Home

Nación

Artículo

EL NUEVO VIRREY

Curtis Kamman, el más probable reemplazo de Myles Frechette, viene con la misión de repetir lo que hizo como embajador en Bolivia:aplicar la extradición con retroactividad.

14 de abril de 1997

No es mucho lo que se puede agregar a los colombianos hoy sobre Myles Frechette. Todo el mundo tiene una idea clara sobre su personalidad y su papel en la vida nacional. Dentro de la historia del proceso 8.000, es posible que sea el segundo protagonista después de Ernesto Samper. El "gringo maluco o bonito", es hoy parte de la vida nacional. Sin embargo dentro de poco tiempo se va. Y el gran interrogante de la política colombiana en este momento es cómo van a ser las relaciones con Estados Unidos de aquí hasta el final del gobierno. Concretamente quién va a ser el reemplazo de Frechette y cuál será su actitud. SEMANA ha podido establecer que el más opcionado para ser el próximo embajador de Estados Unidos es Curtis Warren Kamman, un diplomático norteamericano con un estilo diametralmente opuesto al de Myles Frechette. En sus 27 meses de gestión como embajador de Estados Unidos en Bolivia se ha caracterizado como un hombre cauto, reservado y cuidadoso. No ha provocado ningún incidente de importancia con sus declaraciones, lo que según observadores diplomáticos y periodistas de ese país consultados por SEMANA ha sido muy positivo para las relaciones bilaterales. No solo no cuenta con ninguna animadversión en la opinión pública boliviana, sino que se podría afirmar que es un embajador apreciado y popular.Pero el que sea un hombre discreto que no protagoniza incidentes verbales no lo hace un personaje al margen de los acontecimientos. Por el contrario, es considerado el as debajo de la manga del Departamento de Estado para manejar la difícil situación bilateral entre Estados Unidos y Colombia. Comenzando por el tema de la extradición. Por cuenta de su gestión, Bolivia aprobó un tratado de extradición con Estados Unidos y el principal narcotraficante de ese país, Luis Amado Pacheco, alias 'Barbachoca', está a punto de ser extraditado a Estados Unidos por hechos criminales cometidos antes de la firma del tratado. Esta es exactamente la misma meta que tienen los Estados Unidos con Colombia, y el binomio que lo puso en práctica en Bolivia, podría en Colombia resultar ser el mismo: Robert Gelbard-Curtis Kamman. La presa en este caso, son los dos hermanos Rodríguez Orejuela. Considerado de la línea Gelbard, Kamman llegó a Bolivia en noviembre de 1994 en un momento en el cual la lucha antidrogas en ese país pasaba por uno de sus peores momentos. Su antecesor, el embajador Richard Bowers, había dejado un ambiente político sumamente tensionado por la escasa cautela de sus declaraciones. Kamman, ex catedrático de la Universidad de Yale, mantuvo un perfil bajo ante la prensa y la opinión pública locales, superando con creces los resultados de su antecesor. "Es muy diplomático y discreto, y sobre todo sonríe poco", aseguró un observador político boliviano.

