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El paraiso

Un pequeño municipio del Meta se ha convertido en un verdadero modelo de ejecución de las regalías petroleras en el país.

11 de diciembre de 1980

Al arribar a Castilla La Nueva, un municipio ubicado 55 kilómetros al sur de Villavicencio, el forastero encuentra todas sus calles y caminos perfectamente pavimentados y limpios. Los separadores de sus principales vías permanecen adornados con flores. Siempre hay alguna obra en ejecución, sus edificios públicos están impecablemente pintados y en general se respira un ambiente de prosperidad. Esto es lo que se ve a simple vista. Pero además es el único municipio de Colombia que tiene cubiertas todas las necesidades de su población.

Gracias al adecuado manejo que las administraciones les han dado a los aproximadamente 62.000 millones de pesos que ha recibido en los últimos cuatro años por concepto de regalías petroleras, esta población ha logrado cubrir en más del ciento por ciento las necesidades en saneamiento básico, salud, educación y mortalidad infantil de sus 6.227 habitantes. Esto le ha valido ser exaltado como modelo de inversión en Colombia por el Fondo Nacional de Regalías y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).

Los castillenses han escogido los proyectos prioritarios a realizar, dentro de un Plan de Desarrollo Municipal proyectado al futuro, para cuando lleguen las épocas de las 'vacas flacas' y las regalías empiecen a disminuir. Unas veedurías y entidades de control tienen permanente vigilancia sobre las inversiones de los dineros que deja el petróleo. Casi todas las dependencias están conectadas en red y las licitaciones son puestas en la página de Internet de la alcaldía.

Por la masificación de tecnologías de información, Castilla La Nueva fue reconocida también como una de las tres ciudades pequeñas finalistas en la primera edición del Premio Latinoamericano de Ciudades Digitales. "La corrupción no ha llegado a Castilla por tres aspectos. Primero porque contamos con un equipo de gobierno muy preparado y técnico, dijo a SEMANA Santos Alirio Pineda, secretario de Planeación del municipio. Segundo porque la gente se acostumbró a los niveles de calidad de vida y hacen una veeduría muy estricta. Y tercero porque, precisamente por tener estos índices de cobertura, hay muchas entidades de control que tienen sus ojos encima".

En Castilla, según la Secretaría de Planeación y Desarrollo del Meta, muere menos de un niño de cada 100 nacidos vivos antes de cumplir un año. La cobertura en salud es del 102,3 por ciento, pues el centro hospitalario y los cuatro puestos satélites de las veredas permiten recibir pacientes de municipios cercanos como San Carlos de Guaroa y San Martín.

El área urbana tiene un cubrimiento de servicios públicos del ciento por ciento y la cifra llega al 98 por ciento en la zona rural. El Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado contempla que Castilla mantenga estos servicios con calidad durante dos décadas más.

Todos los habitantes tienen vivienda. Los colegios de la región le dan educación básica gratuita al 124 por ciento de los habitantes, pues atienden a niños de municipios vecinos que no tienen cupo escolar en sus escuelas. El alcalde Fernando Amézquita sabe que el ejemplar manejo de los recursos les garantiza también un prometedor futuro. "Hay aquí unas condiciones de vida y de infraestructura altamente favorables para el desarrollo agroindustrial y la diversificación de la base económica", explicó Amézquita.

Los habitantes y autoridades de Castilla viven con el fantasma de la caída en la producción de petróleo y saben que en el futuro esto implicará inevitablemente el descenso de sus regalías. Pero desde ya se están preparados para cuando termine la bonanza del oro negro.

"Se está capacitando y asesorando a los habitantes para la creación de proyectos microempresarios, agroindustriales y de servicios y turismo, todo con el fin de garantizar que cuando se acaben las regalías el municipio sea autosuficiente económicamente", dijo Santos Pineda.

Después de ver semejantes logros no hay duda alguna de que Castilla La Nueva es el municipio ejemplo del país.