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| Foto: JUAN CARLOS SIERRA/SEMANA

PERIODISMO POLÍTICO

'El País' frente a la crisis

Javier Moreno, director del periódico en español más influyente del mundo, hace un ejercicio de autocrítica acerca de por qué los medios no fueron capaces de anticipar el desplome financiero que sacude Europa.

15 de septiembre de 2012

La actual crisis de los medios no solo ha corrido por cuenta de la revolución digital y la quiebra del modelo de negocios. Como Javier Moreno, quien dirige el diario español El País desde hace seis años lo explicó con gran coraje en el Foro SEMANA 30 años, la prensa también enfrenta su crisis de credibilidad, como consecuencia de la cercanía al poder en un momento crucial.

La bonanza financiera en Estados Unidos y en Europa encegueció a los medios con el brillo de las ganancias extraordinarias en las bolsas y los fondos de inversión. "No explicamos, no advertimos a los ciudadanos sobre lo que estaba pasando", dice Moreno. ¿Cómo fue posible que la prensa, que debería ser el 'perro guardián de la democracia' se echara una larga siesta para solo despertarse con los gritos de una ciudadanía que de un momento a otro vio cómo la burbuja de riqueza explotaba con dramáticas consecuencias para europeos y estadounidenses?

El momento crítico de las relaciones prensa-poder, cuando los medios han debido vigilar esa fiesta del boom financiero, explica Moreno, coincidió con la crisis y los recortes en las salas de redacción. "Entonces no tuvimos los periodistas que se dedicaran a investigar, a ver más allá. Y eso nos llevó a un desenfoque de gran calibre", dijo.

Naturalmente en toda esta gran tragedia surge la necesidad de buscar culpables, y los hay. Moreno dijo que en la lista de responsables estaban los políticos, que vieron cómo los ciudadanos les retiraron la confianza; los banqueros, de quienes se pensaba que no había otra salida que la de fusilarlos; las instituciones, como el Banco Central Europeo; y también los periódicos, que quedaron en el descrédito.

Son varias las causas que explican este silencio. "Los periodistas se vieron secuestrados por sus fuentes, no mantuvimos las distancias con las agencias de relaciones públicas, con los departamentos de comunicación de los bancos y con las empresas, que siempre tenían lista información para nosotros sobre las grandes salidas a bolsa y grandes operaciones financieras, y nosotros nos abalanzábamos sin profundizar qué había detrás de todo aquello", dijo.

La radiografía crítica del director de El País también alcanza a la forma como están trabajando los diarios en plena crisis. Quizás exageraron demasiado los alcances de la depresión, impulsados por agentes de los fondos de inversión que querían ganar dinero en la especulación que se levantó como polvareda con la caída. Quizás también se prestaron los medios para ayudarles a los partidos políticos a hacer los dolorosos recortes económicos.

En España a los medios les está costando trabajo decirles a los lectores que también tuvieron responsabilidad en la crisis y que la única salida es trabajar más por salarios menores.

En una invitación a rescatar la independencia de los medios, y a no dejarse llevar por las opiniones mayoritarias o por los cantos de sirena del poder, Moreno recordó una escena de la serie televisiva que está hoy de boca en boca en Estados Unidos, The Newsroom (Sala de redacción). En esta el protagonista hace ver a una joven estudiante cómo no se pueden repetir lugares comunes que hace tiempo dejaron de ser verdaderos, como decir que Estados Unidos es el primero en todo: "No hay ninguna sola prueba que apoye la afirmación de que somos el mejor país del mundo. Somos séptimos en alfabetización. Ocupamos el puesto 22 en ciencias, el 49 en expectativa de vida, el 178 en mortalidad infantil…. Somos líderes mundiales en solo tres categorías: en número de encarcelados per cápita, en número de adultos que creen que los ángeles existen y el primero en gasto de defensa porque gastamos más que los 26 países juntos que nos siguen, de los que 25 son aliados".

Asumir verdades compartidas por razones ideológicas o políticas; o simplemente por falta de espíritu crítico o dependencia del poder, es la gran lección que deja el periodismo, sin importar si se hace en papel, en digital o en algún medio electrónico. Esa es la otra crisis que es necesario superar.
 
Javier Moreno, el químico que lidera ‘El País’

En su mundo era inimaginable la posibilidad de pensar en estudiar periodismo. Frente a sus padres tenía que justificar una profesión que le permitiera conseguir el bienestar que su familia no pudo tener, consecuencia de la dictadura franquista que los obligó a refugiarse en París, donde Javier Moreno Barber nació.

Decidió estudiar química, aunque bajo su brazo siempre llevó una edición de El País. Un día y mientras trabajaba en Alemania en un laboratorio, el lector empedernido, que con 13 años había dejado de lado los relatos infantiles para consumir las páginas de La Peste de Albert Camus, se encontró con un anuncio de la escuela de Periodismo de El País. Envió la solicitud a pesar de que creía que lo iban a considerar como un “bicho raro”.

Eso sucedió en 1992 y un cuarto de siglo después llegó a ser el cuarto director del medio más influyente de España. Bajo su liderazgo, rediseñó la versión impresa y desde hace tres orienta la estrategia que ha llevado al diario a la vanguardia de los medios digitales en castellano.  “Esta evolución busca que cuando nos veamos obligados a dejar de imprimir el papel porque económicamente no sea rentable, tengamos una página web robusta y que sobre todo contenga el alma de lo que significa la marca ‘El País’ ”.
 
SEMANA les pregunta

‘El País’ de Madrid busca reinventarse en medio de la crisis económica y de credibilidad por la que atraviesa la prensa europea.
 
SEMANA: ¿Cómo se debe manejar la relación entre los medios y el poder?

Javier Moreno:
Debe ser de distancia, el periodismo tiene que ser la voz de los ciudadanos frente al poder. A veces sucede, y pasa mucho últimamente, que los políticos rehuyen las preguntas de los periodistas y creen que humillan al periodista cuando realmente lo que hacen es despreciar a la opinión pública, porque los periodistas no somos más que la voz de ellos.

SEMANA: ¿Qué está haciendo ‘El País’ para superar la crisis de los medios?

J.M.:
Nos estamos reinventando y nos trasladamos masivamente hacia lo digital. En los últimos tres años hemos sido capaces de fusionar la redacción del papel con la digital para que sea una única redacción la que elabore la información. 

SEMANA: ¿Hacia dónde va su diario?

J.M.:
Yo creo que el papel va a desaparecer y esto va a pasar porque con los ingresos que tengamos va a ser imposible el sostenimiento de operaciones de tanta envergadura como el de imprimir un periódico. Para cuando esto suceda, el trabajo será el de ofrecer una información en internet que sea superior al que se ofrece en papel y que elpaís.com tenga el mismo espíritu que ha tenido en el papel.