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EL HIJO DE JOTA

Valencia Cossio sorprende al ganar la votación interna de su partido.

3 de octubre de 1988

Para quienes entienden los tejemanejes de la política, el nombramiento de Fabio Valencia Cossio como presidente del nuevo directorio conservador, no resultó ningún palo. Pero para la mayoría de los conservadores, acostumbrados a oír en las convenciones de su partido los nombres de los ex presidentes, ex ministros, ex candidatos presidenciales y como mínimo de ex gobernadores, la elección que favoreció a un desconocido, los desconcertó. Un paisa de 40 años de aspecto provinciano y de temperamerto agitado obtuvo la mayor votación de los convencionistas socialconservadores y por poco hace que uno de los favoritos, Alvaro Villegas Moreno, quedara por fuera del directorio.

La llegada de Valencia Cossio a las grandes ligas de su partido es el resultado de una combinación de trabajo y suerte. Fue miembro, por primera vez, del directorio conservador en 1984, cuando la junta de representantes conservadores lo eligió para que la representara. Y llegó por segunda vez por cooptación, cuando se produjo la muerte de Jota Emilio Valderrama en febrero pasado. Pero si hay algo que lo colocó en el panorama nacional fue su actividad a raíz del establecimiento del esquema gobierno-oposición. Fue el encargado de cobrar la cabeza del ministro Arias Carrizosa y fue a quien le correspondió adelantar los debates contra Cepeda y Montoya durante la legislatura pasada. Se ha ganado la fama de francotirador más que de estadista, pero el tamaño de sus blancos lo han convertido en una figura dentro de su partido.

Es el típico representante de la familia paisa. Es hijo de un maestro de escuela y tiene 10 hermanos. "Eso sí, muy bien colocados", dice un liberal antioqueño al hacer referencia a una de las principales críticas que se le hacen al joven político conservador.
Aunque comenzó su carrera al lado de Jota Emilio Valderrama, a quien acompañó hasta el día de su muerte se ha granjeado la bendición de los ex presidentes Misael Pastrana y Belisario Betancur. Acompañó al primero en su campaña presidencial para 1970, como secretario general en Antioquia y al segundo, como secretario general del Movimiento Nacional en la campaña de 1982. Fue coordinador de la precandidatura de Jota Emilio y gerente de la de Alvaro Gómez en 1986.

Quienes lo conocen afirman que se lo puede definir como el prototipo de animal político. Un trabajador incansable y no necesariamente con muchas inquietudes intelectuales. Es abogado de la Universidad de Antioquia y realizó especialización en cooperativismo en Israel. Buen orador, vehemente y simpático. Algunos afirman que sabe sacarle el jugo a lo que es ser un cargaladrillos porque se hizo a la sombra de Jota Emilio, pero no dejó nunca que éste lo opacara.
Maneja muy bien las relaciones con los medios de comunicación y siempre está atento a los movimientos de fichas dentro de su partido. Es componedor pero no claudica y se afirma que no tiene límite en sus ambiciones.

Aunque algunos sostienen que dado su origen popular no tiene posibilidades de llegar muy lejos, otros consideran que éste precisamente es un atractivo en un país cansado de los "mismos con las mismas". Y a pesar de que Valencia Cossio es aguerrido y no esconde sus aspiraciones a llegar "cuando me toque el turno" a la presidencia--como éL mismo lo dice--, no son pocos los que dicen que está muy biche para estar hablando de esas cosas. Entre sus méritos considera el de haber sido el principal defensor de Belisario después del Palacio de Justicia y el de haber "salvado" la eleccion de Juan Gómez Martínez como alcalde de Medellín. "Cuando las cosas no iban muy bien, me fui para la Registraduría Regional y armé la de Troya", dice el político antioqueño.

En todo caso, a pesar de ser un poco biche y de su poca estructuración, ha logrado siendo representante y no senador, la mayoría de los votos en la Convención Conservadora. Con esto logró desmitificar el hecho de que en Antioquia para ser miembro del Directorio Conservador hay que llamarse Vélez, Villegas u Ospina y, también ha logrado que en el socialconservatismo la expresión "relevo generacional" no se quede en el tintero. --