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¿El poder para qué?

Durante 15 años Soacha ha estado bajo el control de los Ramírez, una controvertida clase política local. Fernando, el mayor de ellos, aspira ahora a llegar a la Gobernación de Cundinamarca.

20 de octubre de 2003

Los vecinos de la urbanización El Hogar del Sol de Soacha están con el agua literalmente hasta el cuello. No porque estén colgados en las cuotas de las casas que compraron hace menos de dos años a 24 millones de pesos, sino porque ignoraban que habían sido construidas en una zona de riesgo de inundación. Sólo se enteraron con el primer aguacero fuerte, y desde que se trastearon ya van tres. "Esto es culpa de los políticos", dice uno de los líderes del barrio. Y cuando en Soacha se habla de políticos, de inmediato salé al ruedo un apellido con muchos señalamientos: Ramírez.

El actual alcalde de Soacha, Jorge Ramírez, y su hermano Fernando, hoy candidato a la Gobernación de Cundinamarca, son los líderes de la élite política que durante los últimos 15 años ha gobernado este municipio de casi 400.000 habitantes al sur de Bogotá. De las seis elecciones populares para la Alcaldía, Fernando ganó la primera y Jorge otras dos. Los tres alcaldes restantes, Fabio Arango, Gonzalo Rodríguez Chía y Darío Cabra, contaron con su respaldo e influencia. Los Ramírez también tienen mayoría en el Concejo. Doce de los 19 concejales actuales aspiran a ser reelegidos en listas de los movimientos de Fernando y Jorge. En muchas instancias de la administración del municipio aparece, pues, la influencia de lo que llaman la clase política de los Ramírez. Y dado que Fernando aspira ahora a convertirse en gobernador de Cundinamarca su trayectoria pública ha despertado interés más allá de las fronteras del municipio.

SEMANA buscó comunicarse con los hermanos Ramírez sin obtener respuesta. Sin embargo ellos han afirmado a los medios en otras oportunidades que no existe "el ramirismo" y que, por el contrario, hoy son contrincantes. Esta división se habría dado luego de que Fernando estuvo secuestrado por las Farc durante 34 meses, tiempo que habría aprovechado su hermano Jorge para consolidarse como nuevo poder. Pero en los mentideros políticos se habla de que esta es una estrategia de 'divide y reinarás' y que en la práctica lo que hay es un acuerdo bajo la mesa con el que buscan perpetuarse en el poder.

A finales de septiembre la Procuraduría suspendió a Jorge bajo la presunción de que, dado que en el pasado siendo alcalde ya participó indebidamente en política, puede en esta oportunidad aprovechar también su cargo para ayudar a su hermano Fernando en su campaña.

A la clase política de los Ramírez se le señala haberse hecho la de la vista gorda con los urbanizadores piratas, que han encontrado en Soacha tierra fértil para sus proyectos. También de permitir que urbanizadores legales incumplan los mínimos requisitos de seguridad y urbanismo. Según el Dane, de 84.290 viviendas censadas este año, 13.952 carecen de acueducto y 11.480 no tienen alcantarillado. Hoy miles de viviendas están ubicadas en zonas de alto riesgo por inundación y deslizamiento.

Una de ellas es la hoy inundada urbanización El Hogar del Sol. Fernando Rojas, quien fue el gerente de ese proyecto, asegura que la obra cumple con todas las exigencias para mitigar el riesgo de inundación y para él es la administración municipal la que no ha cumplido con las obras de infraestructura que se comprometió a hacer. Dice, además, que para que le expidieran la licencia de construcción del proyecto "emisarios de la clase política de Soacha pidieron dinero, 250.000 pesos por la aprobación de cada casa". Según su versión, él no accedió y sólo consiguió los permisos luego de que varios de los propietarios de los lotes que ya habían vendido hicieron una protesta en la Alcaldía.

Luis Ricardo Giraldo, representante de los urbanizadores de Hacienda Terreros, un gigantesco lote vecino del anterior, dice que ellos "han tenido que desviar buena parte de su presupuesto para atender presiones políticas y de toda índole". Que han contratado millonarios estudios y consultorías para demostrar la viabilidad de su proyecto, y con esto evitar las exigencias económicas que según él les han hecho funcionarios del municipio.

