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Juan José Rendón, el polémico asesor de imagen de La U, volvió a estar envuelto en un escándalo: lo acusan de grabar conversaciones y de amenazar a Nicolás Uribe con una campaña de desprestigio

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El nuevo Rasputín

¿Quién es J. J. Rendón, el asesor de La U acusado de hacer campañas de propaganda negra contra los enemigos del gobierno?

15 de septiembre de 2007

A Juan José Rendón hay que temerle. Eso dicen, hasta ahora en voz baja, fuentes del Ministerio de Defensa, del partido de La U y de la Vicepresidencia, donde él suele moverse con absoluta libertad. "Es un experto en propaganda negra", "es un difamador profesional", aseguran esos testimonios. Sin embargo, poco a poco su historial ha ido saliendo a la luz pública y cada vez son más las personas que dan la cara para exigirle claridad.

El último de ellos fue el representante Nicolás Uribe, uno de los 'rebeldes' del partido de La U, quien relató en La W que J. J. Rendón -como se le conoce- lo amenazó con destruir su carrera política e inventarle una historia en la que diría que el joven dirigente político andaba en líos con prostitutas. Como Uribe estaba en México el agresivo mensaje fue recibido por su jefe de prensa, que grabó algunos apartes.

¿Por qué lo amenazaba? Básicamente porque J. J. Rendón le exigía que pidiera la renuncia de la directora del programa presidencial Colombia Joven, Ana María Convers. Rendón tenía unas grabaciones en su poder en las que, en una charla informal, Ana María Convers hacía comentarios en contra del gobierno y del vicepresidente, Francisco Santos.

Ana María Convers aceptó que las opiniones eran suyas, pero que fueron sacadas de contexto para perjudicarla. En su relato a La W contó que ella fue grababa por Ana María Ospina. Esta persona tenía en su momento contratos con la Vicepresidencia -entidad a la que pertenece administrativamente el Programa Colombia Joven-; además, según la funcionaria, trabajaba para J. J. Rendón. Las mujeres tuvieron una conversación en la que la segunda la grabó a escondidas y le entregó la cinta a Rendón. "No es cierto que las grabaciones las haya hecho por orden de J. J. Rendón. La directora sabía que yo grababa las sesiones de trabajo, con ella o sin ella. Me servía para reportar y construir memoria institucional", afirmó a SEMANA Ana María Ospina.

Antes del escándalo, J. J. sólo había aparecido esporádicamente en la vida nacional. Llegó a Colombia para las elecciones legislativas de 2006, traído por el actual ministro de Defensa, Juan Manuel Santos. Fue nombrado asesor de cabecera del nuevo partido de La U, que fue el gran fenómeno de la contienda.

Las habilidades de J. J. como estratega político son conocidas en varios países de América Latina. Y en Colombia empezó bien, hasta cuendo tocó otros hilos del poder. Asesora al Ministerio de Defensa, donde aunque no tiene contrato, ha dictado conferencias sobre estrategias de comunicación a oficiales y a curtidos generales de varios soles.

Los círculos políticos acusan a J. J. Rendón de haber sido el artífice de montar las campañas difamatorias en contra de los ex candidatos presidenciales Rafael Pardo Rueda (liberal) y Carlos Gaviria (Polo Democrático). Él niega los señalamientos y dice que siempre actúa legalmente. En una entrevista con María Isabel Rueda dijo: "Si todo es dentro de la ley, no tengo escrúpulos".

El columnista de El Espectador Ramiro Bejarano aseguró en una de sus investigaciones que "Rendón no es sólo asesor de ese desastroso partido de La U, sino que (desde) que este enigmático publicista anda merodeando las altas esferas oficiales, la política se vulgarizó, porque ahora se controvierte a críticos y opositores a través del rumor, la conseja, la calumnia, el desprestigio, calculadamente propalados por los medios oficialistas".

Rendón también ha alimentado la polémica en Venezuela, donde en la época del referendo asesoró la campaña de la oposición y al perder, fue uno de los que difundió las denuncias de fraude. Y en México, donde el periodista Ramón Betancurt lo acusó en medio de la campaña electoral del país azteca de ser el "rey de la propaganda negra, de la desinformación, del rumor como arma de propaganda política".

J. J. le dijo a SEMANA que no es cierto que en sus campañas políticas se utilice la guerra sucia. Que ya esta acostumbrado a que lo desprestigien, pues cuando los partidos que asesora ganan, siempre los perdedores buscan su caída.

El asesor cuenta con amigos en el gobierno. Algunos ministros lo llaman a pedirle opiniones sobre cómo comunicar sus acciones. Fue uno de los primeros que se enteraron de la captura de 'Don Diego', la semana pasada, porque fue consultado sobre el plan de comunicaciones de la histórica noticia. Juan Manuel Santos es su ministro más cercano. Al fin y al cabo, fue quien lo trajo, cuando lideraba La U, y la amistad entre los dos se fortaleció hasta el punto de que en una eventual candidatura de Santos, muy probablemente Rendón sería un asesor clave. Con frecuencia, J. J. le hace comentarios sobre el impacto de su gestión sobre sus posibilidades presidenciales. También es contertulio de José Obdulio Gaviria. En ocasiones han pasado horas haciendo largas disquisiciones sobre la situación del país.

Rendón no ha dejado su actividad como consultor internacional. De hecho, presentarse como 'fundador' de La U, el cerebro que llevó a un partido con cuatro meses a ganar unas elecciones legislativas o el estratega que ayuda a mantener el 70 por ciento de popularidad de Uribe, le ha abierto muchas puertas. Como publicista y sicólogo se ocupa de su propia imagen y le da una gran prioridad a ella. Cuando Ramiro Bejarano escribió una columna en su contra mandó a hacer un focus group para evaluar qué tanto daño le habían hecho. Y la semana pasada, cuando recibía periodistas, se cambiaba su camisa por la chaqueta de cuello oriental con la que aparece siempre en las fotos.

Es un hombre duro. Le han escuchado tratar a gritos a Carlos García, el presidente de La U. Pasa sus temporadas en Bogotá en un hotel, donde vive solo, trabaja mucho, escucha noticias las 24 horas del día y cultiva una vida espiritual basada en prácticas zen.

Acusado de cerebro de la propaganda negra y admirado por quienes trabajan con él, y señalado como protagonista de situaciones escandalosas, J. J. Rendón se ha convertido en un mito. Tal vez no sea tan malo como dicen sus enemigos, ni tan bueno como afirman sus colaboradores. Lo único claro es que seguirá dando qué hablar y que, el de la semana pasada, no será el último escándalo en el que participará.