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El hombre del Runt

Un naciente conglomerado está copando los principales contratos del Tránsito y Transporte. ¿Quién es Héctor Taborda, el hombre detrás de estos negocios que causan polémica?

12 de diciembre de 2009

En 35 años el antioqueño Héctor Taborda Maya pasó de tener una fábrica de muebles de madera a ser concesionario de millonarios contratos con el Estado en materia de tránsito. En esa época sus preocupaciones eran cómo conseguir talladores para los muebles estilo francés que comercializaba con una reconocida cadena de almacenes en varias ciudades. Hoy está atento a cuál es el sistema de comunicaciones más económico para el negocio que lo trasnocha: el Registro Único Nacional de Transito (Runt).

Esa es sólo una de sus muchas ocupaciones como cabeza de una veintena de empresas que conforman el llamado Grupo Taborda. Su conglomerado provee agua a las zonas industriales de varios municipios de la sabana de Bogotá, participa de una Zona Franca y tiene un parque industrial dedicado a temas de logística, construye bodegas y desarrolla un novedoso sistema de prepago de servicios públicos, una propuesta que ya empieza a exportar a otros países de América Latina. Además edifica apartamentos de alto nivel en Costa Rica y tiene un pequeño hotel en España. Todas estas actividades no generarían mayor interés de no ser porque en los últimos años se transformó en una suerte de zar de los negocios públicos de tránsito y transporte.

Durante mucho tiempo el fuerte de Taborda fue el sector privado. Se especializó en mercadeo y "en todo un poquito", como él dice. En 1986 participó de la controvertida negociación de la mayoría de acciones del equipo de fútbol Atlético Nacional. Ello le ha hecho dar explicaciones, pues en esos años fue común que los dineros de las mafias participaran en clubes deportivos como ese. Taborda dice que recibió las acciones del entonces alcalde de Medellín, Sergio Naranjo como pago de una deuda, que trató de negociarlas con el Grupo Santo Domingo, que finalmente las vendió a la Organización Ardila Lülle y que nunca hubo indagaciones oficiales sobre el tema.

Sus actividades se concentraron en Antioquia, pero a mediados de los años 90 tuvo problemas de seguridad por lo que se radicó en España donde se nacionalizó. Aun así buscó mantener sus negocios en Colombia. Fue así como sirvió de facilitador entre la Gobernación de Antioquia y empresarios españoles y alemanes para solucionar los problemas que hubo en el metro de Medellín.

En 1997, al ganar la concesión de los trámites del tránsito de Bogotá, fortaleció sus negocios con el sector público. El siguiente gran brinco fue en 2003, cuando Fedemunicipios le adjudicó el contrato para la gestión de las multas vehiculares por 12 años.

Esta actividad es la que hoy tiene enfrentada a Fedemunicipios con Bogotá en un pleito de más de 80.000 millones de pesos en los que Taborda tiene intereses.

También genera inquietud que el empresario se conociera con anterioridad con Gilberto Toro, director de Fedemunicipios, sumado a que este sea cercano a la casa política de los Valencia Cossio y a que durante un tiempo Ramiro Valencia fue uno de los asesores del Grupo Taborda. El empresario niega cualquier supuesto favorecimiento del gobierno para sus empresas y dice que su única relación con la política es que ha apoyado a varias campañas, pero que nunca ha contribuido con más de 10 millones de pesos. Asegura que no tiene relación con las actividades en el sector público y en la política de Juan David Ángel, uno de sus pupilos y representante en varios de sus negocios. Ángel es uno de los miembros del Comité de Promotores del referendo reeleccionista y trabajó en la Presidencia a cargo de la oficina de reinserción de guerrilleros y paramilitares.

El Grupo Taborda ha recibido una andanada de cuestionamientos en los últimos días por el Runt. Se trata de un multimillonario negocio con el Ministerio de Transporte que ha tenido problemas en su puesta en marcha y al que se hizo el empresario antioqueño al comprarlo a las empresas que ganaron la licitación. Si bien el negocio fue lícito, en la opinión pública dejó un tufillo de falta de transparencia. Entre contratistas de transporte se comenta que Taborda pagó por el Runt 10 millones de dólares, pero él dice que no llegó al 20 por ciento de esta suma.

No hay duda de que en los últimos seis años los negocios del Grupo Taborda con el sector público se han fortalecido. Y ya tiene la mira en otros importantes contratos como el de recaudo unificado de los peajes y los dineros del transporte público, sector en el que seguramente seguirá dando de qué hablar.