Home

Nación

Artículo

EL REHEN

En medio de la confusión de comunicados, Pablo Escobar no niega que tiene a Francisco Santos y a los otros secuestrados. ¿Qué puede pasar si están en sus manos?

22 de octubre de 1990

Francisco Santos es tan acelerado que, para desahogar su nerviosismo, se había convertido en un fumador compulsivo. Y como no había podido dejar el cigarrillo, estaba recibiendo en la Clinica Shaio un tratamiento para dejar de fumar. El pasado miércoles, a las 6:30 de la tarde, Pachito subió a un jeep Trooper de El Tiempo, de placas AU 1970, para cumplir su cita en la clínica a las 7 :00 de la noche.

Curiosamente, ese automóvil no estaba asignado exclusivamente a Francisco. Lo utilizaban él y su primo Enrique Santos Calderón, quienes se lo rotaban indiscriminadamente. El conductor que iba al volante ese día, era Oromacio Ibáñez. A diferencia de los demás choferes de El Tiempo, que habían sido entrenados para hacer frente a situaciones de emergencia, Ibáñez quien sólo llevaba un año en el periódico no habia participado en ellos. El inexperto conductor y Santos fueron interceptados en circunstancias no del todo precisas en el barrio Las Ferias.
En ese episodio perdió la vida Ibáñez y, como no hay testigos fidedignos del hecho, el acontecimiento ha sido objeto de toda clase de especulaciones.

Dos cosas, sin embargo, son seguras: que el automóvil detuvo su marcha al lado de la calle y que la puerta fue abierta desde adentro, ya que el Trooper poseía mecanismos de seguridad que hacían imposible abrirlo a la fuerza. Esto ha dado pie para que adquieran cierta credibilidad versiones según las cuales habría habido un en gano, que llevó a los dos pasajeros a creer que se trataba de algo diferente de un secuestro, razón por la cual abrieron tranquilamente la puerta. Fue entonces cuando fue asesinado el conductor y Francisco trasladado a uno de los jeeps que habían interceptado el vehículo de El Tiempo.

A los pocos minutos del hecho son un teléfono en el periódico: el Trooper rojo estaba abaleado en una calle del barrio Las Ferias. La llamada la recibió Orlando Gamboa, jefe de redacción nocturno, quien voló a donde Enrique Santos Calderón para averiguar si Pachito estaba en el Trooper. Santos contestó afirmativamente. Gamboa, entonces, le informó sobre el contenido de la llamada. Como el vehículo tenía radiotelefono, Santos Calderón intentó comunicarse con éste. Lo que escuchó fue a un policía que informaba por ese mismo medio, que habia un cadáver tendido en el asiento delantero. Santos lo interrumpió y le rogá identificarlo. El policía sacó los documentos de la billetera y los leyó. En ese momento, la familia Santos supo que se trataba de un secuestro. Pero como el periodismo es como el circo, que pase lo que pase la función debe continuar, Santos Calderón y Enrique Santos Castillo, su padre, en medio del desconcierto y del dolor, procedieron inmediatamente a cambiar la primera página del periódico para dar la noticia. Simultáneamente con ésto, tuvieron que manejar el problema de informarle a la esposa de Franciso y a su padre, Hernando, el director de El Tiempo, quien se encontraba en Roma, lo que habia sucedido.

Pero la tragedia no sólo era familiar sino nacional. Los noticieros del dia siguiente dieron a conocer que El Tiempo habia expedido un comunicado informando al país que, a través de llamadas telefónicas, "Los Extraditables" se habian atribuido el crimen, y que afirmaban que no solamente tenian a Francisco Santos, sino también a la hermana de Germán Montoya, Marina Montoya de Pérez, quien había sido secuestrada ese mismo dia, asi como a Diana Turbay, quien con un grupo de periodistas había desaparecido hacía 20 dias para una supuesta entrevista con la cúpula del ELN.

El objeto de los secuestros, según el interlocutor, quien se identificó como Carlos Jiménez, "Caliche", y miembro del Cartel de Medellín, era comunicarle al gobierno y al pais que "Los Extraditables" no se iban a entregar a la justicia colombiana, de conformidad con los decretos expedidos el 5 de septiembre, sino que exigian tratamiento político, comparable al que se le ha venido dando al M-19 y al EPL.

En otras palabras, una negociación política con miras al indulto.
La llamada de "Caliche" fue recibida en la mañana del jueves por el jefe de seguridad de El Tiempo. Con un exceso de locuacidad y espontaneidad, el supuesto vocero del Cartel echó su rollo y dijo que volveria a llamar mas tarde. Y asi lo hizo antes de que ningún miembro de la familia Santos hubiera llegado al periódico.

