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Nunca me había detenido a pensar si soy fea o bonita. Es ahora cuando la gente me dice que soy bonita, y a los 40 años. Es probable que lo que vean sea la belleza de la madurez

Al paredón con María Isabel

¿En ‘1, 2, 3’, cómo va a pasar del periodismo a la política?

Claudia Hoyos le contesta a María Isabel Rueda.

31 de marzo de 2007

M.I.R.: Esta fue su última semana al frente de la exitosa sección 1,2,3 en CM&. Se lanza a buscar la Alcaldía de Cartagena. ¿Le gustó la política o se aburrió del periodismo?
C.H.: Ni lo uno ni lo otro. Después del último proceso electoral que vivió Cartagena se me metió como una piquiña de asumir una mayor responsabilidad con mi ciudad. Empezó a crecer ese gusanito que creo que siempre he llevado por dentro, y a principios de año, después de ver cómo se está moviendo la ciudad y a falta de postulantes que satisfagan el hambre que tiene la gente de arrancar con una administración limpia y transparente, decidí yo dar esa pelea.

M.I.R.: Muchos todavía no la toman en serio porque sus encuestas son muy bajitas. ¿No la desmotiva arrancar prácticamente de cero?
C.H.: Al contrario, el reto es mayor. ¿Será irresponsable? ¿Será loco? Pues yo me dije: hagámosle, porque aunque no tengo ninguna trayectoria política, desde muy joven me he movido en ella por mi oficio de periodista. La decisión la tomé sola yo un fin de semana en mi apartamento de Bogotá. Me llegó el momento de devolverle a Cartagena todo lo que me dio, como persona, con mis valores, mis ganas mi alegría…

M.I.R.: A Yamid no le debió gustar ni pío…
C.H.: Primero, él asumió una posición paternalista de protección. Me dijo que no podía ir a meterme en esa jauría, sobre todo exponiendo el capital profesional que he acumulado.

M.I.R.: Hasta razón tiene. ¿Por qué cambiar un trabajo tan exitoso como el que tiene, desde el cual indudablemente ha impuesto una marca, por un futuro político bastante incierto?
C.H.: Llámelo un acto romántico, generoso. Personalmente he conseguido cosas muy valiosas con mi profesión, pero sentí la necesidad de trasladar eso que he conseguido a un bienestar de la gente de mi ciudad.

M.I.R.: ¿Quién la va a reemplazar?
C.H.: A Yamid le gusta innovar. Muchas personas han hecho casting, pero presiento que él va a salir con la sorpresa de alguien totalmente novedoso.

M.I.R.: Va a pasar de la esquina del periodismo a la de la política. ¿Está dispuesta a dejarse torturar de los medios como usted ha torturado a los políticos?
C.H.: Sin duda el papel fiscalizador de los medios es importante. Falta un compromiso mayor porque a veces se tratan los temas de manera muy ligera, y muchos políticos se sienten agredidos con esa ligereza.

M.I.R.: Supongo que muchas personas deben quejarse por el contenido de su sección, que se basa en la recolección de una serie de rumores ciertos… Además, usted tiene fama de no rectificar.
C.H.: Lo que acaba de decir es bien cierto. No me suman en los dedos de una mano la cantidad de rectificaciones que me he visto obligada a hacer. La de Carlos Gaviria cuando dije lo de su pensión, y una o dos veces más por orden de un juez. De resto, yo no rectifico, sino que doy a conocer la posición de la persona que se siente afectada, tocada, incómoda con la versión que yo he dado.

M.I.R.: ¿Cuando le pase a usted como candidata, se va a contentar con que no rectifiquen una información inexacta que la afecta, sino con que sólo transmitan su versión?
C.H.: Me tocará morderme los dedos, hacer de tripas corazón y por mi experiencia, sé que lo peor que puede hacer un político es enfrentarse a los medios.

M.I.R.: ¿A quiénes admira especialmente en los medios de comunicación?
C.H.: Tenemos figuras monstruosas en periodismo. Sin duda mi maestro de más de 10 años, que es Yamid, por su capacidad de innovar, por su olfato… Pero tengo otros personajes que también admiro mucho como colegas: Pienso que Rodrigo Pardo que ha hecho un trabajo excepcional en Semana, admiro el periodismo de Enrique Santos aunque reclamaría mucho más de él: está en una posición muy elevada de administrar el periodismo, quisiera verlo ejecutándolo más. Ustedes 'las Marías' hicieron en televisión un trabajo bellísimo. Néstor Morales está haciendo un programa de radio espectacular. Los noticieros de televisión tienen unos vacíos muy grandes; sólo registran las noticias pero no hay análisis ni opinión. A nivel de columnistas admiro a D'Artagnan, a María Jimena, a Daniel Coronell, a pesar de que es muy oposicionista y yo soy muy uribista. En radio sin duda hay que resaltar el 'pega pega' que tiene Julio con su carisma y esa voz que tiene tan maravillosa…Yo rodearía a Julio de gente más constructiva, pero entiendo que a muchos les gusta oír el tipo de periodismo que hace La W.

