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En las grandes ligas

Colombia ingresa esta semana al club de las grandes potencias del mundo, el Consejo de Seguridad de la ONU. ¿Qué implicaciones tiene?

3 de septiembre de 2001

Desde hace casi 20 años Colombia no participaba en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), aquel club selecto de países en el que se sientan las grandes potencias del mundo para decidir sobre los conflictos del planeta y buscar soluciones, como atacar a un miembro rebelde o intervenir en una nación en crisis.

El primero de agosto, en cabeza del embajador ante la ONU, Alfonso Valdivieso, el país vuelve a tener esta oportunidad. Estará allí por dos años. SEMANA conversó con el ministro de Relaciones Exteriores, Guillermo Fernández de Soto, sobre las implicaciones de este hecho.

SEMANA: ¿Para qué le sirve a Colombia ingresar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas?

Guillermo Fernández de Soto: Podremos ampliar la relación con actores clave del escenario internacional, diversificar los vínculos externos del país y contribuir, por esa vía, a la consolidación de la diplomacia por la paz. Además podremos impulsar las soluciones multilaterales ante los problemas de la paz y la seguridad, la defensa de las normas y principios del derecho internacional y la solución pacífica y negociada de los conflictos, todos ellos pilares básicos de nuestra política exterior. Desde la presidencia del Consejo podremos influir de manera más directa en las medidas relacionadas con el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.

SEMANA: ¿Es posible que con la presencia de Colombia en el Consejo haya mayor probabilidad de que se dé una intervención humanitaria de ese organismo en nuestro país?

G.F. de S.: La atención de las situaciones humanitarias —como el desplazamiento interno, por ejemplo— tiene en las Naciones Unidas sus mecanismos propios de cooperación y asistencia técnica. Pero como la legitimidad de la institucionalidad democrática en Colombia nunca ha sido cuestionada es aceptado internacionalmente que corresponde a los colombianos la responsabilidad fundamental en la solución de su situación interna. No existe, pues, razón para una intervención humanitaria de la ONU.

SEMANA: ¿Cree usted que Colombia desde el Consejo de Seguridad tendrá un poder mayor para lograr que la comunidad internacional respalde el proceso de paz con las Farc?

G.F. de S.: Sí. Es un factor positivo para estimular el respaldo —de por sí creciente— de la comunidad internacional al proceso de paz. A ello se agrega nuestra coincidencia con otros países a la prioridad que le damos a la defensa del Derecho Internacional Humanitario, la promoción de los derechos humanos, la lucha contra el delito transnacional, el tráfico de drogas y de armas y el terrorismo.

SEMANA: ¿Ve usted que sea más posible una mediación de la ONU en este proceso de paz?

G.F. de S.: La participación internacional en el caso colombiano ha estado claramente definida y delimitada a nivel interno. Naciones Unidas ha sido respetuosa de esas decisiones y de ese enfoque. Ahora la ONU ha brindado a Colombia asistencia en otros términos con el asesor especial, el señor Jan Egeland, para que la cooperación internacional pueda servir a los esfuerzos de paz en Colombia, y con la asistencia técnica, económica y social, incluso en zonas de conflicto. Esta ayuda ha sido positiva y creemos que es la adecuada.

SEMANA: ¿Cuál será la política de Colombia en esta nueva posición cuando su condición de miembro del Noal y la de aliado (ahora muy estrecho) de Estados Unidos entren en contradicción, como ya sucedió?

G.F. de S.: Colombia actuará en el Consejo con criterio propio y con independencia, basada en los principios y valores que han caracterizado su política exterior.

SEMANA: ¿Aun si ese enfoque le signifique votar contra Estados Unidos?

G.F. de S.: En el caso de situaciones que afectan países y regiones individuales, además de los mencionados principios, Colombia toma en cuenta los distintos factores de tipo político.

SEMANA: ¿Qué espera lograr Colombia en el Consejo de Seguridad de la ONU en los dos años?

G.F. de S.: Nos sentiremos satisfechos de haber contribuido al fortalecimiento del multilateralismo y a la resolución pacífica de los conflictos como salida insustituible para la estabilidad internacional. Además esperamos obtener el respaldo a iniciativas, como

un examen a fondo sobre las armas pequeñas y ligeras, desde la perspectiva de la paz y la seguridad internacionales y la necesidad de impulsar el enfoque humanitario en el manejo de las sanciones que establece dicho órgano, aprovechando el papel destacado que hemos ejercido presidiendo el comité de sanciones creado para el caso de Afganistán.