Cuando llegaron, fueron diligentemente informados del contenido de las conversaciones, lo que los llevó a solicitar de inmediato una audiencia con el Presidente de la República. Este la concedió y, al medio día en la Casa de Nariño, se reunieron Enrique Santos Castillo, Enrique Santos Calderón, tío y primo del secuestrado, así como su hermano Guillermo, con César Gaviria y su asesor para la Seguridad Nacional, Rafael Pardo. A pesar de la preocupación y solidaridad del Presidente, quedó claro que su posición era radical. Aunque el gobierno no tenía todavia la seguridad de que, efectivamente, Santos estaba en manos de "Los Extraditables", si llegara a estarlo no había posibilidad alguna de que algún miembro del gobierno entrara en contacto de ningún tipo con representantes o miembros del Cartel. El gobierno había fijado una política unilateral, clara y generosa con las personas que se rindieran, pero esta politica no era base para una negociación, sino la última concesión posible de un estado de derecho.
Gaviria fue claro al afirmar que ni esa política ni la posición del gobierno podian variar por hechos de fuerza por parte de "Los Extraditables", Sin embargo, reconoció que la familia Santos, como familia, tenia el derecho y la autonomia para adelantar las gestiones que considerara del caso, para obtener la liberación de Pachito. Pero también dejó claro que esas gestiones eran puramente familiares y que no podian llegar a comprometer en lo más mínimo al gobierno. Los Santos, como periodistas curtidos de varias décadas, esperaban una posición de esta naturaleza. Sin embargo, no dejó de sorprenderles la firmeza y la convicción de Gaviria al anunciar que no sólo descartaba cualquier posibilidad de negociación, sino diálogo de cualquier naturaleza.

Tan realistas como el Presidente, los Santos regresaron al periódico, a donde "Caliche" había anunciado una nueva llamada. Para quitarle cualquier factor emocional al manejo de la situación, los Santos decidieron que ninguno de ellos entraria en contacto con el supuesto vocero del Cartel y le encomendaron esa tarea al subeditor politico Roberto Pombo. Al final de la tarde, "Caliche" volvió a llamar y habló con Pombo. Su posición fue la misma: exigencia de tratamiento como de delincuencia politica y no común para "Los Extraditables", sin especificar Plazos ni condiciones de la entrega de los secuestrados. Todo ésto, en medio de una andanada contra el Cartel de Cali. Pombo le pidió pruebas concretas de que si tenían a Francisco, pues hasta ese momento "Caliche" se había limitado a mandar algunas razones convincentes, pero no contundentes. Se acordó que, al día siguiente, se produciría el envio de la ropa que llevaba Pachito el día del secuestro. El viernes terminó sin que la ropa llegara.

SILENCIO ELOCUENTE
Al mediodía del sábado las cosas se complicaron más. A los medios de comunicación llegó un comunicado de "Los Extraditables" con el tradicional logo de los hombres encadenados, que desautorizaba todas las llamadas de "Caliche". En una escueta declaración de cuatro puntos, la organización encabezada por Pablo Escobar negó la representatividad del telefonista espontáneo. Pero confirmó, en parte, su principal plateamiento: el rechazo al decreto 2047 expedido por el gobierno hace tres semanas, que ofrece benevolencia jurídica y no extradición a los narcotraficantes que se entregen voluntariamente y confiesen sus delitos. Concretamente, señalan que dicho decreto no contempla la posibilidad de que las personas solicitadas en extradición sean inocentes, así como la contradicción que existe entre ofrecer la suspensión de la medida y simultáneamente aplicarla.

El comunicado de "Los Extraditables" tenía tanto de largo como de ancho. En general, fue considerado más significativo por lo que no decia, que por lo que decia. En ningún momento niega tener en su poder a los periodistas secuestrados. Igualmente, no expresa su desacuerdo con ninguna de las afirmaciones hechas por "Caliche", sino simplemente con el hecho de que éste se hubiera atribuido la voceria de la causa.

Una cosa sobre la cual no hay duda es que "Caliche" existe. En los organigramas del Cartel figuraba como un mando medio, y en varias ocasiones en el pasado se había comunicado telefónicamente con medios de comunicación, para suministrar información a nombre de "Los Extraditables". Esa información ha sido válida la mayorla de las veces, pero no todas. "Caliche" fue el hombre que llamó a La Prensa pocos días antes, para asegurar que Diana Turbay estaba en manos del Cartel en Centroamérica. Juan Carlos Pastrana, quien en el pasado habia recibido información veridica de esta misma fuente, le dio credibilidad y publicó la versión, abriendo con la noticia en primera página.

