El político y el contador

El cuestionado exsenador Juan Carlos Martínez, jefe en la sombra del cuestionado partido PIN y quien por muchos años manejó los hilos de la Comisión Sexta del Senado, siempre que puede aclara que la Corte Suprema lo está investigando por concierto para delinquir "y no por narcotráfico, como aseguran los medios". Así lo dijo recientemente en una entrevista radial.

El exsenador tiene razón en exigir esa precisión, desde el punto de vista judicial. Sin embargo, han comenzado a aparecer evidencias comprometedoras en su contra. SEMANA encontró que el mismo hombre que le llevó la contabilidad en dos de sus campañas era, para las autoridades de Estados Unidos, pieza clave dentro de la estructura del confeso narcotraficante Víctor Patiño Fómeque, extraditado en diciembre de 2002, quien ya está en libertad.

Se trata de José Eliécer Armero Riascos, un contador de Buenaventura que se paseó por varios puestos oficiales de ese municipio y en 2001 fue incluido en la Lista Clinton, que bloquea financiera y comercialmente a personas y empresas relacionadas con dineros del narcotráfico. En esa ocasión, en la lista también aparecieron Inpesca, Galápagos y Taura, empresas señaladas de ser fachadas de la organización criminal de Patiño Fómeque.

Armero Riascos fue contador de Martínez Sinisterra en las elecciones regionales de 1997 y 2000, cuando Martínez, avalado por el Partido Liberal y luego por el Movimiento Popular Unido (MPU), llegó a la Asamblea del Valle en dos ocasiones. La relación del contador con el político era tan estrecha que en 2001 lo reemplazó en esa corporación pese a sus problemas con las autoridades de Estados Unidos. Para esa época, Martínez se alistaba para lanzarse al Senado.

La militancia del contador en el movimiento de Martínez fue tan activa que en 2003 hizo parte de la lista al Concejo de Cali, aunque se quemó. Y cuando el MPU cambió de traje para convertirse en Convergencia Ciudadana y luego en el Partido de Integración Nacional (PIN), se mantuvo en sus filas e incluso fue su cuota en el Hospital Psiquiátrico del Valle, donde lo nombraron subgerente administrativo y financiero durante la gobernación del destituido Juan Carlos Abadía. Y para no dejar dudas de su cercanía con el exsenador Martínez, el contador figura en el listado de quienes lo visitaron en La Picota en junio de 2010. Esta revista intentó comunicarse con el señor Armero Riascos, pero tenía su celular apagado.

Además, SEMANA tiene documentos que demuestran que uno de los socios de Inpesca, la empresa incluida en la Lista Clinton, aportó diez millones de pesos a la campaña del MPU por la Alcaldía de Buenaventura, que perdió José Félix Ocoró en 2003. Ocoró es el mandatario actual y ficha política de Martínez en esa ciudad.

El exsenador fue protagonista de varios escándalos cuando estaba preso en La Picota. Primero, porque amplió su 'celda', y para eso, hizo entrar maestros de obra a la cárcel. Segundo, porque por su lugar de reclusión desfilaron todo tipo de funcionarios y candidatos antes de las elecciones para Congreso en marzo del año pasado. Y tercero, por la fiesta de cumpleaños que celebró con decenas de invitados que provocó, a principios de este año, que fuera trasladado a la cárcel de Barranquilla.

Y lo peor es que, desde que se reveló que Martínez fue el padrino de boda del capo del cartel del Pacífico Olmes Durán Ibargüen y se conoció el testimonio del paramilitar 'HH' públicamente, el caso del exsenador se ha visto cada vez más salpicado por el narcotráfico.