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EL HOMBRE DEL RETEN

Pablo Escobar salió de su escondite y está al frente de un grupo armado en las calles de Medellín.

18 de enero de 1993

EL JUEVES DE LA SEMANA PASADA, COMO A las ocho y media de la noche, aterrizó en el aeropuerto de Rionegro el último vuelo del día de la ruta Bogotá-Medellín de la aerolinea Aces. Es conocido como el vuelo de los ejecutivos, pues a esa hora llegan los hombres de negocios antioqueños que tienen que ir a Bogotá y regresar el mismo día. Ese día llegaron, como siempre, presidentes y vicepresidentes de compañías importantes, políticos y altos ejecutivos.

Poco después de las nueve, todos iban transitando por la avenida de Las Palmas, y al pasar por el sitio conocido como el Peñasco se toparon con un reten controlado por un numeroso contingente de personas fuertemente armadas. Después de trancar los vehículos con señas, los hombres, todos con brazaletes del DAS, se identificaron como miembros de esa institución.
"Identifiquese y diga si esta armado", fue la orden que se le dió a cada conductor. Si no había armas y el conductor iba acompañado de una mujer, o si era una mujer sola, a veces los dejaban pasar. También le daban via libre a los taxis. Si los ocupantes eran sólo hombres, los hacían bajar con la frase "Tranquilos somos de la guerrilla pero no les va a pasar nada".Los hombres armados que participaron de este operativo eran alrededor de 40, y entre las nueve y media y las 11 de la noche llegaron a retener acerca de 35 vehículos. Por lo tanto el número de personas que fueron retenidas superaban las 50. Estando todas estas personas de pie en la carretera se comenzó a filtrar un rumor de boca en boca:"Uno de esos tipos es Pablo Escobar". Aunque parecía inverosímil, todos estuvieron de acuerdo. El hombre gordo, con barba y sin bigote no podía ser sino Pablo Escobar, la persona más buscada del planeta. En Colombia todo el mundo ha visto su foto en televisión. Pero en Medellín casi todo el mundo lo ha visto alguna vez en persona en el pasado.

Algunos de los ejecutivos, quienes lo habían conocido cuando era parlamentario, decidieron hablar con él.

Escobar los saludó y les dijo que no se preocuparan que sus vidas no corrían peligro. Le preguntaron entonces que por que estaban retenidos. Escobar contestó :"Estamos buscado policias". Un nerviosismo invadió el ambiente, pues se pensó que podían estar ahí como escudo para una balacera que se podía producir. Inmediatamente les aclararon que no era así y les señalaron dos vehículos: un camión situado a unos 200 metros y un Renault 9. Los hombres de Escobar aclararon que se trataba de dos carros bombas que iban a explotar cuando llegara la Policia.

Pasaron interminables minutos y la tensión aumentaba. Más personas se acercaron a Escobar y conversan con él. Los hombres armados cuando se dirigían a él lo llamaban "patrón" . La Policia no llegaba y Escobar comenzó a alterarse. Un presidente de una importante compañía antioqueña, quien estaba entre los retenidos le manifestó a SEMANA que temió que el estado de alteración de Escobar pudiera agravar las cosas, e instintivamente le dijo: "Tranquilizate Pablo ".

Repentinamente uno de los hombres armado gritó: " Ve, este se nos estaba escondiendo. Es un policia".
Se trataba de un ex agente de la Policía, quien iba con su mujer y otro acompañante. La identificación de policia obedecía a un carne que llevaba en la billetera. En ese momento varios hombres se arrojaron sobre el y lo comenzaron a patear con violencia. Después de una larga golpiza, le dijeron que se levantara. El ex agente trató de arrodillarse y antes de que se pudiera levantar un hombre le disparó en la cabeza y los otros lo rematan con rafagas de ametralladora. En medio del pánico colectivo, Escobar les dijo que se podían ir y todos huyeron despavoridos.

Todo esto sucedió delante de 50 testigos. Varios de ellos se han presentado ante las autoridades para declarar sobre lo sucedido. Han sido interrogados exhaustivamente y todas las declaraciones coinciden. Algunos de los presentes son hombres de negocios conocidos por todo el mundo en circulos financieros y económicos y nadie pone en duda su credibilidad. En círculos sociales en Medellín hoy nadie duda de la historia.

El episodio tuvo algunos desarrollos posteriores. A las 11 y media de la noche, la Policía envió unos helicópteros artillados y tuvo lugar una balacera entre los hombres del reten y los helicópteros. Los habitantes del sector de El Poblado la escucharon. Al otro día, además del hombre que había sido asesinado a sangre fria, aparecieron los cadaveres de la mujer y el otro hombre que lo acompañaban. Nadie vio en que circunstancias murieron, pues cuando salieron del área del reten estaban vivos. En cuanto a los dos carros bombas el camión resultó no tener nada pero el Renault 9 si estaba cargado de explosivos. Las autoridades hicieron una inspección en los terrenos y las casas aledañas y se pudo confirmar que casi toda la zona pertenece a la organización de Pablo Escobar.

