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EL KINDER DE JULIO MARIO

Control familiar, relevo generacional y dirección colegiada marcan el nuevo rumbo del Grupo <BR>Santo Domingo.

1 de marzo de 1999

Tan pronto se supo que Augusto López Valencia dejaría de ser presidente de Bavaria
surgieron las dos versiones de rigor sobre las razones de su salida. La oficial, según la cual el mismo López
Valencia habría considerado cumplido su ciclo dentro del grupo y querría pasar más tiempo con su familia. Y
la segunda versión, la extraoficial, según la cual su cabeza era el costo de la muy publicitada
reconciliación entre Julio Mario Santo Domingo y Andrés Pastrana. Pero ninguna de las dos es cierta.
Augusto López pensaba retirarse cuando cumpliera 65 años y faltaba poco más de un año para ese festejo.
Por otro lado, la pelea entre el grupo y el gobierno no parecía tener más implicaciones que un distanciamiento
social que no mortificaba a ninguno de los protagonistas. A Julio Mario ni le preocupa mucho un
distanciamiento con un gobierno ni le entusiasma tanto una cercanía como para descabezar al presidente de
su organización por esa causa. Y Andrés Pastrana sabe bien que el conflicto con Santo Domingo se agrava o
se mejora si éste así lo decide y no si el presidente del grupo lo quiere. Afirmar, por otra parte, que Augusto
López pagó los platos rotos de la cercanía entre el grupo y el presidenteErnesto Samper puede ser cierto pero
no explica los verdaderos motivos de la salida intempestiva porque, a pesar de que Samper en su momento
calificó a Augusto López como el "amigo ideal", lo cierto es que esa alianza fue resultado de una decisión
estratégica del grupo, que le permitió crecer mucho en su momento, más que una decisión de López con su
amigo el presidente. Ninguno de los puntos anteriores es en realidad la causa directa de la renuncia de la
semana pasada. Lo que le sucedió a Augusto López fue lo que le ocurre con frecuencia a los ejecutivos que
acumulan demasiado poder en cualquier empresa. Tarde o temprano salen a flote rivalidades, resentimientos,
suspicacias y chismes alrededor de excesos o supuestos excesos incurridos en el ejercicio de ese poder.
Los equipos de trabajo considerados exitosos en el pasado empiezan a ser vistos como roscas, mientras que
los desplazados comienzan a ver la botella medio vacía y no medio llena. Y si estos conflictos son comunes
en sociedades anónimas, lo son aún más en empresas familiares. El Grupo Empresarial Bavaria, a pesar del
cambio de nombre, es un conglomerado familiar en el cual sus miembros no han jugado ningún papel
importante desde que Santo Domingo se fue a vivir al exterior. Hoy una nueva generación de hijos y sobrinos
cuenta ya con la edad y las ganas de tener más juego del que les daba Augusto López. El propio Julio Mario
Santo Domingo, con la vitalidad de un hombre 20 años menor que los 75 que tiene, está hoy interesado en
tener mayor contacto con el país y tomar las riendas de sus negocios en forma más directa.Lo que pasó es
que la familia recuperó el poder. Y lo hizo porque una buena parte del grupo está en venta como
consecuencia del agresivo proceso de internacionalización en que se ha comprometido. La búsqueda de
socios estratégicos en la que se ha embarcado el grupo ya no es sólo una aventura de las compañías de
telecomunicaciones sino que ha llegado hasta la propia actividad cervecera. Por eso, lo que decidió hace
pocos días Julio Mario Santo Domingo no fue apenas pisar el acelerador del proceso de retiro de Augusto
López sino, sobre todo, poner a la cabeza de la búsqueda de socios internacionales a su propia familia.
Algunas decisiones que se tomarán en el grupo en los próximos días, entre las que se cuenta la creación de
un consejo asesor presidido por el propio Julio Mario e integrado por sus tres hijos, sus sobrinos y sus
más cercanos colaboradores, pondrán en evidencia que lo que ha sucedido en el interior del conglomerado
empresarial más importante del país es más fácil de explicar de lo que muchos imaginan. Pero también que el
futuro del grupo se jugará en los meses venideros y que una buena parte de las acciones de sus empresas
más importantes podrían pasar a compañías multinacionales.
Muerte en Park Avenue
Si a ello se le añade la decisión de seguir adelante con la escisión del grupo en dos _el sector cervecero por
un lado, y el de telecomunicaciones, transporte, seguros y servicios por el otro_ y de no nombrar un sucesor
de Augusto sino dos personas que lideren cada uno de los dos grandes sectores, se puede decir que el
terremoto que sacudió al Grupo Santo Domingo la semana pasada lo ha cambiado para siempre. Y en todo
este proceso no podía dejar de caerle un poco de agua sucia a Augusto López. Aunque nadie cuestiona su
integridad personal se le imputa una personalidad napoleónica y excluyente. Sin embargo podría decirse
