Home

Nación

Artículo

El gobernador del Valle, Héctor Fabio Useche, incluyó en su gabinete personas con perfiles más políticos que técnicos.

CALI

En direcciones opuestas

El gobernador del Valle, Héctor Fabio Useche, y el alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, tienen proyectos políticos, orígenes y estilos totalmente distintos.

7 de enero de 2012

Parecería que el alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, y el gobernador del Valle, Héctor Fabio Useche, tuvieran mucho en común: son profesionales de la salud y encuentran la casa en déficit fiscal y azotada por la delincuencia. Sin embargo, es mucho más lo que los diferencia, y podrían llegar a ser como el agua y el aceite.

Los primeros pasos que dieron como gobernantes la semana pasada dejaron ver la diferencia de talantes. Pese a que los dos ganaron las elecciones con el apoyo de coaliciones multipartidistas, adoptaron esquemas totalmente distintos en la conformación de sus gabinetes.

Useche envió un mensaje conciliador a sus adversarios. Nombró como asesor político a Orlando Riascos, quien había sido llevado a la Comisión Nacional de Reconciliación y Reparación por el vicepresidente Angelino Garzón. Días después se reunió con Garzón en Bogotá, a pesar de que los amigos del vicepresidente, quien fue gobernador del Valle, no respaldaron la campaña de Useche a la Gobernación. Con esta jugada puso en práctica lo que anunció el día de su posesión: que buscaría una interlocución con el gobierno nacional. En criterio de varios analistas consultados por SEMANA, en su gabinete se destaca el perfil político de los nombrados más que su naturaleza técnica. Tampoco faltó la cuota de agradecimiento: incorporó a Claudia Cardona y Amparo Navarro Abadía, familiares del exgobernador Juan Carlos Abadía, quien ha sido uno de sus mentores políticos.

Por su parte, Guerrero llamó a un equipo con antecedentes técnicos. Se destaca Esteban Piedrahíta, exjefe de Planeación Nacional, quien fue llamado como asesor de Planeación Estratégica. Y Ximena Hoyos, quien fue presidenta de la Unidad de Acción Vallecaucana, una corporación del sector privado dedicada a la promoción del desarrollo. Los nombramientos, en general, le han merecido aplausos por sus trayectorias y preparación.

Los discursos de posesión también dejaron ver lo diferentes que son el uno del otro. Useche -quien tiene 37 años- no fue capaz de leer bien y dejó ver un temor al hablar en público, mientras que Guerrero -de 73 años- se mostró aplomado y llamó a la construcción civilista de la ciudad.

Useche no la tiene fácil. Los cuestionamientos por su cercanía con el exgobernador Abadía -quien fue destituido por participación en política- y con el exsenador Juan Carlos Martínez -condenado por nexos con grupos paramilitares-, amenazan su gobernabilidad. El Movimiento de Integración y Oportunidades (MIO), que avaló su candidatura, solo logró un puesto en la Asamblea Departamental. Además, en la campaña salieron a relucir investigaciones en su contra por posibles irregularidades en la contratación cuando fue secretario de salud del Valle, en la era Abadía. Él dice que si el problema es jurídico -y no político- saldrá indemne.

Guerrero, por el contrario, llegó de la mano de varios gremios y con el apoyo de medios de comunicación regionales. Y aunque tiene retos enormes, pues la ciudad que recibe está endeudada y padece un déficit en programas sociales, no tiene investigaciones por las cuales preocuparse.

En palabras del politólogo de la Universidad Javeriana de Cali, Luis Alejandro Arévalo, "mientras el temor de Guerrero es no estar a la altura de las expectativas de la gente, pues está sobrevalorado, el de Useche es sorprender, pues está subvalorado".

Los problemas de seguridad que padecen el departamento y la ciudad, y la administración de los recursos (el Valle del Cauca recibirá 40 veces más transferencias por concepto de regalías al año) pondrán a prueba las capacidades de Guerrero y Useche como mandatarios. Pero detrás de las primeras decisiones no solo hay un estilo distinto, sino proyectos opuestos que en el futuro podrían generar fricciones. El problema es que el departamento y la región tienen un solo destino.