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EL HOMBRE DEL OVEROL

En una llamada entre Miguel Rodríguez y Pacho Herrera, quedó en claro que todos le temen. SEMANA revela quién es. Sería el mismo que ordenóla muerte de Elizabeth Montoya.

18 de noviembre de 1996

El fin de semana antepasado, cuando el periódico El Tiempo divulgó una grabación que contenía tres conversaciones telefónicas entre Miguel Rodríguez Orejuela y Helmer Pacho Herrera, ocurridas 24 horas después de un atentado en el cual resultó gravemente herido William, el hijo de Rodríguez, en mayo de este año, losapartes que más impactaron fueron los relacionados con el pánico que sentían los dos jefes del cartel de Cali hacia el sujeto que identificaron en la conversación como el 'hombre del overol'. En uno de los más dramáticos pasajes de la charla, Rodríguez le decía a Herrera que esa persona había resultado "peor que Pablo Escobar".Las referencias al temor que despertaba el misterioso personaje no culminaban ahí. Rodríguez, quien para la época llevaba ya casi 10 meses en la cárcel de La Picota, le pedía a Herrera, quien aún huía de las autoridades, que buscara la manera de hablar con el sujeto con el fin de aclarar unos asuntos. "Usted por qué no hace un gran favor _le solicitaba Rodríguez_, ¿por qué no trata de hablar con 'Overol' y le dice que la persona indicada es el 'Chupasangre'? Hombre, que por qué no hablamos a través de 'Chupasangre'. Pero que qué más claridad, ¡Dios mío! Que donde haya el más mínimo detalle en esa contabilidad que haya que explicarse se explica 10 veces".Herrera, más bien pesimista, le contestaba: "Yo ya no valgo nada, porque estoy muy perseguido y muy jodido.... poco puedo hacer, ya no tenemos amigos... ya no hay un solo peón". Y más adelante agregaba: "La verdad es que yo no quiero morir, ni quiero que maten a mi familia".Al conocerse las grabaciones, el 'hombre del overol' comenzó a asustar ya no a Rodríguez y a Herrera, sino a los colombianos, que no podían imaginar que los principales cabecillas del cartel de Cali hablaran en esos términos de una persona cuya descripción, según ellos, correspondería a la de uno de los más sanguinarios criminales de la historia del país.SEMANA indagó durante cuatro días con miembros de los organismos de seguridad del Estado, investigadores judiciales y fuentes de una agencia antidrogas extranjera, sobre el tema. Así mismo, consultó a algunos abogados vinculados a los procesos contra los principales cabecillas de los carteles. Finalmente, obtuvo respuestas a nueve preguntas que le formuló por escrito a Miguel Rodríguez Orejuela sobre este caso (ver recuadro). Gracias a todas estas consultas, la revista pudo establecer la identidad del misterioso personaje. Se trata de Orlando Sánchez Cristancho, un hombre de edad cercana a los 40 años, caballista, vinculado a negocios de automóviles y joyas, y que durante muchos años trabajó muy de cerca con los hermanos Rodríguez Orejuela. Según una fuente de los organismos de seguridad, "se trata de un personaje que ha servido de puente permanente para negocios de los carteles colombianos con la mafia mexicana". Todo indica sin embargo que hoy se encuentra distanciado de los Rodríguez.En un principio, los organismos de seguridad creyeron que el 'hombre del overol' también podía ser Orlando Henao Montoya, un ex agente de la Policía de más de 40 años de edad, casado y cuñado de Iván Urdinola Grajales, el hombre que fue detenido hace unos cuatro años, sindicado por las autoridades como jefe del cartel del norte del Valle del Cauca. La hermana del 'hombre del overol', Lorena Henao Montoya, es la esposa de Urdinola. Sin embargo, al ser consultadas de nuevo las mismas fuentes de seguridad una vez conocidas las respuestas de Miguel Rodríguez, todos inclinaron sus análisis hacia Orlando Sánchez y consideraron como "altamente posible" que el 'hombre del overo'' sea él.El apodo de 'overol' se debería a la inicial de su nombre. "Esta es una técnica muy usual en las comunicaciones entre estos personajes, usar un nombre cuya primera letra corresponda a la inicial del nombre", agregó una de las fuentes de seguridad. En cuanto a la referencia al 'chupasangre', la revista pudo establecer que no se trata de ningún peligroso delincuente, sino del abogado de los Rodríguez, Juan Fernández Carrasquilla, que se habría ganado ese apodo por su fama de cobrar muy altas tarifas por sus honorarios profesionales. No se trata de un apodo peyorativo sino más bien de una broma. Fernández es un hombre respetado tanto por sus clientes como por el medio de los abogados y por la propia Fiscalía."El término chupasangre hizo tanta carrera en este medio _le explicó a SEMANA uno de los penalistas consultados_ que se convirtió en un genérico y ahora a casi todos los abogados nos dicen así nuestros clientes". ¿Quién es él?El nombre de Orlando Sánchez comenzó a mencionarse con insistencia por los funcionarios de la Fiscalía y el DAS que tienen a su cargo la investigación sobre el asesinato de Elizabeth Montoya de Sarria. De acuerdo con esas investigaciones a Sánchez se le endilga la mayor responsabilidad como autor intelectual del asesinato de la triste célebre 'Monita retrechera'. Según los investigadores, Orlando Sánchez habría aprovechado la crisis política para convencer a algunos miembros del cartel de Cali y a algunos políticos de la necesidad de eliminar a Elizabeth Montoya. Los agentes que investigan el crimen han logrado determinar que el principal motivo que tuvo Sánchez para organizar el asesinato, tiene que ver con una deuda pendiente de 11 millones de