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EL PASTOR Y LA OVEJA NEGRA

García Marquez le pone el "tate-quieto" a su editor

16 de julio de 1984

¿Montaje publicitario? ¿Pelea de plata?, fueron algunas de las preguntas que se plantearon los colombianos que leyeron en la prensa del lunes 11 la noticia sobre una "violenta declaración de García Márquez contra la editorial "Oveja Negra", como la registró El Tiempo de esa fecha. En los mentideros intelectuales y en el círculo de "amigos" del Nóbel de Literatura, corrieron diferentes rumores. No era para menos. El novelista acababa de confrontarse públicamente con quien hasta ahora había sido considerado como "uno de los suyos" y de quien se aseguraba, había logrado conquistar, como editor para Colombia y buena parte de latinoamérica, el corazón de García Márquez, y dejarlo satisfecho con la calidad de las publicaciones de sus obras.
Otros, que aseguraban conoce más de cerca el problema, manifestaban que la disputa era vieja y que había comenzado cuando "La Oveja Negra", hace algunos meses, publica "El secuestro", un guión del Nóbe] sobre la toma del Palacio del Congreso de Managua por los sandinistas en 1979. Según esta versión, García Márquez se habría disgustado entonces por la presentación publicitaria que la editorial había hecho de la obra anunciada en radio en forma escandalosa y hasta para algunos "amarillista", mientras se vendía en los semáforos como sí fueran "chicles y charmes".
Cierta o no esta versión, la verdad es que lo que parece haber exasperado al novelista fue una entrevista exclusiva concedida por Kataram al Periodista Angel Romero, para El Heraldo de Barranquilla. En ella, el editor presentaba la próxima novela de García Márquez con gran bombo, hablando de un millón de ejemplares en Colombia, traducciones a 40 idiomas, utilización de dos mil toneladas de papel y una frase que, de seguro, irritó más que nada al escritor:
"la novela de amor de García Márguez se convertirá en el principal producto de exportación de Colombia en Horas después, el autor preparó la declaración comenzándola sin rodeos y calificando, en la primera frase, las declaraciones de Kataraín de "abusiva y delirantes" y agregando: "Yo, que tengo un gran respeto por el oficio de escritor, considero inmoral que se hable de un libro--y además de un libro que todavía no está escrito--en términos de millónes de ejemplares, millónes de pesos, como si no fuera más que una mercancía de supermercado". Y no se quedaba ahí. Más adelante, después de reiterar que no es accionista de "La Oveja Negra" negaba que esa editorial tuviera ya lo derechos de su próxima novela aprovechaba para criticar severamen te la calidad de los libros editados por Kataraín "que se desbaratan a la primera lectura". Pero seguramente, lo que más puso a temblar a Kataraí fue la última frase de la declaración en la que el Nóbel se preguntaba si "La Oveja Negra" sería la más adecuada editorial para publicar su próxima obra.
Sin embargo, como suele sucede con algunas de las declaraciones de escritor, había algo más de espectacularidad de forma que de problemática de fondo. Su temperamento algo teatral lo ha llevado en más de un oportunidad a protagonizar explosivas salidas, en las cuales le gusta poner "tate-quietos" como el que acaba de ganarse Kataraín. -