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Enero y febrero, los meses más violentos de los últimos 7 años: Rangel

Un informe elaborado por Seguridad & Democracia, dirigido por el analista Alfredo Rangel, alerta sobre el aumento de actos violentos en varias regiones de Colombia. También revela que el incremento de las emboscadas significa un mayor control del territorio por parte de la guerrilla.

7 de marzo de 2012

La seguridad nacional en Colombia ha seguido deteriorándose durante los dos primeros meses del año asegura un informe presentado por el centro de estudios Seguridad & Democracia vinculado a la Universidad Sergio Arboleda y dirigido por el analista Alfredo Rangel.
 
Según las cifras presentadas, el primer bimestre mostró una tendencia en el aumento de los actos cometidos por la guerrilla que significó que este periodo fuera el más violento de los últimos 7 años. El documento recoge que los principales actos que han aumentado son los ataques violentos contra la Fuerza Pública; los atentados contra la infraestructura económica nacional; y los retenes ilegales.
 
Desde el centro de estudios aseguran que estos hechos se reflejaron de manera directa en el aumento de la sensación de inseguridad que registró la última encuesta de Invamer-Gallup, según la cual para el 68% de los encuestados la seguridad se sigue deteriorando, al mismo tiempo que este tema ocupa el primer lugar entre sus preocupaciones.

Durante este primer bimestre los grupos guerrilleros realizaron 78 ataques contra la Fuerza Pública, lo que significa, según el informe, un aumento de un 50% con relación al primer bimestre del año pasado, y un aumento de 290% con respecto al año 2008, siendo el presente bimestre el de más alto número de ataques de los últimos siete años.
 
Con respecto al año anterior las emboscadas, que fueron 31 casos, se duplicaron, mientras que los ataques a las instalaciones de la Policía Nacional, que fueron 16 casos, se triplicaron. Los ataques contra las instalaciones de las Fuerzas Militares, que fueron cinco casos, aumentaron un 25%, en tanto que los hostigamientos, que fueron 26 casos, disminuyeron un 10%.
 
El aumento de las emboscadas es recogido con preocupación por el informe pues “refleja una mayor actitud ofensiva de la guerrilla y un mayor control de área”, recoge el documento. Los departamentos que concentraron el mayor número de ataques fueron Cauca, Norte de Santander, Antioquia y Nariño, y en menor medida Caquetá, Meta, Arauca y Putumayo.
 
Igualmente, los atentados contra la infraestructura económica crecieron significativamente, y los 22 casos que se presentaron en este periodo significaron un aumento del 120% con respecto al año anterior, y representa el mayor número de atentados de los últimos seis años. 

Estos ataques, señala el documento, se concentraron sobre todo en el sector petrolero, principalmente contra el oleoducto Caño Limón Coveñas que en dos meses sufrió 13 atentados, lo que ocasionó que hubiera estado fuera de operación en la tercera parte del periodo.

También hubo un mayor número de retenes ilegales, pasando de un caso, registrado el año pasado, a diecinueve en el primer bimestre del año es curso. Desde Seguridad & Democracia resaltan este punto como muy negativo por el impacto que tiene en la “percepción de seguridad de la ciudadanía y podrían ser el anticipo de futuros paros armados a nivel departamental o regional”.