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Y según el programa ´Pereira Cómo Vamos´ el cual mide los avances de la ciudad, al actual alcalde le tienen un nivel de confianza solo del 14 %. | Foto: SEMANA

REGIÓN

¿Por qué los pereiranos están indignados?

El cobro anticipado de un impuesto de valorización para construir un paquete de obras viales detonó la protesta.

28 de febrero de 2015

En Colombia es casi habitual que los ciudadanos pataleen cuando los gobernantes los ponen a pagar más impuestos. Pero en Pereira (Risaralda), el asunto está pasando de castaño a oscuro.

De unas voces aisladas que denunciaban errores en el tributo que se les cobrará, se pasó en menos de un par de semanas a una andanada jurídica de tutelas, peticiones, reclamaciones y marchas de protesta que reflejan una indignación general.

En juego está la construcción de seis obras viales que requiere la ciudad para mejorar su movilidad; y por el otro lado el inconformismo de 75.000 pereiranos que son quienes deben pagar los 85.000 millones que vale el proyecto.

Lo curioso es que todos en Pereira admiten que las obras son necesarias y se deben construir, pero muy pocos están de acuerdo con el monto y la manera como las deben pagar, ¿Por qué?

Lo primero que se advierte es que el cobro llegó en el momento menos indicado y justo cuando el alcalde, Enrique Vásquez, goza de poca confianza de su gestión. Y porque la fórmula financiera que se tuvo en cuenta para liquidar el cobro, arrojó cifras escandalosas que puso a ´llorar´ a más de un pereirano.

Solo por citar dos ejemplos. El Club del Comercio debe pagar por valorización 573 millones de pesos y una señora de apellido Ladino cuya propiedad mide 360 metros cuadrados, el cobro le llegó por un poco más de diez millones de pesos.

Esos posibles errores terminaron por empeorar el ambiente de desconfianza. La verdad es que existen razones de peso para ello, ya que en la anterior administración también se hizo un cobro de valorización, pero varias de las obras que serían financiadas con ese tributo, no se terminaron.

Y según el programa ´Pereira Cómo Vamos´ el cual mide los avances de la ciudad, al actual alcalde le tienen un nivel de confianza solo del 14 % y su gestión llega apenas al 16 %. Un termómetro de ese disgusto es que aunque en la actualidad solo han sido notificados del pago 22.000 contribuyentes, las reclamaciones ya suman 12.000.  

Mauricio Vega, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Pereira, cree que al alcalde le falta un gesto de humildad y reconocer que hubo errores en el proceso, “el asunto de fondo es que todo el cálculo se hizo sobre el avalúo catastral que muchas veces está por encima del valor real del inmueble”, explicó.

A ese panorama se suma que el proceso de licitación para adjudicar las obras está plagado de posibles errores. Las quejas van desde aspectos tan básicos como que dos de las seis obras a ejecutar no estarían incluidas en el POT, que es la carta de navegación de toda ciudad.

Y para rematar, hace unos días los licitantes advirtieron que había una diferencia de dos requisitos entre el Pliego de Condiciones y el formato de oferta económica que los contratistas debían llenar y entregar.

Más asombrosa fue la manera como la alcaldía enmendó ese error. Expidió una resolución de saneamiento en la que convocó el jueves 19 de febrero a los participantes a la licitación para “realizar la apertura de la urna”, y devolverles la propuesta económica y que “se permitirá por esta única vez, y mediante presentación personal, que quien haya realizado el retiro de la propuesta inicial, presente un nuevo sobre sellado”.

Lo insólito es que pese a los escándalos, las denuncias y las quejas de la ciudadanía, los organismos de control siguen callados. A excepción de la Personería que ya arrancó un acompañamiento, ni Procuraduría o Contraloría han tomado cartas en el asunto.

Tras ser consultado sobre la indignación de los pereiranos, el alcalde Vásquez desmintió varias de las denuncias y fue enfático en aclarar que ninguna de las obras se pagará en su totalidad antes de ser ejecutada, “por una sencilla razón, todas se culminarán este mismo año y solo una se extenderá hasta 2016”, explicó.

Desestimó las miles de reclamaciones porque asegura que “fueron hechas sobre un mismo formato que petición que se fotocopió”. Y se declaró impedido para comentar detalles técnicos de la fórmula que se usó para calcular el impuesto, porque “ese trabajo lo hizo un grupo de expertos”.

Pero el dardo más contundente viene de Carlos Crosthwaite, posible candidato a la alcaldía por el Polo, y quien hoy lidera las protestas, “esas obras hay que hacerlas, pero no por valorización, sino exigiendo que la alcaldía recupere con eficiencia fiscal, el 41 % que deja de cobrar por concepto de impuesto predial cada año”.