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El 26 de noviembre de 2010, en Guyana, los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Colombia, Juan Manuel Santos, restablecieron las relaciones diplomáticas. La visita de Santos a Quito era lo único que estaba pendiente.

RELACIONES EXTERIORES

El otro 'mejor amigo'

Antes de terminar el año, el presidente Santos hará escala en Ecuador, donde hace apenas un año y medio era persona no grata.

17 de diciembre de 2011

Después de un año viajero en el cual cruzó el Atlántico, recorrió el Oriente y afianzó relaciones con América Latina, no es coincidencia que el presidente Juan Manuel Santos termine 2011 con una visita a su homólogo Rafael Correa en Quito. El viaje de este lunes 19 de diciembre es tal vez lo único que faltaba para demostrar que Ecuador y Colombia pasaron la página y que las relaciones bilaterales pasan por un buen momento. Estas sufrieron un durísimo golpe tras el bombardeo militar –autorizado por los entonces presidente de la República, Álvaro Uribe, y ministro de Defensa, Juan Manuel Santos– a un campamento de la guerrilla en territorio ecuatoriano en marzo de 2008, en el que resultaron muertos, además del cabecilla de las Farc Raúl Reyes, dos estudiantes mexicanos y un ecuatoriano.

Desde ese momento, las relaciones diplomáticas con Ecuador se rompieron, pues el presidente Correa sintió que se había violado la soberanía de su país, los embajadores fueron llamados a su país de origen y tanto el presidente Hugo Chávez como Rafael Correa no ahorraron adjetivos para descalificar el operativo militar. Como si fuera poco, la justicia ecuatoriana abrió procesos y expidió orden de captura contra el ministro Santos, el comandante Freddy Padilla de León, el general Óscar Naranjo y el resto de la cúpula militar colombiana. Meses después, en la campaña presidencial de 2010, el candidato Santos defendió el operativo y afirmó que lo volvería a hacer, lo que precipitó duras declaraciones de Correa. El mandatario afirmó, por ejemplo, que la actitud de Santos era “una torpeza muy grande” y que la doctrina defendida por el candidato traería perjuicios para Colombia.

Pero como la política es dinámica, el 7 de agosto de 2010, Rafael Correa fue uno de los invitados de honor a la posesión de Santos y, desde entonces, la canciller María Ángela Holguín y su homólogo en Ecuador, Ricardo Patiño, han trabajado de manera constante para inaugurar una nueva era entre los países hermanos. No en vano, el 26 de noviembre de 2010 en Georgetown, Guyana, los presidentes Santos y Correa decidieron restablecer plenamente las relaciones diplomáticas. Desde entonces, Correa ha visitado varias veces Colombia, como cuando inauguró la Feria del Libro o cuando hizo parte de la reunión extraordinaria de la Comunidad Andina en el Palacio de Nariño. El viaje de Santos era lo único que estaba pendiente para cerrar el año con broche de oro.

La visita de Santos es, sobre todo, simbólica, diplomática y comercial. En cuanto a lo primero, Santos podrá pisar suelo ecuatoriano sin problema alguno pues el juez del pueblo fronterizo de Sucumbíos archivó el proceso en su contra en febrero de 2010. En cuanto a lo segundo, el presidente estará en Quito solo un día, en el cual almorzará con Correa y se entrevistará con empresarios ecuatorianos para promover el comercio –en especial las exportaciones ecuatorianas a Colombia– entre ambos países.

Según la canciller Holguín, quien estuvo en Quito la semana pasada ultimando detalles para la visita presidencial, durante el encuentro se tocarán temas como la minería ilegal en la frontera, la idea de habilitar un paso fronterizo en San Miguel, Putumayo, una estrategia para descongestionar el puente de Rumichaca, la implementación de la Ley de Víctimas para los colombianos refugiados en Ecuador y el refuerzo de la seguridad en la frontera.

La visita del presidente Santos despeja cualquier duda que aún pueda existir sobre el estatus de las relaciones con Ecuador y es otro punto que se anota la diplomacia colombiana. La pregunta ahora es si Correa se va a convertir en el segundo ‘mejor amigo’ de Santos.