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En Bogotá tres son compañía

Juan Lozano es el puntero, pero le siguen de cerca María Emma y Lucho.

13 de julio de 2003

A la largada de la carrera por la Alcaldía de Bogotá se adivinan ya varias tendencias en el electorado. Que la preferencia de la ciudad por los candidatos independientes, frente a los de los partidos tradicionales, se consolidó. Que la competencia será ardua y muy probablemente entre tres contendores: Juan Lozano, María Emma Mejía y Luis Eduardo Garzón. Y que la opinión bogotana es cada vez más madura en escoger, sin prejuicios, diversas tendencias ideológicas.

Juan Lozano arranca la campaña con una ventaja considerable de 13 puntos sobre la segunda en la contienda. Allí lo han llevado tres hechos. Es el único que ha estado en campaña desde hace varias semanas y su labor política ya está cosechando triunfos. Cuenta con el respaldo de Enrique Peñalosa y encarna, así, la continuidad de su exitosa gestión y la del alcalde Antanas Mockus, que han transformado en menos de una década a la capital. Y por último, que su figuración como director del principal canal de televisión de la ciudad, Citytv, lo convirtió en un personaje familiar y popular.

Aunque María Emma Mejía apenas acaba de lanzar su candidatura aparece en un cercano segundo lugar con 19 puntos. Es ya ampliamente conocida por los bogotanos porque esta es la segunda vez que aspira a dirigir los destinos de la capital y en la campaña anterior, en el año 2000, estuvo muy cercana al triunfo. Además ha desempeñado papeles protagónicos en el país como ministra de Educación y de Relaciones Exteriores y como candidata a la vicepresidencia en 1998, en fórmula con Horacio Serpa.

Y muy cercano en el tercer lugar va 'Lucho' Garzón, candidato de la izquierda a la Presidencia en las elecciones del año pasado, que obtuvo resultados históricos para esta corriente ideológica en Colombia. El Polo Democrático, que lidera, se ha posicionado como el principal opositor de Alvaro Uribe y, como tal, ha adquirido fuerza a medida que el gobierno se desgasta con medidas impopulares como el despido masivo de gente y la cascada impositiva.

Los tres son independientes, sin que ello signifique que no tengan el respaldo, en mayor o menor medida, de maquinarias electorales organizadas. Eso los pone a competir en condiciones similares. El resultado, entonces, se va a definir más en el terreno de la confianza que despierten sus propuestas y su carácter, frente a un público exigente, que no se contenta ya con que su alcalde sea simplemente 'honesto' o 'no politiquero', sino que garantice una férrea defensa del interés público y un avance aún mayor en calidad de vida y en equidad social.

Y el resultado de la encuesta, que pronostica una pelea ardua, es el de 16 por ciento de indecisos. Cualquiera de los tres que los conquiste será el próximo alcalde de la ciudad. Ahí está su desafío.