‘El Presidente ha acumulado mucho poder’

Si hay dos presidentes pragmáticos y directos a la hora de hablar y de gobernar, son César Gaviria y Álvaro Uribe. Lo que no quiere decir ni que sean iguales, ni que sean amigos. Ni que no se puedan ver. Los dos se respetan desde el lugar en que hoy los han puesto la política y el destino. Uno alistando las cargas para arrancar a gobernar en un segundo mandato, y el otro preparando la artillería para hacerle oposición.

La semana pasada se reunieron. El presidente Uribe invitó a Gaviria y a los voceros de sus bancadas a la Casa de Nariño para conversar de la agenda legislativa. La conversación fue cordialmente tensa. Uno y otro dejaron bien claros sus puntos de vista sobre la reforma tributaria y el TLC. Sobre la primera, Gaviria le enumeró a Uribe uno a uno los puntos que no comparte del proyecto del gobierno. Sobre el segundo, le aconsejó que no lo "sobrevenda" en la opinión pública porque no será la panacea. Agregó dos temas más. El de la gobernación de Casanare, en el que le recordó al Presidente que debe ser nombrado un liberal como lo era el destituido y que de no ser así, sus relaciones se "complicarían".

Y el último punto, el que dejó a Uribe muy serio durante el resto del encuentro, fue el anuncio de un proyecto de reforma constitucional para 'equilibrar' los poderes del Ejecutivo tras la reelección. Sobre las razones que motivan este proyecto, que será el eje central del liberalismo en el Congreso, el ex presidente Gaviria le respondió a SEMANA

SEMANA: ¿La consideración del exceso de poder del Presidente nace desde la reforma constitucional que hizo posible la reelección, o de alguna cosa hecha por Uribe en el inicio del segundo período?

CÉSAR GAVIRIA: Nosotros tenemos dos clases de preocupaciones con el tema de la reelección presidencial. La primera tiene que ver con la ley de garantías, porque nos parece que se quedó muy corta. La Corte hizo algunos cambios que fueron útiles, pero nosotros no creemos que la ley de garantías sea un marco adecuado para una elección. Ese es un tema.

Y la otra, está relacionada con la pérdida de los contrapesos democráticos que se pierden con la reelección presidencial por la gran cantidad de postulaciones que el Presidente hace a las distintas ramas del Estado. Su participación en la selección de los miembros de la Junta del Banco de la República, en la elección de los miembros de la Corte Constitucional, en la escogencia del Defensor del Pueblo, del Procurador y su participación en tantos otros contrapesos democráticos. Eso en ocho años se convierte en una enorme concentración de poder y de alguna manera desvirtúa los contrapesos que debe haber en una democracia, hacia el poder ejecutivo.

SEMANA: ¿Es este el caso del presidente Uribe, que es el primero en estrenar la figura?

C.G.: Es más una inquietud pensando en el futuro, que en lo inmediato. Si vamos a tener reelección presidencial, hay necesidad de introducirle a la Constitución unos cambios para que no se pierdan los contrapesos democráticos por el ejercicio presidencial en ocho años, que lleva por ejemplo a que todos los miembros de la Junta Directiva del Banco de la República van a terminar siendo escogidos por el residente Uribe. O por cualquier Presidente que reelijan.

SEMANA: Algunos dicen que el poder del presidente Uribe no radica en las designaciones, o en las ternas, sino en los siete millones de votos que lo respaldan, ¿Qué opina de eso?

C.G.: Una cosa es que el Presidente haya ganado, y otra muy distinta que pueda gobernar sin contrapesos democráticos. Cuando se diseñó la Constitución, en 1991, siempre se pensó que esos contrapesos eran convenientes. En todas las democracias existen. La concentración de poder que surge del nombramiento de la mayoría de los entes autónomos, independientes o de control, se presta para abusos. No es por el presidente Uribe, sino que se presta para abusos en manos de cualquiera.

SEMANA: Pero cuando se cambió la Constitución para permitir la reelección en el Congreso ¿no se cayó en cuenta de esa situación?

