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Instalación del medidor prepago bicuerpo en el Programa EPM Energía Prepago. | Foto: EPM

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La energía prepago se extiende en el país

Santander y Antioquia son los primeros departamentos en implementar este sistema. La iniciativa puede llegar pronto a otras zonas del país.

22 de agosto de 2015

En Colombia la forma de consumir y pagar la energía eléctrica está cambiando. El sistema que están adoptando algunas electrificadoras se denomina sistema de prepago eléctrico, consiste en el pago anticipado de la energía que va a consumir comprando tarjetas que contienen un PIN y permiten recargar el medidor cada vez que lo requiera.

Bucaramanga es la segunda ciudad que tiene a su disposición un sistema de energía prepago. La Electrificadora de Santander, ESSA, empezó a implementar el proyecto en una de las zonas más humildes de la ciudad, el barrio Café Madrid, ubicado en la zona norte. Según la electrificadora se beneficiarán 300 familias del Conjunto Residencial Betania II etapa.

En la entrega formal de los medidores del sistema prepago el ministro de Minas y Energía, Tomás González, manifestó su interés en este tipo de proyectos. "Queremos ir aprendiendo de las experiencias como las de Santander para tratar de masificarlos, hay zonas como la Costa Caribe u otros mercados muy grandes donde se podrían beneficiar de este programa".

La primera ciudad en implementar la energía prepago fue Medellín. En un principio el programa se formuló como un proyecto piloto para 35.000 familias en un lapso de cinco años, sin embargo, el éxito fue tal que en la actualidad ha llegado a 180.000 hogares. EPM se prepara para estandarizar la energía prepago en todo su mercado.

Este sistema de consumo y pago de energía eléctrica ha llamado la atención del Concejo de Bogotá. Miguel Uribe Turbay concejal por el Partido Liberal fue el autor de la propuesta de implementar el servicio en la ciudad, el Concejo la aprobó y está a punto de ser sancionada por el alcalde. “Hicimos un estudio muy juicioso y descubrimos que mejora la calidad de vida de varios sectores de la ciudad”, explicó Uribe.

El medidor se instalaría en los hogares de las personas de estratos 1,2 y 3 que no cuentan con el servicio de energía eléctrica o que están en mora. La comercializadora deberá asumir el costo de los medidores de energía prepagada y comprometerse a llevar el servicio a estos sectores. La socialización y capacitación estaría a cargo de la Secretaría de Hábitat.

El proyecto va por buen camino, ya tiene el visto bueno de la Secretaría de Gobierno, Codensa y la Secretaría de Hábitat.

La promesa


Dentro de las bondades que le atribuyen sus defensores se encuentra como bandera la posibilidad de brindar un mayor acceso al servicio a las personas de bajos recursos económicos. A esta posibilidad se une la conciencia ambiental que en teoría desarrollarían los usuarios. “Lo que ha demostrado la utilización de estos medidores en Medellín es que las personas son conscientes de lo que consumen”, subrayó Miguel Uribe.

El beneficio que traería para los comercializadores es que se convertiría en una forma eficaz de combatir la piratería y evitaría que los usuarios entren en mora y tengan que pagar por la reconexión, como ocurre con el sistema pospago.

El medidor cuenta con pantallas digitales que muestran el tiempo real los kilovatios que se están consumiendo, esto permitiría racionalizar el consumo por el costo que representa.