que cualquier persona que maneje un conglomerado de más de 100 empresas, que representa cerca del 5 por
ciento del PIB, acabará siempre siendo percibido así. El problema del Grupo Santo Domingo no ha sido
Augusto López sino el exceso de centralización con que se viene manejando desde hace 20 años. Augusto
López, en la práctica, ejercía como gerente de muchas de esas empresas y los gerentes titulares no eran
más que subgerentes. Este modelo es antitécnico pero los resultados empresariales no pudieron haber sido
mejores. En los 13 años que estuvo al frente del conglomerado las utilidades se multiplicaron por 100,
crecimiento superior al de cualquiera de sus rivales. Este resultado se debe principalmente a su talento, el
cual combinaba los requisitos empresariales y políticos que exige un conglomerado de esa dimensión. Ni
siquiera sus detractores pretenden que exista un individuo en Colombia que bajo ese sistema hubiera podido
hacerlo mejor. Familia busca socios seriosLo que pasa es que ahora la familia quiere cambiar de sistema.
No quiere depositar la responsabilidad en un solo individuo, sino en varios, y ojalá algunos de ellos con los
apellidos Santo Domingo o Dávila. Se trata de una combinación de reconquista familiar y descentralización.
Y esa transformación no se podía llevar a cabo con la persona que era el símbolo del modelo que se quiere
reemplazar. En adelante, los procesos de discusión o de negociación en los que ha incursionado
Bavaria se verán acentuados. Entre ellos se ha hablado con insistencia de negociaciones entre Santo
Domingo y la empresa brasileña Brahma. Lo mismo sucederá con la búsqueda de alianzas estratégicas
y venta de participación en compañías como Celumóvil, cuyo alto endeudamiento pide a gritos la presencia
de nuevos socios internacionales. Procesos similares viven compañías como Sofasa, Colseguros y la misma
Avianca. Es evidente que en un proceso de esta naturaleza otros protagonistas entrarán a jugar y un nombre
se menciona cada vez con mayor fuerza en los temas relacionados con el grupo. Se trata de la banquera
de inversión de Santo Domingo, la barranquillera Violy McCausland, cuya sede es Nueva York. Santo
Domingo, quien durante años había solo escuchado la opinión de Augusto, atiende hoy mucho la de Violy, y
su sobrino Carlos Alejandro Pérez Dávila trabaja para ella. Lo cierto es que las opiniones de Violy y las de
Augusto no siempre coincidieron. En ocasiones estas diferencias enrarecieron el ambiente y produjeron
fisuras en la jerarquía monolítica de mando que había antes. La salida de Augusto López cierra el ciclo de
crecimiento más importante que ha vivido el grupo, su momento de mayor poder e influencia en todos los
sectores de la vida nacional. Tienen razón los que opinan que no será fácil encontrar un sucesor, pero
tampoco lo están buscando. Por lo menos no un reemplazo de esas características. Quizá lo que más ilustra
lo que sucedió en el grupo la semana pasada es la lista de quienes integrarán el más alto órgano de
pensamiento estratégico del grupo en el futuro. Presidido por el mismo Julio Mario Santo Domingo, el consejo
estará integrado por Julio Mario Santo Domingo Braga _hijo del primer matrimonio_, Alejandro y Andrés
Santo Domingo Dávila _hijos de Beatrice Dávila de Santo Domingo_, Andrés y Pablo Gabriel Obregón Santo
Domingo, Carlos Alejandro Pérez Dávila, Gonzalo Córdoba y Alberto Preciado. Lo curioso es que la misión
más importante de un grupo tan cercano al dueño es la de eliminar del grupo todo rastro de que alguna vez
se trató de una empresa familiar.
El reinado de Augusto
A ugusto López condujo al Grupo Santo Domingo al ciclo de crecimiento más importante de su historia y al
momento de mayor poder e influencia en la vida nacional. Estas son algunas de sus obras:· Adquisición del
control accionario de Avianca, Sam, Cervunión y Sofasa.· Control accionario y reestructuración de
Colseguros.· Adquisición de Caracol Radio, Caracol Televisión, Radio Latina (Francia), Consorcio Radial
de Chile, Cromos, Comunican (El Espectador), Centralce (Portugal).· Creación de: Celumóvil, canal
privado Caracol, Compañía Andaluza de Cervezas (España), Auditamos, Serdán, Productora de Jugos (jugos
Tutti Fruti y Orense), Americatel, Red Colombia y Latino Net.· Construcción de la Maltería Tropical de
Cartagena, Cervecería de Boyacá, edificio administrativo de Bavaria, y Parque Central Bavaria.·
Consolidación de la Compañía de Cervezas Nacionales y Cervecería Andina en Ecuador.· Participación
accionaria en Biofilm, Polipropileno del Caribe, TV Cable, Galaxy Entertainment (Direct TV), Grandes
Superficies de Colombia (Carrefour), desarrollo hotelero Guanacaste en Costa Rica y Orbitel.· Creación y
venta de Colfondos, venta de Bancoquia al Banco Santander. · Escisión del Grupo Bavaria en Bavaria y
Valores.