Las autoridades han llegado a la conclusión de que todas las llamadas hechas a nombre de "Caliche" son de la misma persona y así se ha podida comprobar mediante pruebas técnicas comparadas.
Todo ésto ha llevado a las autoridades y a la familia Santos a pensar que la desautorización de "Caliche" no significa necesariamente que el contenido de sus llamadas fuera falso. En otras palabras, que a pesar del comunicado, era posible que Francisco Santos, la hermana de Germán Montoya y Diana Turbay estuvieran en manos de "Los Extraditables". Se presumía que si no tenían en su poder a estas tres personas, el comunicado debía aclararlo.


Sin embargo, subsisten las dudas. Estas obedecen no tanto a los silencios de Escobar, como a las diferencias entre los tres secuestros que hoy supuestamente tienen el mismo origen. Francisco Santos fue secuestrado en forma violenta y en una fecha posterior a los decretos de justicia negociada expedidos por el gobierno. Aunque no hay confirmación, la secuencia cronológica y la modalidad del crimen tienen cierta lógica con posibles intenciones de respuesta de "Los Extraditables" a las medidas oficiales. En cuanto al secuestro de la hermana de Germán Montoya, su falta de recursos económicos y su parentesco con el ex-Secretario General, aunque hoy no tenga ningún poder, no permiten interpretación diferente a la de una venganza por parte del Cartel.

Pero en el caso de Diana Turbay, la asimilación al Cartel resulta mucho más difícil. En primer lugar, la invitación que le hicieron los supuestos militantes del ELN fue a finales de junio, cuando reinaba una luna de miel en Colombia entre el Cartel y la sociedad.
En segundo lugar, Diana Turbay se reunió con ellos para discutir las condiciones del viaje, lo cual permite preguntarse por qué no se la llevaron entonces, si la intención era secuestrarla.
En tercer lugar, para qué complicaría con cinco personas más, cuado la hubieran podido coger sola en cualquier momento. Y finalmente, sorprende que ella hubiera salido a su entrevista el 30 a de agosto, mientras que las medidas del gobierno fueron del 5 de septiembre, lo cual demuestra que el viaje de Diana no tenía que ver con una posible respuesta a los decretos oficiales.
Para el gobierno y para la familia Turbay todavía hay algunos cabos sueltos. Otra contradicción que hay en todo ésto es la afirmación de "Caliche" en el sentido de que los secuestros han sido realizados por células del ELN, que han sido contratadas por el Cartel para este propósito. La total negativa del ELN, a través de dos comunicados recientes, de haber participado en esos secuestros indican que si ésto sucedió fue sin conocimiento de la cúpula del movimiento y del cura Pérez, quien ha manifestado que no tiene nada con el narcotráfico y que ni tiene a Diana Turbay ni la estaba esperando. SEMANA ha podidio establecer que, a pesar de las declaraciones del jefe del ELN en el sentido de que no tiene ruedas sueltas, existen antecedentes que indican lo contrario. Células urbanas del ELN o células de ex-militantes del movimiento han trabajado para el Cartel. Las autoridades aseguran que, entre otras cosas, en Medellín, una de estas células fue la autora de una serie de atentados dinamiteros en el pasado, lo mismo que del incendio de las casas de recreo de prestantes miembros de la industria antioqueña el año pasado.

Si Diana Turbay está en manos del Cartel, las autoridades no descartan que haya podido ser una decisión a mitad de camino. Es decir, que la invitaron para conversar y que en el desarrollo de los acontecimientos resolvieron "venderla", para otros propósitos.

En todo caso, todo el mundo esta de acuerdo en que si esta semana no aparece Diana Turbay, es muy probable que todo lo que hubiera dicho "Caliche", aunque posteriormente desautorizado, fuera cierto.
La diferencia fundamental entre los pronunciamientos de "Caliche" y de Escobar, es que mientras el primero exigia tratamiento de delincuencia política y no común para el narcotráfico, el segundo no mencionaba el tema. Pero no se necesita ser Sherlock Holmes para adivinar que ésta siempre ha sido la meta de Escobar y es lo que siempre ha buscado a través de los intentos de diálogo. El hecho de que no lo mencione no significa que haya dejado sus pretensiones, sino que estratégicamente ha decidido no ser tan explicito.

¿QUE ESPERAR?
De ser así, ¿qué se podría esperar ?. Hay dos escenario posibles: uno pesismista y otro optimista. El primero correspondería a una nueva declaratoria de guerra. Y el asesinato del conductor y los secuestros son un claro acto de desafío a la propuesta del Presidente y una muestra de ello. Segun esta versión pesimista, los secuestrados serian utilizados como instrumento de presión y de chantaje al gobierno, y la garantia de sus vidas estaria condicionada a que se acceda a sus peticiones.

El segundo escenario es un poco más optimista y se centraría en crear un hecho de opinión con el propósito fundamental de ser oidos. Esto puede hacerse a través de diversos medios como enviar un comunicado o buscar la realización de un foro. Seria una combinación de dos estrategias: la del M-19 en el caso del secuestro de Alvaro Gómez, y la del ELN cuando secuestra para enviar comunicados.

