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El ‘Solista’ permanecerá en las calles y seguirá vinculado al proceso por el que fue detenido. | Foto: SEMANA

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El ‘solista’ de la muerte vuelve a la libertad

Un cantante sindicado de varios crímenes regresa a las calles por vencimiento de términos.

5 de julio de 2013

Aquel día de mayo de 2011, cuando se le capturó en una operación en la que participaron 15 integrantes del Grupo de Operaciones Especiales (GOES), ocho integrantes de la Sijín y dos más de inteligencia, muchos creyeron que se trataba de un ‘falso positivo’. Quienes lo habían visto en televisión y en conciertos en discotecas no daban crédito a las noticias según las cuales, Carlos Valencia era un peligroso hombre que de la manera más fría mataba de día mientras que en las noches cantaba sentidas canciones de despecho.

SEMANA, en su edición impresa, reveló la historia de este hombre delgado, de baja estatura y con la apariencia de un joven inofensivo, que hoy ronda los 27 años. En el perfil se contó que comenzó su ‘carrera’ cantando en pobres galleras y bares en el sur de Bogotá, especialmente en las localidades de Ciudad Bolívar, Usme y Bosa. En esos sitios, donde lo llamaron el ‘Solista’, se hizo conocer y fue promovido no sólo como cantante, sino con otras ‘habilidades’.


Entró a formar parte de una banda en esa zona de la capital -conformada por desmovilizados de la guerrilla y paramilitares- que extorsionaba comerciantes y transportadores al decirles que eran de la banda criminal las 'Águilas Negras'.

Era un sicario. Había cometido decenas de crímenes en Bogotá y los investigadores lo siguieron durante meses. Grabaron sus conversaciones telefónicas y en muchas de ellas se oía con nitidez la forma como reportaba a sus clientes el ‘éxito’ de su actividad como sicario. Contaba, con todos los detalles, cómo había asesinado a un comerciante o a alguien que debía un dinero.

Así, por ejemplo, en una de sus charlas con su esposa después de cometer un crimen a la salida de una gallera, se le oyó decir: “Ese ‘man’ se murió por marica, no quiso entregar la plata por las buenas y ahí quedó tirado. El ‘man’ quedó ahí tirado en el andén, pero bueno, lo importante: ¿qué hay para comer en la casa? ¿Me guardó carne?”. Acababa de cometer un crimen por el cual recibió entre 200.000 y 500.000 pesos. Entre estas cifras oscilaba su tarifa.

Luego de su captura, los investigadores creyeron que la pesadilla había terminado y que el ‘cantante asesino’ pagaría por sus culpas durante muchos años en el encierro de una cárcel. Pero no fue así. Pasó el tiempo y su juicio empezó a tener retrasos inexplicables. Eso, a pesar de la gravedad de los delitos: concierto para delinquir agravado y extorsión agravada.

Fue entonces cuando ocurrió lo inevitable. El juez 42 de garantías lo dejó libre esta semana, como lo reveló el diario Q’Hubo. Su abogado asegura que con el paso del tiempo hubo demoras en la definición de los cargos que pesan en su contra.



Guillermo Montoya, defensor de Valencia, argumentó a Semana.com que “se habla en la legislación colombiana de tiempo razonable para realizar un juicio. La Constitución ordena que una persona debe ser juzgada dentro de ese tiempo razonable. Aquí el proceso lleva en juicio 16 meses hasta el momento y todavía se desarrolla, apenas, en descubrimiento de pruebas de la Fiscalía”.

Según Montoya, los retrasos anormales del caso se deben a hechos como el cambio de fiscal, la no remisión de  su defendido desde la cárcel o a que el juez tiene otras audiencias para atender. El abogado aseguró que, pese a que Valencia ya no está en un centro de reclusión, comparecerá ente el juzgado cuando se le requiera.

Por ahora, el ‘cantante de la muerte’ regresa a las calles y en las zonas donde actuó se comienza a sentir miedo. Estaba vinculado a más de 30 asesinatos, pero, al parecer, la Fiscalía lo pudo relacionar sólo con cinco de ellos. Aun así, se cumplió el plazo de su detención y su proceso se estancó.

Valencia fue tan temido en los últimos años, que lograba retar, incluso, a las autoridades. El día de su captura, por ejemplo, les dijo a los policías que lo detuvieron a la salida de un establecimiento público en Bogotá que “estuvieron de buenas porque me cogieron sin mi pistola encima. Donde la tenga, les mato por lo menos a dos o tres, y no me dejo llevar vivo”.

Por lo pronto, el ‘Solista’ permanecerá en las calles y seguirá vinculado al proceso por el que fue detenido.