El papel de las investigaciones históricas en la producción de contenidos periodísticos en América Latina

Los invitados al segundo panel de este domingo, en el COLPIN 2012, fueron Mónica González, del CIPER, de Chile, Raúl Olmos, de A.M., de México y Élber Gutiérrez, quien representó a Nelson Padilla de El Espectador, de Colombia. Ellos analizaron el papel de las investigaciones históricas en la producción de contenidos periodísticos en América Latina.

Para Mónica González, quien investigó el asesinato del militar chileno disidente Carlos Pratz, en épocas de la dictadura de Pinochet, “lo importante es que estas investigaciones (históricas) tengan un ancla en la realidad actual”. Añadió que “a veces miramos mucho hacia el Norte, pero acá en Latinoamérica tenemos una historia maravillosa por contar”.

En su exposición sobre la investigación del tráfico de arte europeo en México durante la Segunda Guerra Mundial, Raúl Olmos mencionó que “este reportaje contribuyó a descubrir un episodio desconocido de la historia mexicana”. La investigación develó cómo Hans Wendland, asesor financiero y de arte de Hitler, aprovechó que su hermano residía en México para desde allí traficar con las obras de arte que los nazis robaban en las invasiones a los demás países, entre 1939 y 1945.

Olmos se dirigió a sus colegas periodistas al indicar que “la investigación de archivos históricos es una especialidad poco explorada en el periodismo de América Latina, pero es un reto que nos puede brindar la posibilidad de contar historias sorprendentes y atractivas”.

'Los papeles perdidos de Rufino José Cuervo' fue la investigación presentada en tres entregas en el periódico El Espectador por Nelson Padilla. Élber Gutiérrez mostró este caso como el resultado de una exhaustiva investigación que trató de hacer un homenaje y develar que pasó con la herencia del filólogo más grande de América Latina.

Para Gutiérrez, “a veces se nos olvida a los periodistas que la investigación hay que presentarla de forma atractiva, para que sea interesante para el lector”. En ese sentido, reiteró que una buena investigación no sólo debe contener datos nuevos y reveladores, sino que además debe ser presentada de una forma atractiva para quien la lee.