dólares que él tenía con la Sarria. Esa deuda era de un negocio que habían hecho los dos personajes, de diamantes conseguidos en el mercado negro y de caballos de paso fino, uno de los mayores hobbies que tenía Elizabeth Montoya. La investigación ha demostrado que para perpetrar el crimen, Sánchez contrató al ex capitán de la Policía, Guillermo Pérez Monsalve, a quien le pagó una fuerte suma de dinero. Pérez es un hombre experto en explosivos, contraguerrilla y operaciones de asalto. El oficial, que está radicado en Estados Unidos, era muy cercano a la familia Sarria y durante varios años manejó los negocios de Elizabeth Montoya en Miami. Dudas aclaradasA Miguel Rodríguez el tema del atentado en el que casi pierde la vida su hijo William, lo tuvo durante variosdías aterrorizado. De acuerdo con informes de inteligencia, el jefe del cartel de Cali realizó varias llamadas a sus antiguos socios que todavía estaban en libertad con el fin de buscar un puente directo con 'el hombre del overol' para conocer las razones que, supuestamente, lo habían llevado a atacar a su familia.Sus dudas comenzaron a despejarse unas horas después del atentado y de las llamadas telefónicas a Herrera, cuando William Rodríguez todavía se encontraba convaleciente en una de las clínicas de Cali. En una comunicación telefónica celular, el hijo de Miguel Rodríguez le contó que una persona que se había identificado como muy cercana al 'hombre del overol' lo había visitado en la clínica. El emisario le habría explicado que el atentado perpetrado el 24 de mayo en un restaurante de Cali, donde fueron acribilladas cinco personas que acompañaban al joven Rodríguez, no iba dirigido contra él sino contra Nicol Antonio Parra Toro, su jefe de seguridad, quien según el emisario del 'hombre del overol' tenía algunas cuentas pendientes. William le dijo a su padre que el emisario había sido muy claro en afirmar que en ningún momento habían buscado herirlo en el ataque y que había que evitar a toda costa que se desatara una guerra entre familias. A partir de ese momento la tensión comenzó a ceder. Otras conversaciones telefónicas de Miguel Rodríguez confirmaron la historia que su hijo le había relatado. El tema pasó a un segundo plano hasta cuando el fin de semana antepasado El Tiempo reveló las conversaciones grabadas por organismos de seguridad. Lucha por el poderPero aunque el asunto del 'hombre del overol' aparentemente se resolvió, las autoridades quedaron convencidas de que el episodio era apenas la punta del iceberg del grave problema que en ese momento comenzaban a enfrentar los Rodríguez y sus aliados: la paulatina pérdida de control del negocio que lideraron durante tantos años. Los distintos carteles del Valle parecen ahora dispuestos a jugarse el todo por el todo en busca de ese control. Según las distintas fuentes judiciales consultadas por SEMANA, cinco grupos estarían en capacidad de dar la pelea. El primero estaría conformado por el cartel del Norte del Valle, liderado por Iván Urdinola, cuñado de Orlando Henao Montoya. "Algunos hombres de este grupo creen que los Rodríguez no han sido leales y que han revelado a las autoridades secretos de las actividades y delitos de la gente del norte", le explicó a SEMANA una fuente de un organismo de seguridad del Estado. El segundo grupo en contienda está en cabeza del 'hombre del overol', Orlando Sánchez. Según las autoridades, Sánchez y su gente han venido tomando decisiones sin consultar con sus jefes encarcelados en La Picota. "Le hicieron saber a los carteles de la Costa y de Bogotá que ellos eran los que estaban mandando en ese momento, y que cualquier decisión de embarques de cocaína, tenía que ser previamente consultada con ellos" , señaló a SEMANA una de las fuentes de seguridad. Un tercer grupo en disputa por el poder sería el integrado por uno de los más importantes carteles de la droga de México. Según las autoridades colombianas, esta organización internacional trabaja desde hace varios años con los Rodríguez. Para las agencias antidrogas extranjeras, los mexicanos conforman una organización muy poderosa y sanguinaria. Su jefe, Amado Carrillo, ha impuesto la ley del talión: ojo por ojo y diente por diente. Por esa razón los demás grupos que trabajan en llave con los Rodríguez le tienen pánico a los mexicanos. "Los mexicanos estaban muy molestos con los Rodríguez y los responsabilizaban de los cargamentos de droga que cayeron en los jets 727 decomisados en los últimos años", señaló a SEMANA un oficial antidroga.El cuarto grupo lo conforma un pequeño núcleo de narcotraficantes emergentes que se ha hecho conocer como la nueva generación en el negocio de la cocaína y pretende quitarse el yugo impuesto durante años por la jefatura tradicional del cartel de Cali. Estos hombres pregonan que la ventaja que tienen sobre los demás, es que ellos carecen de antecedentes judiciales y la identidad de sus líderes es desconocida por los organismos de seguridad. El quinto grupo serían los herederos del cartel de Medellín, que se niegan a dejar su lugar en el negocio.Como puede verse, el caso del 'hombre del overol' confirma que, a pesar de los golpes propinados por las autoridades a los grandes carteles en esta década, el negocio de la droga sigue en firme desarrollo y que mientras haya millones de consumidores en Estados Unidos y Europa, siempre habrá una nueva generación de narcotraficantes en capacidad de proveer la droga cuando los jefes del negocio caen en poder de las autoridades, y dispuestos, si es necesario, a desatar una guerra para asumir el liderazgo de esta actividad ilícita.