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Héiner Cuellar (de gris a la izquierda) compartió escenario con el tres veces rey vallenato Alfredo Gutiérrez. | Foto: SEMANA

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El otro drama de la familia de Héiner Cuéllar

El cuerpo del joven músico asesinado en México no podrá ser repatriado. Su sepelio será en ese país.

30 de enero de 2013

La apoteósica bienvenida que los amigos y músicos de Valledupar querían brindarle a Héiner Cuellar, el colombiano asesinado en Nuevo León, México, no se dará. La razón: los químicos que le aplicaron a su cadáver no surtieron los efectos que los forenses esperaban para que el cuerpo fuera trasladado a Colombia bajo las medidas de seguridad sanitarias exigidas en este caso.

Así se lo hicieron saber a Jimmy Cuéllar, el padre del talentoso pianista, por lo que le dieron dos opciones. La primera, que el cuerpo fuera cremado en ese país para que sus cenizas luego fueran traídas a Colombia. La segunda, que las honras fúnebres se hicieran en México.

“No estamos de acuerdo con la cremación, por lo que preferimos que sea sepultado allá y cuando se pueda, por ahí en uno o dos años, que se haga la repatriación de sus despojos”, dijo el adolorido padre, quien recordó que fue él quien inició a Héiner en el mundo musical.

Esa enseñanza se dio cuando Héiner apenas tenía 5 años. No se inclinó por el acordeón, como parecería algo lógico en Valledupar, sino por el piano, en razón de que Jimmy, también músico, hacía parte de una orquesta tropical llamada ‘Los bárbaros’.

No obstante, el talento de Héiner lo llevó a formar parte de agrupaciones vallenatas como la de Ernesto Mendoza, Luifer Cuello y el Binomio de Oro. Y justamente con esta última conoció el mundo, ya que bajo la batuta del acordeonero Israel Romero estuvo en varias giras internacionales.

“El ‘Pollo Isra’ lo escogió luego de una serie de convocatorias que hizo acá en Valledupar y en Barranquilla. Con el Binomio se sentía muy a gusto”, recuerda Jummy.

Una de esas giras fue a México, donde conoció a Miriam Martínez, oriunda de ese país y de quien se enamoró al punto de que decidió radicarse en ese país para estar junto a ella. De eso hace ya dos años, tiempo en el que, además, no había venido a su natal Valledupar.

En tierra azteca fueron varios las agrupaciones que lo querían, pero optó por hacer parte de ‘Kombo Kolombia’, ya era reconocido en varias discotecas de la región en las que se habían presentado. Algunos de esos centros nocturnos como ‘La eternidad’ y el ‘Sabino Gordo’ ya habían sido blanco de atentados.

“Nosotros le decíamos que tuviera mucho cuidado en los sitios a los que iba, pero él era muy inocente, muy confiado. Pero él nos decía que no tenía temor, pese a que la seguridad a veces era compleja”, añadió Jimmy.

Antes de su última presentación, Héiner llamó a su casa en Valledupar y les anunció visita para la última semana de abril, fecha en la que en la capital de Valledupar se celebra el Festival de la Leyenda Vallenata.

No obstante, por la masacre en la que perdió su vida no podrá cumplir esa cita con el folclor que le corría por las venas. Como tampoco podrá ser el protagonista del homenaje que sus amigos le tenían planeado en la capital de Cesar. Lo que sí habrá es una misa simbólica en la parroquia Tres Avemarías, donde varios músicos le entregarán a la distancia un homenaje al músico que les arrebató la violencia mexicana.