C.G.: Desde el principio, el Partido Liberal advirtió todas las dificultades. Otra cosa es que las mayorías no las hubieran tenido en cuenta. El partido es muy claro en que la reelección no podía quedar reducida a un articulito, pero el afán no dejó hacer un debate profundo. Esperamos que ahora, sin problemas electorales, ese análisis y ese debate se puedan llevar a cabo.

SEMANA: ¿Cuál sería para usted el contrapeso más importante por establecer?

C.G.: Hay varios aspectos. En toda democracia el exceso de concentración de poder político en una persona o institución termina siendo dañino, porque la democracia no es simplemente el respeto a la mayoría, sino también, el respeto a las minorías. La democracia no se limita a determinar quién gana elecciones. Se necesita seguridad de que la rama legislativa y la rama judicial van a hacerle contrapeso al Ejecutivo.

SEMANA: Ya sabemos de la composición mayoritaria del uribismo en el Congreso, ¿ cree que la coalición entenderá la necesidad que usted menciona y apoyará al Partido Liberal en esta iniciativa?

C.G.: Sabemos que la discusión y el debate no serán fáciles, pero confiamos en que las demás bancadas, incluidas las que apoyan al gobierno, estarán dispuestas a buscar acuerdos y consensos en un tema que no se puede reducir a una simple confrontación, sino a una necesidad de fortalecer el Estado y la democracia.

SEMANA: ¿Qué le puede pasar a una democracia si se presenta un exceso de poder?

C.G.: Se podría desvirtuar de manera significativa el respeto a los derechos y la prevalencia de los derechos que consagra la Constitución del 91. A nosotros eso nos parece muy indeseable...

SEMANA: Usted se reunió con el Presidente y le comentó del propósito del proyecto, ¿que piensa él?

C.G.: Lo que hicimos con el Presidente fue revisar la agenda legislativa, y los temas que le interesan al Partido Liberal, y además le informamos de la iniciativa de presentar este proyecto de reforma. A él simplemente le informamos, no le tomamos su opinión. Él no reaccionó. Y esa no era la idea. Solamente queríamos que se enterara de nuestra intención de presentar ese proyecto.

SEMANA: ¿Este es el inicio del ejercicio de la oposición del Partido Liberal al gobierno?

C.G.: Nosotros no vemos por qué se va a molestar el Presidente porque presentemos ese proyecto. Tampoco le tiene que gustar. Se trata de mirar bajo qué reglas el país va a conservar la figura de la reelección presidencial. Todo para que esa reelección no signifique un exceso de concentración del poder en el Ejecutivo. El Presidente puede estar en desacuerdo con nuestra iniciativa, pero no tiene por qué recibir este proyecto como un acto de hostilidad.

SEMANA: Usted hablaba de la Ley de garantías, ¿a esa Ley de garantías también habría que reformarla en esta legislatura?

C.G.: También hay que trabajar en la Ley de garantías. En un conjunto de normas que permitan y traten de restablecer la equidad de que habla la Constitución. Creemos que la Ley de garantías se quedó muy corta. La prueba es la sentencia de la Corte sobre esta ley, y la cantidad de imperfecciones que le encontró a la Ley de garantías, y por eso yo creo que es necesario retomar el tema. Eso valdría para la celebración de la próxima reelección presidencial. Ustedes mismos publicaron unas cifras de los tiempos de los candidatos en televisión, en donde quedó en evidencia la enorme desproporción que hay.

SEMANA: ¿Hay algún Presidente que haya tenido más poder en los últimos años que el presidente Uribe?

C.G.: El tema no es si el Presidente ha tenido poder. Es evidente que el presidente Uribe ha concentrado una enorme cantidad de poder y que ha sido un Presidente que ha gozado de mucho apoyo ciudadano, pero lo que estamos tratando de hacer no es quitarle poder al presidente Uribe, sino establecer las reglas que sean necesarias para que no haya abusos en el poder. Para que un Ejecutivo que además tiene mayorías en el Congreso, tenga contrapesos en la rama judicial y también en el Congreso. Así funcionan las democracias.

SEMANA: ¿Cuándo van a presentar el proyecto?

C.G.: Estamos haciendo un estudio serio, escuchando a los especialistas y a los mejores constitucionalistas del Partido Liberal y pienso que pronto tendremos listo un proyecto para presentarlo al país.