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El precio del amor

Aunque asistió a la Corte por solidaridad con su amigo, Sofía Vergara se expuso a que los fiscales la citen en el juicio contra el célebre empresario Chris Paciello.

21 de febrero de 2000

Cuando el empresario discotequero de Miami Beach Chris Paciello lanzó besos de agradecimiento desde el pasillo de la corte federal de Brooklyn a sus amigas, una vez se le impuso una fianza récord por su libertad, uno de los besos estaba dirigido a la modelo y presentadora colombiana Sofía Vergara. Ella lo recibió con una sonrisa pero sin reparar en que esos y otros gestos con su ex novio la pondrían en las páginas judiciales de los principales diarios del país. En los últimos días Sofía ha explicado una y otra vez que la razón por la cual viajó a Nueva York era para respaldar con su firma una mínima parte de la fianza de 15 millones de dólares que se le impuso a su ex novio.

Como respaldo de la fianza, considerada una de las más altas en la historia de Estados Unidos, Sofía puso su casa en Miami Beach, que está avaluada en 202.069 dólares, según los archivos de la ciudad consultados por SEMANA.

“Desde el comienzo, cuando me pidió este favor, no le vi ningún misterio; fue un muy buen amigo desde que lo conocí, no tengo ninguna queja de él, necesitaba la ayuda y yo no dudé ni un minuto en decirle que sí; no me arrepiento y lo haría por cualquiera de mis amigos’’, dijo Vergara en una entrevista con La FM.

La cálida explicación despertó un sentimiento de admiración entre los seguidores de la atractiva animadora de Univisión, pues son muy pocas las personas que se atreven a poner la cara —y la casa— cuando se enteran de que un amigo está en problemas legales y menos en una corte federal de Estados Unidos. Desde ese punto de vista lo que firmó Sofía fue su profunda lealtad con un amigo que la ayudó cuando llegó a Miami sola, con un hijo, a buscar una oportunidad en el competido mundo del espectáculo.

Pero la espontánea muestra de amistad que quedó plasmada en fotos y artículos de The New York Times implica un riesgo incómodo para la modelo, y es que a los fiscales de Estados Unidos que llevan el caso contra su ex novio se les ocurra que ella puede ser llamada a declarar en el juicio para dar detalles de la personalidad del acusado. Detalles que han adquirido una gran importancia por la confusión que han creado las versiones contradictorias de que el playboy de Miami Beach llevaba una doble vida: de chico exitoso del jet set y de integrante de la mafia. Esa confusión fue la que llevó a Sofía a declarar públicamente que el hombre que ella conoció es completamente distinto al que están pintando los fiscales. Para ella es un tipo atractivo, rumbero y cariñoso, preocupado por el futuro de su amiga en Estados Unidos y que tuvo el detalle de acompañarla al entierro de su hermano en Colombia.

Para los fiscales el perfil de Paciello es el de un joven peligroso con vínculos con la familia mafiosa de los Bonanno que participó en un robo en el que fue asesinada de un tiro en la cabeza una ama de casa de 46 años de Staton Island. Según la acusación, Paciello asaltó un banco en un centro comercial de la isla en diciembre de 1992. En una extraña defensa su abogado, el penalista Roy Black, aseguró que la acusación federal es el precio que su cliente tiene que pagar por la fama. “Así funciona nuestra sociedad —dijo Black—, cuando alguien se vuelve exitoso también se convierte en un objetivo’’.

Hasta ahora Paciello había sido un objetivo, pero de la persecución de mujeres célebres y atractivas de la zona más movida de Miami en materia de rumba, sexo y drogas. A sus 29 años el empresario nacido en Brooklyn, y compañero de barrio de los niños de la mafia italiana, no sólo era el dueño de las discotecas más concurridas del área, como son Liquid y Bar Room, sino que usaba sus pistas para bailar hasta el amanecer. Amigas, novias y ex novias, como Madonna, Ingrid Casares, Jennifer López, Nikki Taylor, Daisy Fuentes y Gwyneth Paltrow, pasaban a saludarlo. En uno de sus bares celebró la victoria el alcalde la ciudad de Miami Beach. Sofía, quien poco a poco se hacía popular en Univisión con un programa de viajes por el mundo, tuvo un romance con Chris que duró tres años, un período que ella considera suficiente para darse cuenta si una persona lleva una vida doble de pandillero y empresario. Y su recuerdo es de que era un hombre íntegro y honesto.

Sofía no está sola en esa apreciación. “El tiene el corazón más puro que jamás haya conocido’’, escribió una cronista social de Miami.

“Si Chris Paciello hizo todo lo que el gobierno dice que él hizo, entonces merece un Oscar’’, agregó el publicista de South Beach Louis Canales.

Pero el pasado primero de diciembre la fiesta se acabó. El empresario se entregó a las autoridades en Miami al ser notificado de un encausamiento en Brooklyn en el que aparecían otros ocho acusados, todos veinteañeros, conocidos como la Banda de la Avenida Bath porque crecieron todos cerca a esta calle de la legendaria zona de Nueva York. Uno de ellos, Anthony Spero, fue descrito por los fiscales como un ex cabecilla de la familia Bonnano.

Los cargos contra la banda causaron estupor en la barra de amigos de Miami Beach: seis homicidios y tentativas de otros cuatro entre 1991 y 1995, venta de marihuana, basuco y cocaína, incendio y extorsión.

“Todos quedamos en shock porque es como si estuvieran hablando de una persona completamente diferente’’, comentó Sofía.

En el caso del asesinato del ama de casa en Staton Island, Paciello no disparó pero, según el gobierno, planeó la operación y manejó el carro en el que escapó la banda. Los fiscales sostienen que hay indicios de que ofreció refugio a un mafioso en Miami, utilizó la discoteca Liquid para lavar dinero y participó en golpizas en la zona en las que se usaron una variedad de armas, como pistolas, cuchillos, botellas y bates de béisbol.

De una de estas peleas fue testigo Sofía en 1996. La colombiana acompañaba al empresario en el Bar None en Miami Beach cuando Matt Martínez, ex esposo de Nikki Taylor, se acercó a Paciello y le reclamó por haber salido con su esposa. Según los testigos, Paciello respondió con un puño a la cara que dejó en el piso al ex jugador de fútbol. En poder del gobierno hay grabaciones en las que se escucha a Paciello furioso, el 29 de septiembre del año pasado, hablando sobre un presunto asesinato del copropietario de un bar de la competencia.

Al enterarse de esta versión Sofía dijo que cualquier persona, en medio de una rabieta, puede decir “voy a matar a Fulano’’.

Estos y otros argumentos hablan de la candidez y la lealtad de la modelo. Lo que no garantizan es que, a medida que se acerque el juicio, los fiscales quieran saber un poco más de la historia de amor de Sofi con el otro Chris.