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S E C U E S T R O

El síndrome de la Chiva

El secuestro de Guillermo Cortés logró unir a todos los medios en un acto de protesta contra las Farc.

28 de febrero de 2000

La frase fue cortante. ¿Dónde está el dueño de la camioneta Cherokee azul?”. Eso fue lo primero que dijeron los cuatro hombres que el sábado 22 de enero llegaron a eso de las tres de la tarde a la finca El Zancudo, vereda Río Blanco, en Choachí (Cundinamarca). Los hombres estaban vestidos de civil y todos portaban armas cortas. La persona por la que estaban preguntando no era otra que Guillermo Cortés Castro, conocido cariñosamente con el apodo de ‘La Chiva’, uno de los periodistas más queridos del país y uno de los miles de sufridos hinchas del Independiente Santa Fe.

Una vez que los cuatro hombres confirmaron la identidad de Cortés procedieron a llevárselo junto con Carmen Estella Díaz, una amiga de la familia que se encontraba en esos momentos en la casa. Los retenidos y sus acompañantes tomaron la ruta que conduce al municipio de Fómeque y —según informes de Inteligencia— se dirigieron hacia el área de Chingaza.

La noticia del secuestro de ‘La Chiva’ Cortés produjo gran conmoción, no sólo en su círculo de amigos sino en el gremio periodístico. Cortés ha sido, entre otros, director de la revista Cromos y miembro de la junta directiva de la revista Cambio16, junto con Daniel Samper y Patricia Lara. Y en la actualidad se desempeña como presidente de la junta directiva del Noticiero Hora Cero.

Pese a las operaciones realizadas por las autoridades una vez se tuvo conocimiento del hecho, sólo hasta el lunes 24 se volvió a saber del caso. Ese día fue liberada Carmen Estella Díaz. Su liberación ocurrió a dos horas de Fómeque. De acuerdo con su versión, tanto ella como Cortés fueron trasladados hasta una casa ubicada en el área de Chingaza, a donde llegaron a eso de las seis de la tarde. Allí se encontraron con otros hombres armados, quienes les manifestaron pertenecer a las Farc. Ellos interrogaron a Cortés durante varios minutos y al requisar su documentación descubrieron en su billetera un carné que lo acreditaba como periodista del Noticiero Hora Cero. Los uniformados le mandaron decir a la familia de Cortés que “esperaran comunicación y que pensaban enviarle un mensaje al gobierno”.

De acuerdo con los informes de Inteligencia, el domingo 23 de enero los secuestradores condujeron a Cortés a caballo por las montañas del departamento. Reportes de las autoridades indican que lo habrían llevado hacia el departamento del Meta, al parecer, a la zona rural del municipio de San Juanito. Cortés, según esos informes, fue secuestrado por guerrilleros pertenecientes a los frentes 53 y 54 de las Farc, comandados por ‘Romaña’. Se supone que ya hubo un contacto entre ‘Romaña’ y los jefes de la organización para informarles sobre el desarrollo de los hechos. “La Chiva Cortés está en poder de las Farc, sin duda alguna”, dijo a SEMANA de manera categórica un alto oficial de las Fuerzas Militares, quien ha venido siguiendo el caso en forma detallada.



El clamor

Como era de esperarse, el secuestro de ‘La Chiva’ Cortés generó múltiples reacciones. Raúl Reyes, uno de los negociadores de las Farc, declaró a los periodistas en la zona de distensión que “estamos haciendo las averiguaciones con todos nuestros frentes para poderle informar a la opinión pública”. Pero aunque Reyes no descartó el secuestro de Cortés, también fue enfático al afirmar que las Farc no tienen como política el secuestro de periodistas para enviarle mensajes al gobierno, “porque eso lo podemos hacer a través de los medios de comunicación”.

Sin embargo la respuesta más contundente al acto terrorista provino precisamente de los medios de comunicación, cuyos directores anunciaron que no aceptaban la invitación de las Farc para participar en las primeras deliberaciones en Los Pozos, San Vicente del Caguán. La decisión estuvo precedida de fuertes discusiones acerca de la conveniencia de reunirse con las Farc. Un sector mayoritario de los directores era partidario desde un principio de no aceptar la invitación como una muestra de protesta por el secuestro de Cortés. Otro sector sostenía lo contrario, que lo mejor era asistir al Caguán para hacerle entender a los jefes guerrilleros sobre la gravedad de sus hechos. Al final se impuso la primera tesis.

De cualquier manera el secuestro de ‘La Chiva’ Cortés se convirtió no sólo en un atentado contra su integridad personal sino en un duro golpe a la libertad de prensa. Cortés goza del aprecio de todos sus colegas, que claman cada día con mayor fuerza por el regreso a casa del comunicador. Tal como salió el sábado 22 de enero: sano y salvo.