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ELECCIONES

El reto de Cartagena

La campaña a la Alcaldía de La Heroica está polarizada entre dos candidatos que ya se enfrentaron en 2011: Dionisio Vélez, miembro de una familia de abolengo, y María del Socorro Bustamante, aliada con la política tradicional.

25 de mayo de 2013

En los 25 años de la elección popular de alcaldes, La Heroica nunca ha tenido un burgomaestre que provenga de los apellidos tradicionales. Provincianos o políticos de barrios populares como Nicolás Curi y Javier Cáceres han dominado el escenario local. 

Esta tradición podría romperse si Dionisio Vélez Trujillo gana las elecciones atípicas del próximo 14 de julio, convocadas por el fallecimiento de Campo Elías Terán. 
La entrada con paso fuerte de Vélez en la contienda ha despertado las críticas de sus opositores alrededor de sus orígenes sociales. 

Vélez no solo es miembro de una de esas familias, sino también descendiente de los dos apellidos que dominaron la política cartagenera durante gran parte del siglo XX. Por parte de su madre, es chozno del candidato presidencial conservador Joaquín F. Vélez (1904), derrotado por el general Rafael Reyes gracias al fraude del Registro de Padilla cometido por su también tatarabuelo Carlos Vélez Daníes. 

No obstante, el haber desarrollado en 2011 una campaña como independiente ayuda las opciones de Vélez en esta ocasión. Así mismo, su conexión con la dirigencia social y económica podría ser bien recibida por el electorado en busca de una mejor gerencia de la ciudad. A este socio del Club Cartagena le acompaña un abanico de aspirantes que se ha venido decantando.

De los 11 candidatos que comenzaron a barajarse semanas antes de la muerte de Terán, varios han quedado tendidos en el camino en la pelea por los avales. Uno de esos pulsos se dio alrededor de la otra candidata con más posibilidades: María del Socorro Bustamante.  

Después de tener en el bolsillo el respaldo de Cambio Radical y de toda la bancada parlamentaria, este partido se lo retiró porque asistió a un homenaje que la empresaria Enilse López, la Gata, condenada por homicidio, les hizo a las empleadas de su negocio de chance. Sin embargo, la incertidumbre se despejó para Bustamante el viernes, cuando el representante Jahir Acuña, de Afrovides, cercano a la casa de apuestas de Magangué, anunció que le otorgaría el aval a Bustamante.

El panorama de los aspirantes a gobernar Cartagena se cerraría con el exgobernador Miguel Navas Meisel, quien obtuvo el respaldo de la dirección nacional conservadora y el exrepresentante Wilson Borja, quien será candidato por el Polo. Dados los tiempos cortos para los comicios, lo más seguro es que Vélez y Bustamante reediten la campaña de 2011, en la que ambos fueron derrotados por Terán y en la que esta derrotó a aquel por un poco más de 2.000 votos. 

Si bien María del Socorro Bustamante intenta venderse como la enfermera de clase media, hija de la manicurista que educó con muchos esfuerzos a su familia, es vista como una representante típica de la clase política clientelista con burocracia y contratos en la salud. 

El escándalo alrededor de la Gata muestra que sus respaldos políticos y económicos son cuestionables.  A Vélez sus contradictores le endilgan pertenecer a la élite de La Heroica. En una ciudad con tanta pobreza y desigualdad social, este es un argumento político que resuena en barrios populares y podría golpear su entrada a esos sectores.

El electorado cartagenero enfrenta así la oportunidad para elegir un mandatario que retome el rumbo de la ciudad. Los retos sociales, económicos y urbanos para la capital de Bolívar no dan espera y requieren un alcalde con visión y gobernabilidad. Cabe preguntarse entonces cuál carga es más pesada: si el hecho de provenir de una familia prestante o de una clase tradicional que ha dominado La Heroica.