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EL MONO EN LA JAULA

Con la captura de José el "mono" Abello, cae la cabeza del cartel de la Costa.

13 de noviembre de 1989

Los agentes de seguridad estaban muy nerviosos. Ya habían hecho tres intentos de entrar al restaurante y siempre, en el último momento, se arrepentían. Tenían la oportunidad de hacer la captura más importante desde que el presidente Barco le declaró la guerra al narcotráfico. Pero también corrían el riesgo de hacer el oso de su vida. La labor de inteligencia realizada les daba la seguridad de que la persona que estaban buscando era la misma que había llegado en compañía de dos elegantes damas. Sin embargo, la foto que llevaban y que miraban y volvían a mirar no tenía nada que ver con el hombre que, desde hacía 20 minutos, había entrado al restaurante.

Como el reloj no se detenía, por fin se decidieron: como los toreros antes de salir al ruedo, los agentes de seguridad se echaron la bendición y con paso firme se dirigieron hasta una de las mesas del restaurante Classic, ubicado en un exclusivo sector al norte de la capital. Los detectives saludaron amablemente al hombre y a las dos mujeres que se hallaban mirando el menú para ordenar la comida. Le pidieron al caballero la identificación y este tranquilamente respondió que había dejado sus papeles en la casa.
Entonces, los detectives le preguntaron: "¿Es usted José Rafael Abello Silva?". El hombre respondió: "Sí. Yo soy. ¿Por qué?" Los agentes del DAS, por primera vez en media hora, respiraron con tranquilidad, se relajaron y le pidieron al hombre que los acompañara.

Pero ahi no paró su historia. En el carro el "mono" Abello (como se conoce a José Rafael) comenzó a hablar con los agentes y les ofreció 50 millones para que lo dejaran en libertad.
Como no encontró ninguna respuesta, aumentó el soborno: "Les doy 100 millones y me pierdo". Los agentes del DAS siguieron imperturbables.
Lo único que querían era llegar rápidamente a las instalaciones del organismo de seguridad, para darle a su jefe el parte de la victoria.

De acuerdo con las autoridades del DAS que llevaron a cabo la captura, la tranquilidad de José Rafael Abello tiene suficientes explicaciones. En primer lugar, desde el asesinato de Luis Carlos Galán y a raíz de que ocho de sus propiedades en Santa Marta fueron allanadas, Abello fijó su residencia en Bogotá. Para las autoridades, la capital le dio seguridad al "mono". Era tal la confianza que le había cogido a Bogotá que, en muchas ocasiones como en la noche del 10 de octubre, no salía acompañado de guardaespaldas. En segundo lugar, el hecho de que su nombre no hubiera aparecido dentro de la docena de hombres que había pedido con urgencia el gobierno de Estados Unidos en extradición, le permitió hacer el cálculo de que no estaba del todo identificado. Y si aún faltaran razones para estar fresco, le quedaba la plena seguridad de que en los archivos policiales aparecía una foto tomada en el año 87, con el rostro antes del accidente automovilístico.

Para muchos, el "mono" Abello Silva es ni más ni menos que el cuarto hombre en importancia del cartel de Medellín. Después de Escobar, Rodríguez Gacha y los Ochoa, está el "mono", aseguran. Su poder, según los organismos de seguridad, proviene de haberse convertido en el hombre que desde la Costa Atlántica saca el 60% de la cocaína que prodruce el cartel de Medellín. Para transportar la droga posee una flotilla aeronaves y otra de pequeños barco Abello Silva, según las autoridade podría ser la cabeza del "cartel de la Costa" .

Pero no es en este cartel en el único donde ha aparecido su nombre. En el cartel que anunciaba las corridas de toros en las pasadas fiestas y ferias de Funza, el nombre de José Rafael aparecía al lado del de los toreros colombianos Jaime González "El Puno" Enrique Calvo "El Cali" y el de "Gitanillo de América". Por obra del accidente que lo convirtió en una persona con otra fisonomía y gracias a la enseñanzas de Dayro Chica, el "mono" Abello se había hecho rejoneador. El 6 y 7 de agosto hizo su debut profesional y logró redondear la faena llevándose las dos orejas de su enemigos. Tan contento quedó con el público funzano, que regaló un corrida el 8 de agosto a los niños de las escuelas. Si en el negocio del narcotráfico estaba entre los más ricos en el de la fiesta brava entraba por la puerta grande.

Por ahora, y a pesar de que el ex parlamentario samario Nacho Vive lo está defendiendo, parece que su suerte ya está echada. Hace dos meses, la Corte Federal de Oklahoma le pidió en extradición por el delito de conspiración para distribuir cocaina, en Estados Unidos. Al día siguiente de su captura las autoridades norteamericanas enviaron al DAS toda la documentación para su estudio y, si el gobierno colombiano la considera en regla, en 60 días tendrá que resolverle la situación jurídica. Fuentes del DAS dijeron a SEMANA que, por lo que se ha visto, todo está en regla y en el menor tiempo posible el "mono" Abello será enviado a Estados Unidos.

Las autoridades no paran. En la madrugada del sábado fueron extraditados Bernardo Peláez Roldán, Roberto Víctor Arico y Ana Rodríguez Tamayo. La Policía, por su parte, detuvo en Mariquita (Tolima) a Leonidas Vargas Vargas, apodado "El Viejo", quien estuvo vinculado en el proceso por el asesinato del director del diario El Espectador, y a quien se le han comprobado nexos con "El Mexicano". En Barranquilla también realizó un operativo con éxito, deteniendo a Manuel Julián Palma Molina, acusado en Estados Unidos de lavado de dólares. Pero, sin duda, de las tres capturas la más importante es la del "mono" Abello, porque las autoridades esta vez sí están propinando un fuerte golpe a los narcotraficantes.