ELECCIONES 2018
La despachada de Cambio Radical contra Juan Fernando Cristo
Luis Felipe Henao, del círculo más cercano a Germán Vargas, asegura que el ex funcionario liberal no debería ser parte de la CSIVI si es precandidato presidencial.
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Las relaciones entre Cambio Radical y el Partido Liberal llevan mucho tiempo siendo distantes y agrias. Pero ahora que comienzan a formalizarse las candidaturas presidenciales el abismo que separa a ambas fuerzas políticas comienza a profundizarse. Así quedó claro en una columna publicada este jueves por el ex ministro Luis Felipe Henao. Henao es una de las personas más cercanas a Germán Vargas y por eso sus duras críticas al también ex ministro Juan Fernando Cristo han llamado la atención.
Henao asegura que Cristo “hizo todo para seguir ejerciendo el cargo” pues ahora será “representante del Gobierno ante la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo Final a través del decreto 871 de 2017, lo que hará posible que siga controlando los temas de la paz sin estar inhabilitado para participar en política”.
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La afirmación se refiere a la llamada CSIVI, creada después de la firma del Acuerdo Final para hacerle seguimiento a la implementación. Este organismo, fundamental para esta nueva fase del proceso de paz, está integrada por tres representantes del Gobierno Nacional y tres de las FARC. En esta tiene silla hoy Cristo junto con Sergio Jaramillo, Rafael Pardo, Jesús Santrich, Iván Márquez y Pastor Alape.
Para Henao “esta jugada maestra implica un claro desequilibrio democrático, pues le permitirá ser candidato y al mismo tiempo tener una poderosa influencia en la repartición de los recursos del posconflicto, es decir, un ‘fast track‘ político a través de la implementación del acuerdo de paz”.
El ex ministro de Vivienda recuerda, por otro lado, uno de los temas que más polémica ha generado entre las toldas del ex vicepresidente y la Unidad Nacional. Asegura que “el mismo (Cristo) que crea inhabilidades para los otros y se habilita para seguir fungiendo de ministro en la sombra y precandidato en el día”. Como se recordará, en la reforma de Equilibrio de Poderes, el ex ministro liberal lideró en el Congreso la introducción de una inhabilidad para que el vicepresidente, es decir Vargas Lleras, tuviera que renunciar a su cargo para poder hacer campaña, un año antes de las elecciones. Y el ex vice, en efecto, tuvo que renunciar a su cargo, una posición que le daba influencia política y figuración mediática.
El pulso entre los liberales y Cambio se seguirá agudizando, y va mucho más allá de una anécdota por encontrones de egos o rifirrafes personales. El telón de fondo, por supuesto, es la competencia por la presidencia el año que viene, en la que cada uno de los dos partidos presentará a su candidato. Rojos y Cambio también tienen visiones opuestas sobre el proceso de paz –los liberales lo apoyan con todo mientras Cambio tiene reservas profundas- y en estos tiempos de precampaña hay toda una guerra fría entre las dirigencias de ambas colectividades para buscar el apoyo de líderes y mandatarios regionales.
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No es la primera vez que Luis Felipe Henao se va contra los precandidatos liberales. En otra columna ya había criticado a Humberto de la Calle por la crítica que le hizo al fallo de la Corte Constitucional que limitó el Fast Track. En ese escrito aseguró que el ex jefe negociador “manifestó que este fallo “puso en jaque el acuerdo de paz” y de paso aprovechó para autoproclamarse como el salvador de la “hecatombe”, lanzándose como candidato presidencial”.
Se sabe que la campaña venidera será una de las más duras y pugnaces que se recuerden. Hasta el momento esa era la expectativa, sobre todo, para los partidos y candidatos polarizados en quienes apoyan al proceso de paz y al gobierno, en una esquina, y a la oposición encabezada por el uribismo, en la otra. Pero ahora queda claro que aún dentr de dos socios en la Unidad Nacional, como los liberales y Cambio Radical, la pelea será con todo. Y en la serie de alianzas y coaliciones que se comenzarán a construir en los próximos meses, ya es poco probable que Germán Vargas y su expartido de mucho tiempo –el liberal- puedan jugar con la misma camiseta.