Dudosa trayectoria

El crecimiento de lo que en Soacha llaman "la clase política de los Ramírez" ha estado rodeado por escándalos de corrupción y controvertidas decisiones administrativas.

Un anciano del pueblo recuerda cómo los Ramírez comenzaron haciendo política cuando el control del municipio lo tenía la familia Bogotá Chía. "En esa época Fernando cargaba la escalera, Jorge los afiches y Alberto -otro hermano- el engrudo".

En 1987 Fernando logró ser nombrado alcalde del municipio. Como ya se avecinaba la primera elección popular el joven economista renunció, dejó a Fabio Arango como alcalde encargado, y en 1988 se convirtió en el primer alcalde electo de Soacha.

Desde esta primera gestión en la hoja de vida de Fernando aparece una sanción impuesta por la Procuraduría por incremento patrimonial injustificado y por la entrega de auxilios a fondos educativos de fachada. Dos de estos 'fondos' fueron creados por su hermano Alberto y otro más por María de los Angeles Rojas, que hoy aspira al Concejo respaldada por el movimiento de Jorge Ramírez. Por esto el Consejo de Estado suspendió a Fernando cuando era representante a la Cámara en 1994. Esta sanción le arruinó su posibilidad de ser nombrado más tarde como miembro de la junta directiva del Tránsito de Cundinamarca y luego, en la actual administración del gobernador Alvaro Cruz, como secretario de Hacienda del departamento.

Otro enredo de Fernando fue la millonaria inversión que hizo como alcalde en la construcción de un polideportivo en un terreno que no era propiedad del municipio. Esto se hizo cuando estaba de secretaria de Planeación, Betty Esperanza Moreno, actualmente representante a la Cámara. Luego de siete años la familia Garibello, su legítima propietaria, recuperó el lote, después de un tortuoso pleito, y demolió las obras. Hoy los Garibello adelantan una demanda por más de 1.500 millones de pesos por daños y perjuicios. Sin embargo no hay investigaciones por la responsabilidad que tuvo Fernando en estos hechos.

Los escándalos continuaron con su sucesor, Fabio Arango, quien pagó varios años de cárcel acusado por prevaricato y peculado.

La Fiscalía también le dictó orden de captura al siguiente alcalde, Gonzalo Rodríguez Chía, hoy candidato a la Asamblea departamental por el movimiento de Fernando. La investigación se dio por la presunta falsificación de los documentos que presentó Jorge Ramírez para renunciar a la tesorería cuando aspiró por primera vez a la Alcaldía. Este proceso precluyó por vencimiento de términos.

En 1997, durante su primera administración, Jorge Ramírez otorgó la concesión del aseo del municipio a la empresa Manos Limpias, que luego la cedió a Servigenerales. Como en los primeros meses no había sistema de facturación Jorge autorizó millonarios pagos por el servicio de aseo. Esto le significó que la Contraloría Departamental le abriera una investigación por detrimento patrimonial, que también se suspendió por vencimiento de términos.

Su pupilo y sucesor en la Alcaldía, Darío Cabra, también fue cuestionado por cuenta de una concesión. Esta vez la del alumbrado público por 20 años a la empresa Sociluz, que en Bogotá funciona en la misma sede de Servigenerales. Esta coincidencia despierta suspicacias de favoritismo, más aún cuando se suspendió la concesión al momento de la firma porque faltaba definir muchos detalles técnicos. Jorge Ramírez sacó adelante el contrato en esta administración.

Otra de las controvertidas decisiones de Jorge ha sido la construcción de las millonarias obras de recuperación de espacio público en el centro de Soacha, que fueron adjudicadas en licitación a Bernardo Ossa, uno de los mayores aportantes a su campaña política.

Las actuaciones y omisiones de la clase política que ha dirigido Soacha durante 15 años se reflejan en el visible caos en que está sumido el municipio, desaprovechando la oportunidad de oro que han tenido. Ahora que a través de Fernando Ramírez aspiran a llegar a la gobernación, la pregunta que flota en el ambiente es si se repetirá la historia en Cundinamarca.