A pesar de que "Los Extraditables" pueden ser considerados personas violentas, el hecho es que si tienen algún instinto de conservación tendrían que pensar muy bien antes de recurrir a la primera alternativa.
Donde pongan al gobierno contra la pared, tienen que tener muy claro que el gobierno no puede ceder en cuestiones de principio y que ésto lo reconocen, inclusive, los familiares de los secuestrados.

Y si de algo sirve la experiencia, "Los Extraditables" tendrian que tener igualmente claro que, si algo le sucede a alguno de los secuestrados, se desencadenaría en Colombia una guerra en su contra, de mayores consecuencias que las ofensivas desatadas después de los asesinatos de Rodrigo Lara y Luis Carlos Galán. Tal vez cometieron el error de interpretar como debilidad, el acto de pragmatismo del gobierno de ofrecerles una salida sin extradición a sus problemas.
Todas las personas allegadas a Cesar Gaviria tienen la absoluta seguridad de que, bajo ninguna circunstancia, el gobierno iniciaria negociaciones.

Lo mejor que podria suceder para todo el mundo en esta delicada situación, es que si los secuestrados están en manos de "Los Extraditables", su retención sirva para darles garantias a éstos de que se pueden cumplir los ofrecimientos del gobierno, sin malentendidos y sin peligro para sus vidas. Estos dos puntos no son de poca monta, porque en el aspecto central de su ofrecimiento, el gobierno dejó un área gris. Ofreció la no extradición al que se entregue, pero al mismo tiempo señaló que haría uso discrecional del instrumento.
Aunque la discrecionalidad parece referirse a los que no se entreguen y sean capturados, tal vez eso fue lo que no les quedó tan claro a "Los Extraditables".
Podria, entonces, ser conveniente que el gobierno hiciera un pronunciamiento categórico e irreversible de que nadie que se entregue a las autoridades sera extraditado bajo ninguna cicunstancia. Fuera de despejar melentendidos de esta naturaleza, es muy poco lo que puede hacer un gobierno que está buscando salidas pacificas a una guerra.

PACHITO LA MASCOTA DE SANTOS
Tal vez no es exagerado afirmar que, de la nueva generación de los Santos, el más auténticamente periodista podría ser Francisco. Juan Manuel es el estadísta de la familia. Enrique, el analista. Rafael representa el equilibrio. Pero Pachito, como lo llaman cariñosamente amigos y extraños, es lo que podría denominarse un animal periodístico. Francisco respira la noticia y vive en función de ella. Sabe que le interesa a la gente y qué no le interesa. Y no hay sección del periodico en la que no meta muela. Permanentemente al teléfono, actua como un general en el campo de batalla dando órdenes y distribuyendo funciones. En ésto sólo se parece a su tío Enrique quien, a pesar de no haber escrito nunca una sola línea. es consideradn una de las personas con más instinto periodistico en el país.

Pero Pachito a diferencia de su tío, no es sólo antenas y coordinación.
También es columnista. En la quinta página del periódico y alternando con Plinio Mendoza, Carlos Lemos y D Artagnan, ha montado su propia trinchera para disparar desde ahí, a diestra y siniestra, diciendo abiertamente lo que todo el mundo piensa y nadie se atreve a decir. Como columnista es más bien radical e impulsivo, y definitivamente los matices no son su fuerte. Esto siempre ha preocupado a quienes pensaban que la familia Santos podría ser objeto de un secuestro, principalmente a su padre, el director de El Tiempo, Hernando Santos, quien permanentemente lo llamaba al orden y le pedía moderación.

En cuanto a su personalidad, dos adjetivos la describen: descomplicado y acelerado. Su manera de ser lo ha vuelto enormemente popular dentro y fuera del periódico. Aunque con apenas 28 años y relativo poco tiempo de ejercicio de la profesión, quien inicialmente era considerado la mascota de la familia y del gremio, con el tiempo ha venido adquiriendo legitimidad. Todo el mundo coincide hoy en que, independientemente de su apellido, dificilmente podria encontrarse un mejor jefe de redacción para El Tiempo . El mismo con descomplicada falta de modestia, confesó hace algunos años en una entrevista, que la meta de su vida es ser el director del periódico que, según el, es un puesto más importante que el de Presidente de la República. En esa oportunidad afirmó en forma categórica: El que tiene más clara vocación para dirigir El Tiempo de todos los Santos de mi generación soy ya Pero no se me escapa que debo hacer los méritos para logralo. Y ante la pregunta del periodista de si, con su acelere, padría esperar 30 años, contestó: "Bueno, digamos que es lo que me taca afirmar en público para que no me vayan a regañar despues."