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En Bogotá se van a talar 3.480 árboles

Árboles que han acompañado a los capitalinos por décadas, están a punto de ser derribados. Suba, Usaquén y Chapinero son las localidades más críticas. ¿Qué produce que estos árboles tengan que ser talados?

14 de septiembre de 2011

"Todos estos árboles están enfermitos", dice Julio César Palacios, señalando un par de decenas de eucaliptos en un parque en Ciudad Salitre. La escena que describe este ingeniero forestal, que trabaja en la Secretaría de Ambiente en Bogotá, muestra la situación de 3.480 árboles que serán talados próximamente y de cerca de 11.527 que podrán correr con la misma suerte en los próximos meses.
 
Por eso, la situación del Salitre se repite en casi todo Bogotá, en donde eucaliptos, pinos, acacias, cauchos y urapanes, que han acompañado a los capitalinos por décadas, están a punto de ser derribados. Suba, Usaquén y Chapinero son las localidades más críticas. ¿Qué produce que estos árboles tengan que ser talados?
 
En Bogotá los árboles se están convirtiendo en un peligro. El año pasado se presentaron 184 emergencias, según datos del Fondo de Prevención y Atención de Emergencia (FOPAE), entre ellos el caso de un árbol cerca del Museo de los Niños que se vino al piso en un aguacero y cayó sobre un carro. Una mujer murió y sus 4 ocupantes quedaron heridos. Con el invierno ese riesgo aumentó y en la temporada de lluvias, en los primeros meses de 2011, se presentaron 424 casos. En la mayoría de los casos estas situaciones se producen porque las raíces se pudren o porque el tronco, cuando absorbe mucha agua, triplica su peso y se cae.
 
El aumento del número de accidentes causados por árboles hizo que al alcalde Samuel Moreno declarara en mayo que la ciudad vivía una "urgencia manifiesta": De este modo, se pudo establecer un plan de choque para atender esta situación. Pero la tala genera controversias.
 
Diagnóstico de un enfermo
 
Un árbol está enfermo cuando se "identifican problemas que podrían causar su derribamiento, por ejemplo, males que atacan directamente la raíz", explica Luis Mario Cárdenas de la Fundación Natura. Otras afectaciones tienen que ver con plagas, contaminación, vandalismo y la natural inclinación.
 
Bogotá es una de las pocas ciudades en Latinoamérica que tienen un censo para sus árboles. Y es con base en ese censo que la Secretaría de Ambiente ha diagnosticado a estos "enfermos". El trabajo "sucio" sin embargo, es responsabilidad del Jardín Botánico. Muchos de sus funcionarios cuentan que un acta de defunción de la Secretaría es definitiva y que una vez que esta entidad da la orden es difícil echarla para atrás, aún si el equipo técnico una vez llega al terreno considera que el árbol no debería ser talado.
 
"La mayoría de los conceptos técnicos de tala obedecen a criterios subjetivos y no tienen que ver nada con el estado real", revela la bióloga Adelaida Calleja, miembro del Comité Proárbol, entidad que cuenta con 10 años de trabajo en el estudio y defensa del arbolado urbano.
 
Por su parte, el director del Jardín Botánico, Mauricio Garzón, deja en claro que la autoridad es la Secretaría y si "ella me manda a mi un concepto, es como recibir una orden judicial".
 
Sin embargo, en ocasiones la realidad no corresponde con ese diagnóstico. "Algunos árboles no se deberían talar, pero si está el concepto hay que hacerlo", dice Garzón. Según cuenta el funcionario, a veces esos exámenes no son motivados por razones ecológicas sino porque los vecinos "por cuestiones de seguridad, porque sienten que hay peligro de atraco o gente que fuma marihuana" piden que el árbol se corte, por medio de una tutela, diciendo que es inseguro.
 
También agrega que lo que está viviendo ahora la ciudad se debe también al represamiento de árboles enfermos que debían ser curados por las anteriores administraciones y que se fueron al piso no solo debido al invierno sino a la falta de cuidado.
 
Asociaciones de vecinos y grupos ambientalistas han venido oponiéndose a la tala argumentando que existen otras opciones para prevenir el riesgo, diferentes a cortarlos. Aunque la Secretaría de Ambiente asegura que por cada árbol talado plantará dos o tres, lo cierto es que mientras eso sucede parte importante de Bogotá se quedará sin verde.
 
CIFRAS:

• 1'165.479 árboles censados tiene Bogotá.
• 9.622 árboles se deben talar.
• 10.000 árboles al mes derriba el Jardín Botánico.
• 159.721 árboles tiene la localidad de Suba (la que más especies tiene).
• 4.544 árboles tiene La Candelaria (la que menos especies posee).
• 424 emergencias registró el FOPAE en los primeros cinco meses del presente año.
 
Árboles que ya no se verán: Estos son los puntos de la ciudad en los que se van a realizar las talas.
 
• Avenida Circunvalar (por la gran cantidad de eucaliptos que tiene los cuales son muy susceptibles de volcamiento).
 
• Eje de la Carrera 7ª entre calles 94 y 106 y entre las calles 134 y 153.
 
• Bosque de San Carlos Sector Sur Oriental, en la localidad de Rafael Uribe Uribe (son 84 árboles en riesgo de los cuales 63 son eucaliptos).