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POLíTICA

El primer reelegido

El procurador Edgardo Maya cuenta con el 90 por ciento de los votos en el Senado para continuar en su cargo ¿Qué hay detrás de este abrumador apoyo?

8 de noviembre de 2004

Cuando Edgardo Maya Villazón se posesionó como procurador general en enero de 2001, se opuso con vehemencia a la posibilidad de ser reelegido. Incluso presentó un acto legislativo para prohibir la reelección de quienes en un futuro desempeñaran su cargo. Pero sucedieron varios hechos. Primero, el proyecto se hundió en el Senado. Y, casi cuatro años después, él mismo aceptó la candidatura para continuar como jefe del Ministerio Público por un período más. "La voluntad de darles continuidad a los procesos de modernización y trabajo, independiente del Ministerio Público, es el principal incentivo que tengo para seguir en el cargo", dijo el procurador Maya a SEMANA.

Este martes la Plenaria del Senado escogerá de una baraja de tres candidatos al nuevo procurador. Y seguramente Maya, postulado a la terna por la Corte Suprema de Justicia, será el elegido. Sin duda, en esta contienda contará con el apoyo de al menos 90 de los 102 senadores. ¿Cuáles son las razones por las que el actual Procurador será elegido con tan amplia mayoría?

Históricamente, la elección del procurador nunca ha generado divisiones en el Senado. Por el contrario, los congresistas esperan a que un candidato se empiece a perfilar como ganador para apoyarlo en masa. Y es que a ningún congresista le interesa empezar con el pie izquierdo su relación con quien los vigilará y podrá incluso, ante el más mínimo indicio, iniciarles un proceso disciplinario de un plumazo.

En este caso, las adhesiones a Maya se han multiplicado porque algunas de sus acciones han sido contundentes. Los senadores no olvidan cuando al Procurador no le tembló la mano para denunciar fraude electoral en las elecciones a Congreso de 2002, sancionar drásticamente a los concejales de Bogotá involucrados en un soborno o inhabilitar por 12 años para ocupar cargos públicos a uno de los principales escuderos del uribismo, el ex ministro Fernando Londoño.

Al temor de enfrentar al Procurador o el respaldo a su gestión se suma la capacidad de convocatoria política de Maya. Los apoyos con que cuenta no los tiene ninguno de sus contrincantes: el ex consejero de Estado Ricardo Hoyos, candidatizado por el presidente Álvaro Uribe, y el ex magistrado Manuel Urueta, propuesto en la terna por el Consejo de Estado. No en vano, el Procurador Maya es de cuna liberal, fue postulado para ocupar su cargo por el ex presidente Andrés Pastrana y cuenta con el apoyo irrestricto de bancadas tan importantes como la costeña. Y aunque el uribismo votará por Maya, esto no significa una derrota para el gobierno, ni un acto de resignación del Presidente, ni mucho menos una nueva ruptura con su bancada.

En el fondo, que el Presidente haya presentado la candidatura de Hoyos a pocas semanas de la elección y cuando la campaña de Maya tenía varios meses de ventaja evidencia que no se quiere atravesar en la carrera reeleccionista del actual Procurador. Algunos analistas han interpretado esta movida del gobierno como un guiño indirecto al procurador Maya.

Por último, y más allá de la posibilidad de que el actual Procurador siga en el cargo, una reflexión pendiente es la validez de permitir la reelección del Procurador y no de otras cabezas de organismos de control como el Contralor y el Fiscal General de la Nación. Sobre todo, cuando es él el encargado de velar por el comportamiento de servidores públicos como los congresistas, quienes finalmente son los que lo eligen. Por eso, lo ideal sería que en su nuevo período como procurador, Maya tenga éxito en la propuesta que promovió hace cuatro años. La de sacar adelante un acto legislativo que prohíba la reelección inmediata del procurador, uno de los funcionarios con mayor poder en el país y con mayor incidencia en garantizar la transparencia del sistema democrático.