda que todos los miembros del equipo de protección del exministro cumplieron con su deber. El conductor José Ricardo Rodríguez alertó sobre el paquete que había sido colocado por un motorizado, el intendente Rosember Burbano trató de desprender al artefacto del parabrisas, pero no lo logró, y Jesús Torguino condujo hasta lugar seguro a su cliente.
 
Lamentablemente, Rodríguez y Burbano murieron en el atentado, pero demostraron hasta el último momento el compromiso y la lealtad que tenían hacia su oficio.
 
"El evento de esta semana nos demuestra que ninguna medida de protección es suficiente para contrarrestar el terrorismo. Nos enseña que tenemos que mejorar doctrinas y no debemos confiarnos de las técnicas y modus operandi que manejamos porque los terroristas también perfeccionan mecanismos de violencia. Este tipo de atentados, casi suicidas, lo veíamos como algo lejano, imposible de que ocurriera en nuestro país, y resulta que así perdimos dos valiosos hombres", se lamentó Aguilar.
 
Costoso y centralizado
 
El vocero de la UNP detalla que este organismo dispone de casi 1.900 hombres que trabajan para brindar protección a personas cuya seguridad está en riesgo, bien por la actividad que desempeñan o han desempeñado dentro de la estructura estatal o por la condición de vulnerabilidad que les da el hecho de ser desplazados, políticos, líderes sindicales, jueces, periodistas y otros.
 
"Así se han organizado 19 tipos de grupos y a cada quien se le asigna un equipo de seguridad, conformado por escoltas que trabajan por turnos, en un horario que responde a las necesidades de cada protegido. En esta misión de proteger a unas 1.000 personas en todo el país, el Estado invierte 400.000 millones de pesos al año, que es el presupuesto de la UNP, y a eso hay que sumarle lo que gasta cada institución en equipos adicionales, como vehículos blindados o alarmas", precisó el subdirector de la Unidad Nacional de Protección.
 
Esta Unidad Nacional de Protección, adscrita al Ministerio de Interior y Justicia, fue creada el 1 de noviembre del 2011 con la intención de unificar los esquemas de protección a cargo del Estado. Funciona a través de tres subdirecciones: Evaluación de Riesgos, Protección y Talento Humano y desde su creación está bajo la dirección de Andrés Villamizar.
 
Así lo establece el Decreto 4912 del ministerio del Interior, en la que se indica que la nueva unidad recibirá y tramitará las solicitudes de protección e información allegadas, analizará y verificará la documentación relacionada con las solicitudes de protección, y coordinará con las entidades competentes la implementación de medidas preventivas a las que haya lugar.
 
La UNP tiene a su cargo cerca de 600 exfuncionarios del DAS para las labores de protección, y cerca de 1.300 escoltas que conforman los equipos de trabajo integran la nómina de una empresa privada de seguridad que actúa como contratista de la institución.
 
Con respecto a la capacitación y los beneficios económicos de los escoltas, Aguilar cuenta que reciben reentrenamiento permanente y una escala salarial que se establece de acuerdo con el tiempo de experiencia de los funcionarios. Los más nuevos reciben una remuneración cercana a 1.400.000 pesos, además de las bonificaciones de ley.
 
Finalmente, el subdirector de la UNP agrega que la organización trabaja actualmente en la concreción de acuerdos de cooperación que permitan aprovechar las experiencias que tienen otros países, como Estados Unidos, Reino Unido, España, Israel y Brasil, en la lucha contra el terrorismo.