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El Nogal. un año después

Al cumplirse un año del atentado contra el club El Nogal no queda ninguna duda de que el acto terrorista fue cometido por las Farc. Dos de sus hombres, que salieron del país protegidos por el gobierno, fueron la pieza clave. SEMANA revela su historia.

2 de febrero de 2004

El 8 de febrero, al otro día del atentado en el club El Nogal, el presidente Alvaro Uribe responsabilizó a las Farc de haber asesinado a 38 personas y herido a 158 más. Desde ese mismo momento comenzó un reto para las autoridades que debían demostrar con pruebas sólidas que su jefe tenía razón.

Hoy, un año después, a las autoridades ya no les cabe ninguna duda sobre la autoría del atentado. Funcionarios de la Fiscalía, la Policía, el DAS y la Procuraduría coinciden en que existen pruebas contundentes para asegurar que el autor fue la columna móvil 'Teófilo Forero' de las Farc.

La clave para armar la investigación la dieron dos guerrilleros que, según las autoridades, ahora viven con sus familias fuera de Colombia bajo la protección del gobierno. Ambos les trabajaron muchos años a las Farc en Bogotá en secuestros y extorsiones, pero jamás habían participado en actos terroristas. Por eso, dos meses después del atentado al club El Nogal, los dos hombres buscaron un contacto en el DAS y decidieron colaborar como informantes luego de que las Farc les pagaron en efectivo para que cumplieran una misión específica: volar el Hospital Militar.

La orden para este nuevo atentado fue impartida por Oscar Montero, de 38 años, cabecilla de la columna 'Teófilo Forero' de las Farc y a quien identifican con el alias de 'El Paisa'.

Este hombre considerado por las autoridades uno de los terroristas más temidos de las Farc, le dio a uno de los subversivos de la columna móvil 'Teófilo Forero' 35 millones de pesos en efectivo y le ordenó viajar el 10 de marzo a Cali, comprar un Renault Megane último modelo y llevarlo a un taller ubicado en la calle 117 C Nº. 92A-06 en Suba, en el noroccidente de Bogotá. "No somos capaces de asesinar a cientos de personas inocentes. Tenemos miedo y queremos colaborar", le dijeron los hombres al DAS después de manifestar que se arrepintieron de participar en el crimen.

Desde ese mismo instante, el director de la institución, Jorge Noguera, escogió a los mejores detectives quienes a partir de ese momento trabajaron hombro a hombro con los dos informantes.

Le colocaron al Renault un dispositivo para conocer los movimientos de estos dos hombres. Y les dieron instrucciones para que convencieran a 'El Paisa' de que cumplían sus órdenes. Los animaron a que conversaran telefónicamente con el jefe guerrillero con más frecuencia y que simularan que tenían mucho miedo de que las autoridades los estuvieran siguiendo. El guerrillero Montero cayó en la trampa. En las conversaciones interceptadas y grabadas por las autoridades, a las cuales tuvo acceso SEMANA, el hombre que los funcionarios identificaron como 'El Paisa' trata de calmar la angustia de uno de ellos que le dijo: "Tengo miedo, mucho miedo porque creo que me están siguiendo". "Cálmese, no vaya a cometer un error", dice 'El Paisa'. "¡Oiga! ¿El polvillo ya está listo? No me pueden fallar". "Sí, sí. El polvo ya casi está", le contesta el informante.

El polvillo eran más de 200 kilos de TNT, un explosivo tres veces más poderoso que el anfo, que estaba siendo trasladado desde el Huila y que iba a ser colocado en el espaldar de la silla de atrás del Megane, de la misma forma como se armó el carro bomba de El Nogal. Es decir, compraron un automóvil de la misma marca y transportaron el mismo tipo de dinamita utilizada para el atentado del club.

Según el testimonio de los informantes, los explosivos llegaron a Bogotá el 2 de abril camuflados en el techo de una 'chiva' conducida por Fernando Guerrero Reina, alias 'Giovanni'. Desde Caquetá viajó Joseff Alexander Páez Ayure, alias 'El Negro', un joven de 18 años que ha sido entrenado desde niño en las filas de las Farc como experto en explosivos.

Dos días después, el 4 de abril, cuando el carro bomba estaba listo para volar el Hospital Militar, los 20 detectives del DAS entraron en acción y sorprendieron a los terroristas.

'Giovanni' y 'El Negro' no han querido colaborar con la investigación, pero Alipio Murillo, el dueño del taller, confesó todo. Dijo que su socio en el negocio y dueño del bus en el que transportaron los 200 kilos de TNT era Oswaldo Arellán Barajas, el tío de John Freddy. Ambos murieron en 'El Nogal', después de ingresar el carro bomba. En la casa de Alipio, los detectives decomisaron siete millones de pesos y encontraron un documento en el que un miembro de la familia Arellán le hacía el traspaso de un carro. Murillo confesó además que 'El Paisa' le dio 36 millones de pesos para montar el taller y reveló otros movimientos financieros del comandante de la columna 'Teófilo Forero'. Reconoció que en su local trabajaban Hermínsul y su hermano Oswaldo Arellán y dijo que él vio llegar la dinamita que se montó en el Megane para volar El Nogal. Aunque no dudó en afirmar que Oswaldo sacó de su taller el carro bomba el 5 de febrero, dos días antes del atentado, sostuvo que él no participó en el acto terrorista. Cuando se le preguntó cómo conoció a Oswaldo Arellán, dijo que fue en la zona de distensión: "Yo vi a Oswaldo hablando con 'El Mono Jojoy" y en varias oportunidades lo vi hablando con Oscar Montero, 'El Paisa', aunque él siempre se me identificó con el nombre de Omar".

La veracidad de estos testimonios fue cotejada con otras pruebas técnicas que realizaron el DAS, la Fiscalía y la Policía, entre ellas el cruce de cientos de números de teléfonos que fueron discados por los Arellán y, a su vez, por las personas a quienes ellos contactaron en los últimos meses antes del atentado.

Según las autoridades judiciales, la investigación ha avanzado lo suficiente para responsabilizar del atentado a la columna 'Teófilo Forero' de las Farc. Pero advierten que todavía falta atar unos cabos para identificar con claridad cómo se dio la orden desde arriba y con qué móviles exactamente.

Hoy, 25 personas están vinculadas a la investigación, siete de las cuales son miembros del Secretariado de las Farc. Siete más están capturados. Tres están muertos y los hermanos Fernando y Hermínsul Arellán huyen de la justicia.