En los días siguientes varias de las personas que fueron retenidas recibieron una llamada de personas que se identificaban como "los muchachos del retén".
Cordialmente le recordaron a cada interlocutor que tenía que contribuir para la "financiación de la guerra".
A todos los retenidos les han pedido su nombre, número de teléfono y dirección. Algunas de estas personas ya se fueron del país.

El episodio del asesinato del jueves 10 de diciembre no fué el único. La noche anterior se había registrado un hecho menos sangriento pero igualmente cinematográfico. El presidente de una compañía antioqueña transitaba por la misma carretera seguido por una escolta de cinco hombres cuando fue detenido por un contingente de más de 20 hombres armados. La superioridad numérica les permitió desarmar rápidamente a los escoltas. El ejecutivo permaneció en compañía de su conductor en el interior del vehículo blindado y resolvió no abrir la puerta. Varios de los forajidos agarraron el carro a pedradas y golpes de varilla. Adentro había pánico pero se mantenía la decisión de no abrir la puerta. Finalmente comenzaron a rociar el vehículo con gasolina y amenazaron con prenderle fuego. En ese momento se abrieron las puertas y salieron los ocupantes. Los hombres armados se limitaron a decir que se trataba de una advertencia y que había que prepararse para financiar la guerra. Inmediatamente los dejaron subir al automóvil y desaparecer.

Los cinco escoltas aseguraron que entre ese grupo de personas se encontraba Pablo Escobar. El presidente de la empresa estuvo demasiado poco tiempo fuera del carro y es el único que no puede afirmar con certeza si el jefe del cartel de Medellín estaba ahí o no. El cuento era tan inverosimil que nadie les creyó a los escoltas.
Con los 50 testigos del día siguiente todo se confirmó.

Recogiendo otras versiones, las autoridades pudieron establecer que también el lunes y el martes de esa semana hubo personas que dicen haber sido retenidas por Pablo Escobar en retenes de su gente. Sumando todas las versiones la presencia de Escobar en las calles de Medellin se daba por confirmada.

Las autoridades han investigado todas estas versiones y han pasado del escepticismo a la duda y de la duda a la preocupación.
No todo el mundo está de acuerdo. El jefe del DAS, Fernando Brito, interrogado por SEMANA señala que teniendo en cuenta todos los elementos de juicio disponibles no puede descartar que se trate realmente de Pablo Escobar. Agrega que ha podido recoger información según la cual el jefe del cartel de Medellin habría establecido alianzas con las milicias populares que operan en las comunas del nororiente de la capital antioqueña y también con el ELN. Considera esto sumamente preocupante, pues dejaría a Escobar a la cabeza de una coalición de violencia y terrorismo como no se ha visto.

Para el Ministerio de Defensa las cosas son menos claras. Fuentes consultadas por SEMANA aseguran que desafía toda consideración lógica que el hombre más buscado del mundo esté en la calle, parando carro y mandando mensajes. Podría hacer exactamente lo mismo a través de sus lugartenientes sin estar el de primero en la linea de fuego. Lo que si reconocen las autoridades militares es que el propósito de los retenes móviles es el de atraer a atención de los uniformados hacía zonas donde previamente se han colocado carrobombas, utilizando como señuelo el nombre de Pablo Escobar y de pronto un doble. El propósito sería que alguien alertara a la Policia de que Pablo Escobar está en determinado lugar para tenderle una celada con explosivos a los vehículos que se dirijan hacia allá.

Como consecuencia de esto es que la estrategia de la Policia ante estas eventualidades es enviar helicópteros artillados y no vehículos por tierra.
De todas las fuentes consultadas por SEMANA, solo una alta fuente militar se negó a reconocer que se trataba de Escobar. Esta revista contacto personalmente a varios de los testigos del asesinato, quienes manifestaron que habían conversado personalmente con Pablo Escobar segundos antes de que se produjera. Ninguno de ellos manifiesta la menor duda de que se trata de el y consideran ridícula la versión del doble. Uno de ellos manifestó haber hecho negocios con el en el pasado y no entiende cómo se puede cuestionar el reconocimiento de una persona que se ha visto varias veces. Dada la categoria personal, profesional e intelectual de los testigos es dificil inclinarse por una versión distinta a esta. "Es como si un amigo suyo le dice a usted que estuvo hablando la noche anterior, por ejemplo, con Ernesto Samper y usted pone en duda que en realidad fuera el diciendo que podía ser alguien parecido físicamente. Pablo Escobar no es cualquier persona. Es el hombre más conocido de Medellin", dijo a SEMANA uno de los testigos.

Como eran tantos los testigos y era tal la tensión que reinaba en el retén móvil del jueves 10, hay diferentes versiones sobre cual fue la actitud de Escobar durante el episodio que desembocó en la muerte del ex policia.
Uno de los presentes manifestó a SEMANA que cuando lo estaban pateando en la calle, el jefe del cartel dió la orden de que pararan. Dos personas coincidieron en afirmar que oyeron que en el momento en que iban a dispararle Escobar gritó "Los que no quieran ver esto pueden voltearse" .

En todo caso el hombre del reten tiene desconcertadas a las autoridades.
La única conclusión a que llegan es que si es Escobar, significa que está tan débil que tiene que salir el mismo a la calle a hacer de jefe de escoltas. O tan fuerte que se da el lujo de andar por Medellín como Pedro por su casa. -