El vigilante que iba con sacerdote asesinado puso la cara

Miller Arley Silva se presentó ante el CTI de Bogotá dos días después que la Fiscalía publicó su retrato hablado. El vigilante acompañaba al sacerdote Germán Giraldo y al abogado Marco Fidel Rodríguez en el momento del asesinato en el sur de Bogotá. 

Silva es requerido para que declare sobre los hechos que rodearon la muerte de las dos personas y aclare además su supuesto conocimiento sobre la existencia de una guaca de la captadora DMG en Villavicencio, ciudad hacia la que iría con las dos víctimas en compañía además de monseñor Rosendo Úsuga.

Según ha indicado la Fiscalía, Silva sería el enlace entre el religioso asesinado y algunos campesinos en Meta que decían tener en su poder una caleta con dinero y tarjetas de DMG, las cuales habrían estado dispuestos a cambiar por 200 millones de pesos. 

Pese a los indicios de las autoridades, la existencia de los 200 millones de pesos no ha sido establecida. “Podemos señalar que a través de esta persona (Silva) se dice que en Villavicencio se encontró una caleta con dólares y tarjetas de DMG. Los que la hallaron estaban interesados en dar dinero a esta iglesia Anglicana, pero a cambio requerían una recompensa de 200 millones de pesos”, señaló Jorge Eduardo Saavedra, director Seccional del CTI Bogotá, en su momento.

Aunque Silva no tiene requerimiento judicial alguno, se presentó voluntariamente con su abogado ante el CTI en Bogotá, puesto que desde cuando ocurrió el doble homicidio, hace tres días, se desconocía su paradero. 

Del vigilante se conoce por voz de la Fiscalía que laboraba como guardia en el barrio en el que residía el sacerdote Germán Giraldo.