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En fuera de lugar

La Comisión de Notables es un ejercicio de buena voluntad del gobierno, pero no tiene las herramientas para solucionar los problemas del fútbol colombiano

3 de septiembre de 2001

La situacion del futbol nacional es toda una paradoja. Sólo ocho días después de conocerse la eliminación al próximo mundial la Fifa publicó el listado mensual de las mejores selecciones y allí Colombia apareció en el quinto lugar, por encima de Italia, Alemania, Inglaterra, España, Paraguay, y Ecuador, equipos que ya aseguraron su cita a Corea-Japón 2002. La noticia fue recibida por muchos como un chiste cruel en medio de la grave situación por la que atraviesa el fútbol nacional y que llevó, incluso, a que el propio presidente Andrés Pastrana instara a un cambio en el manejo de este deporte y a la legislación que lo vigila.

Las declaraciones del Presidente surgieron en uno de los momentos más críticos. A la eliminación de la selección al mundial se suman el anuncio de la Dian de abrir una investigación a 11 de los 16 clubes de primera división por evasión de impuestos y los cuestionamientos que se le están haciendo a Alvaro Fina, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, por manejos indebidos de dinero en torno a la organización de la pasada Copa América.

Pero lo más paradójico es que el pronunciamiento del presidente Pastrana y su intención de que una comisión de notables evalúe la situación del fútbol a partir de esta semana no pueden incidir directamente en lo que pueda pasar con Fina y el comité ejecutivo de la Federación. La comisión observará y hará nuevas propuestas pero sólo la investigación que en estos momentos adelanta el tribunal deportivo será la que diga cuál será el paso a seguir.

Si se comprueban las acusaciones Fina sería destituido. En caso contrario, si él lo desea, como lo ha dicho, permanecerá en su cargo hasta marzo próximo, cuando termine el período para el cual fue elegido. Lo mismo pasa con el comité ejecutivo, presionado por algunos sectores de la prensa para que se disuelva. Si Hernán Mejía Campuzano, Ramón Jesurum, Gustavo Moreno y Enrique Ordóñez, los otros cuatro miembros del comité, deciden continuar en sus cargos hasta la próxima asamblea lo podrán hacer.

La Fifa defiende la autonomía de las federaciones locales y, aunque permite las investigaciones como la que se le está adelantando a Fina, no admite que los gobiernos intervengan en forma directa en decisiones y destituciones de algunos de sus miembros. Si eso pasara Colombia quedaría desvinculada de la Fifa con todas las consecuencias que ello traería. A la investigación del tribunal se suma ahora la que Coldeportes ha iniciado por su cuenta.

El caso Fina

Las acusaciones contra Fina se deben a los contratos que firmó para la organización de la Copa América. Algunos puntos lucen contradictorios. Existe un primer contrato por 250.000 dólares, que según Fina es un proyecto de contrato, firmado el 8 de marzo de 1999 con la organización RAM para la comercialización de la Copa América. Alberto Romero, representante de RAM y quien protagonizó el problema de las boletas perdidas para el mundial en Francia, exigió el año pasado a la Federación la suma de 2,5 millones de dólares a través del abogado Santiago Salah alegando un incumplimiento de contrato.

Nunca se supo a ciencia cierta cuál fue el acuerdo entre las partes. Se habla de 240 millones de pesos que Fina le pagó a Romero, parte en efectivo y otra con un apartamento. Eso no se ha comprobado y ese acuerdo no ha sido aclarado aún. “Eso es falso. Yo todo eso lo aclararé con el tribunal deportivo pero yo quiero dejar algo en claro: esa información fue comprada y manipulada por miembros del fútbol colombiano que quieren perjudicarme y quieren estar donde yo estoy”, dijo Fina a SEMANA hace pocos días.

Finalmente la firma Copa LLC, creada el 19 de septiembre de 2000, obtuvo los derechos de comercialización de la Copa América y con ella se firmó un contrato por 1.000 millones de pesos. Lo extraño es que Alberto Romero aparece, nuevamente, como accionista de Copa LLC. Al respecto Alvaro Fina dijo: “La elección de Copa LLC fue con la aprobación del comité ejecutivo. Si el señor Romero estaba o no estaba no era culpa nuestra. Y además no tenemos nada contra el señor Romero. El único pecado que se cometió fue la pérdida de algunas boletas. Los señores de RAM quedaron satanizados por eso”.

También se está cuestionando la vinculación de Iván Ceballos, revisor fiscal de la Federación, a la empresa Saturno LLC, socia de Copa LLC, y la cifra de 13 millones de dólares que ahora está exigiendo esta firma a la Federación por incumplimiento de contrato. Fina sostiene que el aplazamiento del certamen y la discusión sobre hacerlo o no llevaron a un descalabro en la parte económica de Copa LLC. También afirma que la Federación no tiene porqué responder pues ella no fue la que aplazó o suspendió el evento. La Confederación, según él, debe responder porque es la dueña del mismo.

“La Copa dio utilidades aunque la cifra no está clara. En sólo boletería fueron 9.500 millones de pesos. De ese dinero el 30 por ciento es de la Federación y el 70 por ciento de la Confederación. Y gracias a la amistad que tenemos con Nicolás Leoz él nos permitió transmitir la final en Bogotá y por eso Caracol y RCN pagaron 300 millones cada uno. La Federación ganó una plata, que se va a mostrar pues el balance está pero no tiene la aprobación todavía de la Confederación. Cuando esté la aprobación el país lo conocerá”, dijo Fina a SEMANA.

Lo cierto es que Fina sigue tambaleando. Las críticas se han agudizado, todos los sectores del país han mostrado su preocupación por el futuro del fútbol colombiano y sólo resta esperar las conclusiones de las investigaciones que se están adelantando.