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Este es el formulario sobre sexualidad del Dane. | Foto: Daniel Reina

POLÉMICA

La encuesta sobre sexualidad del Dane que molestó a los rectores

Un cuestionario en el que le preguntan a los niños desde si han tenido sexo oral hasta si han bailado desnudos frente a sus parejas ha generado un nuevo debate en la comunidad académica.

20 de septiembre de 2016

El país no acaba de sanar las heridas que produjo el debate sobre las cartillas de educación sexual del Ministerio de Educación y ya parece estar abriendo otras. Una encuesta del DANE está generando un enorme revuelo en la comunidad académica. El organismo encargado de la información estadística en Colombia les pidió a los colegios que hicieran unas encuestas para determinar los comportamientos sexuales de los estudiantes en Colombia.

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El problema de la encuesta no es el objetivo. En un país como Colombia, en el que muchos niños son víctimas de abuso y en el que el despertar de la sexualidad se realiza a edades muy tempranas, tener la información técnica suficiente para poder atacar ese problema debería ser una prioridad.

Sin embargo, lo que molesta a muchos rectores y padres de familia que se han pronunciado sobre el tema es el tenor de las preguntas. Según reveló este martes la emisora W Radio, a los niños les preguntan temas relacionados con el abuso como cuándo comenzaron a tener relaciones sexuales, si se han sentido incómodos por cuenta de esto, si les han tocado alguna parte del cuerpo sin su autorización o si han recibido algo a cambio de tener relaciones sexuales.

Pero también el cuestionario va más allá. Algunas preguntas son sexualmente explícitas como si les han pedido desnudarse, si han participado en juegos sexuales en grupo o si han tenido experiencias de penetración con objetos (Vea el formulario).

El director del DANE, Mauricio Perfetti del Corral, explicó a la W Radio que la encuesta no es ninguna novedad pues se viene aplicando desde el 2006. Aclaró que si bien se han modificado algunas preguntas, el espíritu de la encuesta siempre ha sido el mismo: identificar las condiciones de riesgo.

Ante la pregunta de si el lenguaje del cuestionario no es muy avanzado para niños pequeños, el alto funcionario explicó que esta sólo se aplica en estudiantes de bachillerato que tienen por lo general más de 12 años. Aun así, aclaró que en el ejercicio que han hecho, han encontrado que el 7,5 % de los niños menores de 13 años ha tenido relaciones sexuales.

Perfetti aseguró que el país no puede seguir de espaldas a este tipo de temas ni seguir siendo ignorantes frente al abuso sexual infantil. Aseguró que este ha sido un trabajo conjunto entre la Fiscalía, el ICBF, la Policía y el Ministerio de Salud. Agregó que el debate que se ha generado ha caído en la misma polarización por las que atravesaron las cartillas del Ministerio de Educación hace unos meses.

Los representantes de los colegios han aclarado que ellos también consideran prioritario luchar contra el abuso infantil. Sin embargo, aclaran que su molestia está relacionada con los contenidos inapropiados de las preguntas. Además, señalan que les preocupa que no exista autonomía en las instituciones educativas para aplicar o no ese tipo de lenguaje.

Fernando Vita, presidente de la Unión de Colegios Internacionales (Uncoli), señaló que es muy fácil tomar este tipo de decisiones desde un escritorio. Agregó que la encuesta debía ser consultada con los padres de familia, pues ellos son quienes tienen la responsabilidad sobre sus hijos. El rector del colegio italiano Leonardo Da Vinci criticó que el DANE utilizara el argumento del anónimato para entrar a los colegios sin ese visto bueno de las familias. Agregó que la encuesta demuestra que no existe una política pública responsable para un tema tan estructural para la sociedad. "Estamos frente a una torpeza parecida a lo que sucedió con el debate de los manuales de convivencia... La molestia no es de los rectores, sino de las familias", puntualizó.   

La Uncoli y otras organizaciones de colegios le han propuesto al DANE modificar los textos de las preguntas. Otras instituciones confesionales han anunciado que harán movilizaciones en contra de la encuesta. Muchos de estos centros educativos se han quejado de que existen multas económicas y sanciones jurídicas si no dejan aplicar esta encuesta.

En los últimos meses Colombia ha comenzado a discutir públicamente temas que en el pasado se trataban en privado. Ese giro es muy positivo para que la educación sexual sea tomada en serio. Está comprobado que el embarazo adolescente es una de las trampas de pobreza más graves que puede tener un país y que afecta el desarrollo tanto de las madres como de los niños. Lo mismo pasa con el abuso sexual infantil, un problema que históricamente en el país tiene un nivel de subregistro enorme.

Las cifras en ese tema son preocupantes. Según el estudio Forensis, de Medicina Legal, en el país la edad promedio en términos de delitos sexuales es 12 y 13 años en mujeres y 10 años en hombres. En los últimos años, el abuso sexual contra los niños más pequeños se ha incrementado. Por ejemplo, en la primera infancia (de cero a cinco años) las denuncias han aumentado en 12,46 %. En el 88 % de los casos (16.813) el presunto agresor es una persona cercana a los menores, como un familiar, la pareja o expareja, amigo, o el encargado de su cuidado. Así, la mayoría de estos hechos suceden en el hogar. 

Por cuenta de estos delitos, según el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), a 31 de diciembre del año 2015 se encontraban privadas de la libertad 20.211 personas entre sindicados y condenados por estas conductas. En ese contexto, lo relacionado con el abuso infantil fue los má representativo.

Sin embargo, en este tipo de debates el respeto por el derecho que tienen las familias de educar a sus hijos también es muy relevante. Por cuenta de un loable objetivo, pero un mal manejo del Ministerio de Educación respecto a las cartillas de educación sexual, miles de padres de familia salieron a marchar hace unas semanas. El país está en mora de incluir los colegios y las familias en estas decisiones. En un país que está ad portas de firmar la paz, no tiene sentido abrir otros frentes que impidan la reconciliación de los colombianos.