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Alcalde electo de Bogotá, Enrique Peñalosa. | Foto: Archivo particular

BOGOTÁ

Los cinco cambios que Peñalosa le hará a Transmilenio

El alcalde electo es el ‘padre’ de este sistema de transporte, al que le quiere hacer reingeniería ¿De qué se trata?

6 de noviembre de 2015

Dos días después de Enrique Peñalosa repitió su elección como alcalde de Bogotá, se montó al sistema de transporte que su administración implementó entre 1998 y el 2001. Lo hizo para conocer de primera mano las quejas y sugerencias de los usuarios que reclamaron por las congestiones, la inseguridad y la poca frecuencia de los buses.   

Lo cierto es que Transmilenio llegó a su tope. Así lo han reconocido analistas y los propios directivos, quienes no han dejado de destacar que en el sistema se hacen 2,4 millones de viajes cada día, lo que ha generado el aumento de la delincuencia y la proliferación de vendedores ambulantes.

A este triste panorama se suma que hay ineficacia para combatir las 200.000 personas que a diario entran al sistema sin pagar. “Para arreglar todo esto se necesita tener ganas de arreglarlo”, dijo Peñalosa.

Como se sabe, el  alcalde es el padre de Transmilenio y por eso en campaña se comprometió a mejorarlo. Ya tiene cinco propuestas que serán puestas en marcha una vez llegue al Palacio Liévano, el primero de enero.

Cambios de rutas

La reingeniería de rutas es una tarea pendiente. Aunque muchas han cambiado a lo largo de los 15 años de servicio, se mantiene el modelo de recorridos que van de un portal a otro. El entrante mandatario analiza la posibilidad de que parte de la flota realice trayectos cortos y se devuelvan al lugar de salida. En definitiva, está planeada una reorganización y reprogramación de las rutas para que el sistema sea eficiente.

Cultura ciudadana

Las congestiones en los portales y estaciones generaron la pérdida de cultura ciudadana. La entrada y la salida de los pasajeros es caótica, los empujones y malos tratos hacen parte del pan de cada día de los usuarios. Está previsto que la entrante administración diseñe y ponga en marcha una agresiva estrategia pedagógica que no sólo ayude a mejorar el comportamiento, también que baje los niveles de agresividad.

Combate a la inseguridad


La gran cantidad de usuarios que se transportan en el sistema ha hecho que la delincuencia encuentre en las estaciones y articulados un lugar inmejorable para delinquir. Para combatir el llamado ‘cosquilleo’, los atracos y otros delitos, el mandatario electo ya anunció que apoyará un grupo especializado de la Policía para combatir bandas delincuenciales. Está pensado que antes de cuatro años haya en las estaciones cámaras inteligentes para reconocer a los ladrones cuando ingresen al sistema. A los articulados les serán instalados botones de pánico para que la Policía pueda establecer en qué bus existe un incidente y los delincuentes puedan ser capturados una vez lleguen a una estación.   

No a las ventas ambulantes


Hace unos días Semana.com registró el momento en que voceros de los vendedores ambulantes le solicitaron al alcalde electo que los dejara trabajar. Peñalosa, quien atendió los reclamos, dijo que en ningún sistema del mundo “puede haber vendedores ambulantes”. Aunque dijo que los atendería y esperaba que le dieran a conocer su propuesta, lo cierto es que en campaña se anunció que las personas pertenecientes a este gremio no podrán trabajar allí.

Disminuir los ‘colados’


Dentro de las propuestas que se adoptarían está la del cambio de torniquetes en las entradas de las estaciones y los portales. La idea es que estos sean más altos, para evitar que haya ‘colados’. En campaña denunció que a diario unas 200.000 personas entran a Transmilenio sin pagar, lo que afecta las finanzas de la empresa.

Finalmente, las mejoras también comprenden aumentar el número de buses, incrementar los puntos de venta de tiquetes fuera de las estaciones, la ampliación de las mismas, préstamo de un viaje en caso de que se le acabe la recarga. Todos estos temas ya se han venido implementando en la administración de Gustavo Petro.  

En frente, el entrante mandatario tiene un gran reto: mejorar el sistema que lo catapultó internacionalmente como un urbanista y que no ha dejado de defender a pesar de los reclamos de los usuarios.