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Gobernadora de Córdoba, Marta Sáenz. | Foto: Semana.

CONFLICTO

"En Córdoba van 313 homicidios en lo corrido de este año": Gobernadora

Marta Sáenz asegura que la situación de su departamento empeora con el paso de los días y que el panorama no es nada alentador. Aunque dice que el problema de la violencia no es solamente de cifras, señala que sí son una señal que no hay que ignorar.

10 de agosto de 2011

El sábado fueron dos, el domingo cuatro y en la noche del martes dos los homicidios registrados en Córdoba. No es nuevo. Los homicidios se han vuelto pan de cada día. Eso dice la gobernadora, Marta Sáenz. “En lo que va del año se han registrado 313 asesinatos”, asegura. Y aunque las cifras han sido cuestionadas por el Gobierno, Sáenz es enfática en decir que la realidad no la deja mentir. “Basta abrir un periódico para ver cómo los muertos son cosa de todos los días”, dice.

Las cifras que ella ha dado a los medios y con las que se ha enfrentado al propio ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, salen del observatorio del delito de la Gobernación del departamento. Allí van a parar los informes de las autoridades y de las secretarias de Gobierno de los municipios de Córdoba. Según ese observatorio, en el 2007 se registraron 366 homicidios; en el 2008, 512; en el 2009, 532, y en el 2010, 575 y nueve masacres.

“Al paso que vamos, la cifra del 2011 va a sobrepasar la del año pasado”, asegura la gobernadora, quien a pesar de que insiste en el aumento en el número de muertos, señala que el problema de seguridad va más allá que un par de dígitos. “La inseguridad no se debe cuantificar solamente. Es un problema social. Córdoba es un departamento pobre que fue epicentro del paramilitarismo y del que a pesar de su desarme dejó personas que no tienen más alternativa que volver a las armas”, dice Sáenz.

La presencia de las llamadas bandas criminales en esa zona del país es fuerte. Hace apenas unos meses, con el asesinato de Mateo Matamala y Margarita Gómez a manos -según las autoridades- de los 'Urabeños’, lo recordó. En ese momento el Gobierno activó el Plan Troya, con el que, como lo reconoce la gobernadora, disminuyeron los homicidios. “En febrero se redujeron, pero a finales de mayo empezaron a aumentar. En junio hubo 30, en julio 53 y mire ya en agosto por donde vamos”.

En Córdoba se mueven los 'Paisas’, los 'Rastrojos’, las 'Águilas Negras’ y los 'Urabeños’. Las peleas por las rutas del narcotráfico -dice la gobernadora- son una constante. Son una de las razones por las que la violencia en ese departamento existe, por las que hay muertos y desarraigo.
 
Hace apenas unos días, una masacre (asesinaron a cuatro campesinos) desencadenó un desplazamiento masivo. Hoy el alcalde de Tierralta trata de conseguir alimentos para las más de cien familias que en esa condición están en las instalaciones de una escuela, procedentes de Las Pailas, Revuelto, Palmira, Pailitas Arenas Blancas y caseríos aledaños.

“No es que la situación esté así en todo el departamento. En la zona de San Jorge, Tierralta, la zona costanera y Montería son la más complejas”, asegura Marta Sáenz. Según Medicina Legal, en la capital de Córdoba el año pasado se registraron 127 asesinatos.

Hay miedo. “Las familias, que tenían por costumbre sentarse en sus terrazas a hablar, no volvieron a hacerlo, sienten temor”, dice Sáenz. Ella no es la única que expresa ese sentimiento. El martes, el párroco de Tierralta, Mildaldo Camargo, lideró una marcha en protesta por las últimos homicidios registrados. Fue claro: “Señor presidente (Juan Manuel Santos), no podemos hablar de prosperidad si no tenemos seguridad. Parece ser que las instituciones del Estado han perdido las riendas en nuestro pueblo”, dijo y agregó que Córdoba está “secuestrado por las bandas criminales”.

Y mientras, el ministro Rivera dice que las declaraciones de la gobernadora están generando un ambiente de desconfianza y zozobra, la gobernadora insiste en que ella simplemente está encendiendo las alarmas. “Córdoba es mi departamento, son mis muertos y no me voy a callar”, afirma Marta Sáenz.