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El novelón

Son más las especulaciones y los rumores que las verdades en torno al accidente del avión de Aerocivil.

30 de agosto de 1993


DESDE EL MISMO SABADO 24 de julio, día en que ocurrió el accidente del avión en el que viajaba el director de Aerocivil, Fernando Corrales, con otros seis acompañantes, se tejió un manto de misterio sobre qué fue lo que originó realmente la caída de la aeronave. Una semana después, son muchas las especulaciones que hay sobre el tapete para explicar la verdadera causa del accidente.
La primera duda tiene origen en el incidente que se creó dos horas después en la propia oficina de Corrales. La periodista Luz Amparo Guerra, jefe de prensa de Corrales en el Incora y quien aún no se había posesionado en la nueva entidad, entró a la oficina del director y sacó, según ella, algunos documentos personales, a tiempo que rompía y botaba otros papeles. Este hecho generó un enfrentamiento entre Guerra y el secretario general, José Vicente Guzmán, quien pidió la intervención de la auditora administrativa, Eva Bermúdez, para que se levantara un acta sobre los documentos que la periodista había retirado de la oficina del director de la entidad.
Varias son las versiones que hay sobre la clase de documentos que Luz Amparo Guerra sacó del escritorio de Corrales. Se habla, por ejemplo, de un informe que contenía información en torno a sobrefacturaciones en una serie de contratos que iba a realizar la Aerocivil para efectuar algunas obras en los diferentes aeropuertos del país. Sobre los papeles que terminaron en la caneca de la basura, se cree que eran varias cartas de recomendación que diferentes congresistas le habían enviado al director de la entidad para que nombrara a ciertas personas en los puestos que iban a quedar vacantes en la institución. Pero hasta que la Fiscalía y la Procuraduría no se pronuncien, no se sabrá a ciencia cierta qué clase de documentos eran los que la funcionaria retiró del despacho de Corrales.
Por el momento las especulaciones sobre este punto continúan. Lo cierto, en todo caso, es que la entrada de la periodista a la oficina del director de Aerocivil fue el punto de partida de toda una serie de especulaciones que se han tejido en torno al accidente aéreo en el que perdió la vida Fernando Corrales.
Toda la semana pasada se dijo que el hecho de que Corrales hubiera pedido la renuncia a 17 de sus más cercanos colaboradores podía ser la causa del accidente, lo que para los investigadores no tiene ninguna lógica. Sin embargo, hay quienes no descartan la posibilidad de que en un país tan violento como Colombia, se pueda producir un atentado por cuenta de un despido.
Pero esta no es la única versión que se baraja. Se dice también que Corrales había diseñado un mecanismo para el control de aeronaves particulares que, de acuerdo con las autoridades, estaban al servicio del narcotráfico para cl transporte de sus cargamentos de droga. Esta no era la primera vez que Corrales pisaba cerca dc los narcos. Cuando ocupó la dirección dcl Incora, se dio a la tarea de recopilar en un mapa todas las propiedades rurales de los carteles de la droga. Por esta razón se le asignó un escolta permanente, que dejó en el momento en que fue nombrado director de Aerocivil.
Pero si los traslados, el retiro de documentos de la dirección por parte de la periodista y el control a las aeronaves al servicio del narcotráfico no fueron suficientes para armar el rompecabezas sobre las especulaciones de un posible atentado, los protagonistas de todo este episodio han enfilado sus baterías hacia las condiciones en que estaba el avión que ese día transportaba a Corrales y sus acompañantes a la ciudad de Cali.
Lo cierto es que, como lo garantizan algunos certificados, la aeronave estaba en perfectas condiciones. Había permanecido cinco meses en los talleres de Aviones de Colombia, y desde su salida sólo había realizado cuatro vuelos. Es más, el estado en que se encontraba el avión hizo que se crearan otros rumores, como los de un posible sobrecupo, una desconectada de la manguera de las entradas de aceite al motor, o incluso que se habría agregado azúcar a la gasolina.
Los expertos, sin embargo, ven como improbables tales hechos, y aseguran que la última palabra la tienen los seis expertos investigadores extranjeros que trajo el Gobierno colombiano para aclarar todas las dudas con respecto al accidente. Mientras tanto, como dijo el nuevo director de la Aerocivil, Carlos Fernando Zarama, la único que puede aportar elementos positivos a todo el problema es "que cese el morbo", que Corrales descanse en paz y que el nuevo director de Aerocivil pueda empezar tranquilo la función de limpieza que esa entidad tanto necesita.