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El Mandatario confirmó que el Ministro de Vivienda, Germán Vargas Lleras y el Secretario General de la Presidencia, Juan Mesa Zuleta, dimitieron y se dedicarán a trabajar en la Fundación Buen Gobierno junto al general (r) Óscar Naranjo, el exministro Gabriel Silva y el excodirector del Banco de la República, Juan José Echavarría. | Foto: Presidencia

GOBIERNO

El presidente Santos alista su reelección

El mandatario aceptó las renuncias de Germán Vargas Lleras y Juan Mesa, quienes estarán ahora en la Fundación Buen Gobierno.

María del Pilar Camargo, periodista de Semana.com
17 de mayo de 2013


Este viernes el presidente Juan Manuel Santos hizo el anuncio político que todo el país esperaba. Aseguró, extraoficialmente, que quiere ser reelegido como presidente de la República. "Para evitar suspicacias quiero decirles que sí deseo, clara y firmemente, que las políticas que hemos promovido continúen más allá del 7 de agosto del 2014", dijo el mandatario en una interlocución desde la Casa de Nariño.

El presidente anunció que aceptó las renuncias del ministro de Vivienda, Germán Vargas LLeras, y el secretario general de Presidencia, Juan Mesa Zuleta, quienes ahora trabajarán desde la Fundación Buen Gobierno.

Tras destacar los aportes de Vargas Lleras y Mesa Zuleta al Gobierno, el jefe de Estado aseguró que el exministro será el presidente de la junta directiva de la Fundación Buen Gobierno y Mesa ocupará la dirección ejecutiva de ese centro de estudios.

En el grupo, considerado la 'avanzada santista', también estarán el general (r) Óscar Naranjo, el exministro de Defensa Gabriel Silva y la excanciller María Emma Mejía. No se descarta que a la Fundación Buen Gobierno también lleguen el analista Tomás González y otros asesores del Palacio.

El presidente dio su apunte final cuando aseguró que quiere que se reelijan sus programas de gobierno y que por términos legales, sólo lanzará su nombre a la contienda electoral seis meses antes de los comicios, es decir, en noviembre de este año.

Precisamente, ese mes fue el plazo que el presidente puso para que se defina qué pasará con el proceso de La Habana.

"Seré respetuoso de las reglas de juego y, por lo tanto, no tomaré ninguna decisión formal sobre mi futuro sino en la fecha indicada en la Ley 996 del 2005, es decir, seis meses antes de las próximas elecciones presidenciales. Sólo entonces será oportuno comunicar de manera escrita y solemne la determinación que finalmente adopte", agregó el mandatario.

Otra de las grandes revelaciones es el ingreso del general (r) Óscar Naranjo a la política. Al parecer, Naranjo podría ser la ficha vicepresidencial de Santos.

En diálogo con Blu Radio y en un lenguaje político, Naranjo habló sobre las metas que tendrá la Fundación. "Tal vez desde la Fundación se inicie un trabajo para producir insumos o ideas de políticas públicas", dijo.

El general (r) aseguró que las encuestas que lo favorecen "reflejan un capital de afecto y no necesariamente político".

En conclusión, el presidente Santos se lanzó al agua y habrá que esperar a ver cómo se moverán las fichas del ajedrez político, en especial, las uribistas. El primero en reaccionar del otro lado fue el ex vicepresidente y precandidato del uribismo, 'Pacho' Santos, quien recibió con beneplácito el destape de las cartas del mandatario y pidió igualdad de condiciones en la campaña electoral.

¿Qué significa todo esto?

Según los analistas, esta movida es usual en los gobiernos que buscan la reelección. Un ejemplo de esta estrategia se vivió en la pasada campaña de Estados Unidos, cuando el presidente Barack Obama le pidió a su asesor más cercano, David Axelrod, retirarse del Gobierno para liderar la precampaña reeleccionista.

De otro lado, la decisión de Santos también es un mensaje clave para mantener la estabilidad de la coalición de Gobierno. Varios miembros de la Unidad Nacional no habían recibido un mensaje claro sobre el futuro político del presidente, y algunos buscaban un 'plan B'. Con esta declaración, el jefe de Estado fue tan claro con quienes están firmes con su gobierno, como con quienes dudaban de su permanencia en la Unidad.