La fórmula ganadora
La verdad es que detrás de este diplomático se esconde la fórmula Gelbard-Kamman que el Departamento de Estado considera ganadora. Esta se viene aplicando desde finales de la década de los 80 en Bolivia y acaba de concluir exitosamente con la ratificación en el Congreso de ese país del tratado de extradición binacional. Las semillas de ese triunfo las sembró el propio Robert Gelbard hace 10 años, quien ocupaba el cargo de embajador ante Bolivia y logró durante su gestión que el Congreso de ese país aprobara una de las más importantes iniciativas antinarcóticos del continente: la ley 1.008. Esta ley, la primera que convirtió en delito la actividad del narcotráfico en Bolivia, era bastante draconiana. Entre otras cosas, invertía la carga de la prueba: toda persona sindicada de narcotráfico podía ser capturada y ella misma tenía que demostrar su inocencia. El segundo gran objetivo de la diplomacia norteamericana en Bolivia era el tratado de extradición. Este lo consiguió Curtis Kamman, edificando sobre las bases construidas por Gelbard. En 1994, cuando Kamman asumió como embajador, Estados Unidos apenas había presentado un proyecto de tratado de extradición entre ambos países, que entre otras cosas no era recíproco. Eso significa que los bolivianos se hubieran obligado a extraditar a sus nacionales mientras que Estados Unidos no se hubiera obligado a extraditar norteamericanos hacia Bolivia. Nadie apostaba que fuera posible su aprobación ya que el ambiente era muy adverso.
Kamman inició, sin embargo, una jornada de intensas negociaciones con el gobierno boliviano, encabezado por el ministro de Justicia René Blackman. Lo sorprendente es que al final de su gestión Kamman no solamente logró que se firmara e implementara el tratado de extradición, sino que Blackman, su contraparte en la negociación, terminó admirado por sus compatriotas como un defensor de la soberanía nacional y es hoy quizás una de las personas con mayor prestigio político en Bolivia.
El ministro René Blackman logró que el acuerdo final fuera recíproco y consiguió una fórmula intermedia para que los delincuentes sean juzgados casi simultáneamente en ambos países, pero cumplan la condena primero en el país de origen si han sido hallados culpables.Antes de la expedición del nuevo tratado de extradición existía uno multilateral vigente firmado en 1904. Pero no contemplaba el delito del narcotráfico, por lo cual la extradición quedaba siempre al vaivén del criterio que aplicara el gobierno de turno. Hoy la extradición de nacionales bolivianos es un hecho y Luis Amado Pacheco, el principal narcotraficante de ese país, va a ser extraditado en unos tres meses en virtud del mismo. La razón por la cual Pacheco no tendrá la oportunidad de cumplir la condena en su propio país, es porque solo fue acusado de narcotráfico en Estados Unidos y no en Bolivia. La extradición no es incondicional. Normalmente el acusado tiene que ser juzgado en Bolivia. Si resulta culpable será trasladado a Estados Unidos para ser juzgado por los delitos que se le imputen allí, siempre que no sean los mismos por los que se le juzgó en Bolivia. Si también es hallado culpable, tendrá que regresar a Bolivia para cumplir su pena y volver después a Estados Unidos a pagar la condena que le hayan impuesto las cortes norteamericanas.
En otras palabras, los bolivianos se reservaron el derecho de que los narcotraficantes cumplan primero las penas en su país. Sin embargo dejan que el acusado viaje al país solicitante para que se le defina primero su situación jurídica y luego sí vuelve al país para pagar cárcel. Lo mismo sucede en el caso de que Bolivia solicite a un norteamericano en extradición.

¿Se repite la historia?
Pero, a pesar de tales limitaciones, lograr que se firmara el tratado fue un éxito de las autoridades norteamericanas. Y por eso nadie parece más indicado para reemplazar en Colombia a Myles Frechette. Las similitudes entre las coyunturas políticas de los dos países son evidentes. Colombia, al igual que Bolivia en 1994, es un país que acaba de aprobar una dura legislación antinarcóticos que ha sido catalogada como un logro por las autoridades norteamericanas. El principal tema en la agenda de Estados Unidos es la extradición y, al igual que en aquel entonces, se están adelantando discusiones sobre el tema.Pero además de eso el embajador saliente goza de poca popularidad ante la opinión pública, tanto por su desgaste en los logros obtenidos como por sus constantes declaraciones públicas. En ambos países el ambiente estaba caldeado inmediatamente antes de la llegada de Kamman y el gran debate político del país era la reimplantación de la extradición.Como es apenas obvio, estas similitudes no han sido pasadas por alto en el Departamento de Estado. Fuentes del gobierno norteamericano confirmaron a SEMANA que Curtis Kamman es un nombre que esta siendo estudiado seriamente por la Casa Blanca, y hoy por hoy el más opcionado. Además, Kamman ha estado indagando con mucha prudencia sobre Colombia y está recibiendo informes periódicos sobre nuestro país. El propio embajador colombiano ante Bolivia, Fernando Sanz Manrique, desde las últimas semanas le hace llegar periódicamente un resumen de la prensa nacional.
¿Quien es Kamman?
Kamman es un hombre cuya especialización, irónicamente, tenía poco que ver con Latinoamérica. Aunque conocía bien la región, hasta hace pocos años era más bien considerado un experto en Europa. Con sus 57 años, fue director de Asuntos de Africa Oriental en el Departamento de Estado y consejero político y ministro consejero en la embajada de Moscú. Antes de llegar a Bolivia fue embajador en Chile y vicesecretario de Estado adjunto para Asuntos Europeos. Desempeñó otras funciones diplomáticas en México, Cuba, Hong Kong, y Kenia.Quienes lo conocen personalmente aseguran que habla bien el español, pero no tan bien como Frechette. Cuando hace un par de semanas el gobierno norteamericano reveló las cifras sobre lucha antidroga con motivo de la certificación, Kamman tan solo defendió los informes de su gobierno diciendo que si bien Bolivia hizo grandes esfuerzos en erradicación de cultivos, sus resultados no fueron los mejores. En 1996 se erradicaron 7.512 hectáreas de coca, pero se sembraron 7.000 hectáreas nuevas. Esta situación fue parecida a la de Colombia, pero de todas maneras, por extraditar, Bolivia fue certificada.Todo parece indicar que en un par de meses tendremos un cambio en el libreto en cuanto al papel de 'embajador del Imperio'. Falta ver si, de ser escogido el señor Kamman, es capaz de replicar su milagro boliviano en Bogotá.