M.I.R.: ¿Cómo es la vida personal de Claudia Hoyos?
C.H.: Soy separada y tengo una hija de 7 años.

M.I.R.: ¿Influyó su éxito profesional en su separación?
C.H.: Para nada. Pero cuando me separé sí me dediqué a recuperar un espacio muy grande para Claudia Hoyos, la profesional. Encontré un sitio perfecto para darles un vuelco completo a mi imaginación, a mi talento y a mis ganas.

M.I.R.: El éxito es un buen afrodisíaco. Si a eso se le suma que usted es una mujer muy atractiva, tengo que preguntarle si se siente asediada por los hombres que quieren darse un 1, 2 y 3 saliendo con Claudia Hoyos…
C.H.: Lo de bonita o fea nunca ha sido un tema mío. Nunca me había detenido a pensar si lo era. Es apenas ahora cuando la gente me recalca que soy bonita, y a los 40 años. Uno es bonito a los 20, a los 25 años, cuando la flor de la juventud se le imprime a uno en cada polo y uno respira lozanía. Ahora, a los 40 años, creo que la gente lo que ve en mí es la belleza de la madurez. En cuanto al asedio de los solicitantes, tengo una habilidad magnífica para convertir a los asediadores en buenas amistades, en gente querida, en construir relaciones chéveres e intercambiar intereses. Pero más allá de "cómo eres de linda", casi nunca pasa nada.

M.I.R.: ¿Se volvería a casar?
C.H.: No lo tengo en primer orden, entre otras porque no tengo ningún plan a la vista. Ahora estoy casada es con la idea de ser alcaldesa de Cartagena. Esa ciudad es, por ahora, mi novio, mi marido.

M.I.R.: ¿Y qué pasa si la derrotan?
C.H.: Lo de la derrota trato de no pensarlo porque me debilita las ganas. Yo ahí voy como una locomotora a la que le estoy echando carbón a todo momento.

M.I.R.: ¿Se siente aludida por las críticas de quienes dicen que está utilizando su reconocimiento entre la farándula para esta aventura electoral?
C.H.: ¿Cuántos cartageneros son los que ven cada noche 1,2,3? Es una crítica ridícula. Es cierto que el componente mediático que llevo a cuestas genera un atractivo entre algunas personas. Eso da una ventaja que es un poco fenómeno espuma y que de ninguna manera alcanza para ganar las elecciones. Se puede aprovechar parcialmente la ayuda que produce venir de un medio de comunicación, pero igual entre la gente que me conoce por ello hay una parte a la que le gusto y otra a la que no. Pero eso no reemplaza de ninguna manera la lucha que tengo que emprender para convencer.

M.I.R.: ¿Usted va a ser la candidata uribista a la Alcaldía de Cartagena?
C.H.: Independiente-uribista. Muy uribista. Quiero conducir a Cartagena por la misma corriente social por la que el Presidente ha conducido al país.

M.I.R.: ¿Hay algún político con votos que vaya a apoyarla?
C.H.: Mi caminar por ahora lo estoy haciendo sola, acompañada de las ganas y del conocimiento que estoy logrando de la ciudad, del sueño que estoy persiguiendo y, desde luego, con un equipo de lujo del que me voy a rodear, pero aspiro a que esos apoyos me vayan llegando como una bola de nieve. Los políticos que tengan los mismos intereses que yo estoy demostrando hacia Cartagena terminarán que sumarse a mis aspiraciones, porque es lo lógico. A los políticos los oigo, eso es sano, pero no hago componendas con ellos. Enrique Peñalosa, por ejemplo, es uno de mis grandes consejeros.

M.I.R.: ¿Se va a trasladar a vivir a Cartagena?
C.H.: Sí, a partir de esta semana. Ya Bogotá sólo será un lugar de paso.

M.I.R.: A la manera de 1,2,3, si gana, ¿qué es lo primero que va a hacer?
C.H.: Uno, declarar la emergencia social en Cartagena. Lo que acaba de vivir la ciudad con el Congreso de la Lengua fue divino, hermoso, impactante, pero oye: fue una mentira. Tapamos la pobreza, sacamos del centro a toda la gente indeseable… Esa no puede ser Cartagena. No podemos fomentar un turismo a punta de engaños. Mi énfasis va a estar ahí. Dos, también me dedicaré a explotar el énfasis que ha demostrado Cartagena en este primer trimestre en los temas culturales: resultaron un rotundo éxito el Hay festival, el festival de música clásica, el festival de la lengua… Eso se revierte en recursos para combatir la pobreza. Y tres, no puede ser que en la ciudad el metro cuadrado ya esté a nueve millones de pesos y a un kilómetro la gente viva con menos de un dólar. A pesar de que el país ha disminuido sus índices de miseria, no lo veo tan claro en Cartagena, donde la realidad está indicando otra cosa. O eso se para, o esto revienta. Esa es la bomba de tiempo a la que voy a medírmele.